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Enemigos í­ntimos: por qué Prat Gay ahora depende de Sturzenegger para volver a endeudarse a tasas bajas
25/10/2016 - 11:01hs

La comparación es inevitable: cuando a principios de octubre Alfonso Prat Gay logró una colocación récord de deuda -por la friolera de algo más de $76.000 millones, a un plazo de 10 años y al 16% anual en pesos-, muchos miraron de reojo a Federico Sturzenegger.

Sucede que el mandamás del Banco Central y el titular del Palacio de Hacienda vienen manteniendo una dura contienda sobre el nivel aceptable de tasas que debe regir para una economía que necesita imperiosamente volver a crecer.

Por cierto, es un tipo de contrapunto que excede lo técnico y se recuesta en las implicancias políticas.

Para Prat Gay, su colega en el Banco Central peca de ser excesivamente monetarista, sin tener en cuenta los costos de convivir con tipos de interés elevados. Entre ellos, el de prolongar la duración de una economía fría.

El ministro, y varios de sus colegas, quisieron aprovechar políticamente la súper emisión (en pesos y a tasa fija) para enviarle una señal inequívoca a Sturzenegger.

Y, sobre todo, al resto del Gobierno, empezando por el propio Mauricio Macri, a quien Prat Gay le había prometido que la actividad despegaría en el arranque del segundo semestre.

El nuevo contrapunto se encendió ante la aparente paradoja de:

-Un Banco Central que se endeuda al 26,75% anual, vía emisión de Lebac a 35 días de plazo

-Un Ministerio de Hacienda que consigue diez puntos menos, vía bonos, también en pesos, pero a un plazo de siete y diez años

Sin embargo, en el mercado financiero las lecturas no son tan lineales ni las situaciones tan simples a la hora de sacar conclusiones.

En este sentido, no faltan los analistas que creen que -lejos de quedar en una posición debilitada- Sturzenegger salió mejor parado, ya que sólo por su política férrea fue que Prat Gay pudo conseguir tasas baratas.

El juego de las diferenciasLa primera clave para distinguir algunas diferencias es que los objetivos de Prat Gay y de Sturzenegger son distintos en determinados aspectos.

El ministro está urgido por conseguir un nivel de financiamiento tal que le permita cubrir el agujero fiscal. Mejor dicho, que lo ayude a achicarlo.

Al no poder ajustar aún más las cuentas públicas, la única alternativa que le queda es captar fondos que le posibiliten enfrentar los compromisos corrientes.

La discusión sobre la conveniencia -o no- de tomar deuda para tal objetivo es un debate que recién está empezando.

Pero lo que debe tenerse en cuenta es que Prat Gay cerrará el año con un rojo fiscal del 4,8% del PIB y que proyecta bajarlo apenas cinco décimas para el 2017.

Esta cifra es la que se desprende del proyecto de Presupuesto, si bien los economistas críticos ya están advirtiendo sobre un porcentual más elevado.

Esa iniciativa, que comenzó a debatirse en el Congreso, muestra que el Gobierno prevé ajustar fuerte un solo ítem: los subsidios, que tendrán un recorte del 15%.

Para el resto de los rubros, la billetera del Estado se predispone generosa. Por citar sólo algunos:

- Las erogaciones en obras públicas se incrementarán cerca de un 40%

- Las transferencias a las provincias aumentarán un 38%

- Los fondos para los jubilados crecerán un 35%

Para atender semejantes subas que -según proyectan en Economía harán repuntar la actividad- el Gobierno se valdrá del mercado de deuda.

En cambio, del otro lado del mostrador, los intereses de Sturzenegger lucen bien diferentes.

El titular del Banco Central apunta todo su esquema técnico a lograr la tan mentada "desinflación" y tiene un objetivo que, para muchos, peca de optimista (incluso para quienes están en las filas del Gobierno).

No lo ve así el propio Sturzenegger, quien acaba de reiterar que el índice inflacionario interanual "ya está a tiro" de la meta del 17% planteada para 2017.

El funcionario se muestra tan férreo en sus convicciones que aun cuando afirma que está cerca de lograrlo, decidió por cuarta semana consecutiva mantener en el 26,75% la tasa de las Lebac (35 días) tomada como referencia por el mercado.

Para los expertos financieros consultados por iProfesional, el éxito de la súper colocación de Prat Gay se sustenta -principalmente- en la credibilidad que viene cosechando Sturzenegger en su tarea por lograr la desinflación.

Y, sobre todo, en el mantenimiento de tasas de interés en niveles altos.

"Lo más relevante es que el mercado no le cree al Presupuesto escrito por Prat Gay. Descree que la devaluación será del 19% o 20%, como dice el proyecto, y la apuesta es a que sea apenas del 10%", afirma Juan Luis Bour, economista jefe de FIEL.

"Es paradójico, pero los inversores le creen más al Banco Central que al Presupuesto 2017", completa.Por lo pronto, varios economistas están convencidos de que el Gobierno priorizará la política anti-inflacionaria ya que ésta formará parte de su campaña de cara a las elecciones de medio término.

No solo eso, prevén que para mostrar un fuerte descenso del índice de precios, se valdrá de las altas tasas de interés y de un tipo de cambio deprimido.

Hay otra cuestión, no menor por cierto, en la que ponen énfasis: la Argentina ha vuelto a los mercados de crédito después de una década de ostracismo.Esto sucede justo en momentos en los que los inversores globales siguen en la búsqueda de opciones rentables para canalizar su dinero, en un mundo signado por rendimientos casi nulos y con un menú de bonos emergentes abarrotados.

Sobre esto último, vale un comparativo: este año la emisión de títulos de deuda dolarizados por parte de Argentina ya superó a la suma de la de México, Brasil, Colombia y Perú.

Mientras estos cuatro países se endeudaron en u$s13.500 millones durante 2015, el Estado Nacional ya emitió papeles por u$s15.000 millones, cifra que no incluye ni a las provincias ni a las empresas.

Miguel Bein -ex asesor económico de Scioli- traza un comparativo entre lo que ocurría antes y lo que se observa ahora."En la gestión anterior faltaban dólares y sobraban pesos, producto de un mercado de deuda cerrado y un financiamiento monetario ilimitado", expresa.

"Con el cambio en el esquema de financiamiento y el nuevo régimen monetario, ahora ocurre lo contrario: sobran dólares (casi u$s11.000 millones) y falta al menos el equivalente en pesos para cerrar el año", completa.

Al mismo tiempo, Bein refrenda un aspecto del que ya diera cuenta iProfesional:

- Los dólares ingresados al Tesoro por emisiones de deuda contribuirán a que el tipo de cambio se mantenga calmo, en la medida en que Prat Gay los necesite para pagar cuentas y así vaya liquidando el stock del BCRA.

- Por el lado de las emisiones de títulos en pesos, implican un riesgo para la actividad económica. "La demanda de créditos podría chocar con las mayores necesidades del fisco", afirma Bein.

Los protagonistasClaramente, los inversores que se vuelcan a la compra de Lebac no tienen el mismo perfil que los que canalizan su dinero a los flamantes bonos del Tesoro.

Esta distinción ayuda a entender que, en este punto al menos, no existe una clara competencia entre Prat Gay y Sturzenegger.

Sus intereses se complementan, aun cuando el primero promocionó la mega emisión a tasas fijas en pesos como si ello pudiese influir sobre la política monetaria llevada a cabo por el segundo."El mercado está bien segmentado", expresa a iProfesional el economista Fernando Marengo, director de Arriazu & Asociados."Coexisten una plaza local conformada por bancos, que van en busca de las Lebac, e inversores extranjeros que traen sus dólares para pasarse a bonos del Tesoro en pesos", completa.

Por otra parte, el formidable éxito de la última emisión de Prat Gay también se basó en un aspecto que es ampliamente comentado en la city porteña del que también dio cuenta iProfesional.

Concretamente, que el JP Morgan estaría a punto de incluir a la Argentina en sus índices de mercados emergentes en monedas locales.

"Los inversores se preparan para replicar ese índice. A raíz de este motivo es que también vimos una asistencia masiva en la emisión a siete y diez años en pesos", coincide en señalar Marengo.

En otro orden, expertos consultados destacan como hecho trascendental del bono de Prat Gay que les permitirá -tanto a particulares y a empresas, sobre todo a las medianas y grandes- contar con una referencia cabal de la estructura de tasas de interés para el mediano plazo.

Precisamente, esta fue una demanda insatisfecha que padecieron los ejecutivos de negocios y que se extendió durante años, en un contexto en el que la inflación no dio tregua, desaparecieron las líneas de créditos de largo alcance y se perdió la noción del costo del dinero.Un ojo puesto en SturzeneggerLa colocación de un bono a diez años en pesos a una tasa fija del 16% anual ¿no debería obligar a Sturzenegger a bajar el costo de las Lebac?

Parte de la respuesta a este interrogante, casi lógico, ya se insinuó anteriormente: Prat Gay puede darse ese "lujo" porque el mercado le cree al banquero central en su estrategia anti inflacionaria.

Sobre este punto, Gastón Rossi, director del Banco Ciudad de Buenos Aires, hace referencia a un aspecto clave: "Si Sturzenegger pasa a ser más agresivo y baja algunos puntos la tasa de las Lebac, entonces disminuirán también los rendimientos de los plazos fijos".

En consecuencia, frente a ese escenario, aumentarían las probabilidades de que los depositantes se vuelquen a la compra de dólares y así impulsen su cotización.

"Si fuera así, la inflación subiría y las metas del Banco Central quedarían desalineadas", precisa el economista a iProfesional.

Existe otra razón que es compartida en la city. El titular del BCRA evita ser más agresivo en el abaratamiento del costo del dinero porque, en su fuero íntimo, cree que podría necesitar elevarlo en 2017 y no quiere correr riesgos, menos en un año electoral.

El asesor financiero Claudio Zuchovicki recurre a una figura coloquial para describir lo que ocurre en la city: "Es como cuando alguien busca novio/a o prefiere tan sólo un acompañante ocasional".

"Hoy día, los inversores buscan a la Argentina como a una novia. Se nutren de información, quieren saber si es un buen ‘partido' para el largo plazo. En virtud de ello, el hecho de que la emisión de Prat Gay haya sido un éxito es un muy buen síntoma", concluye.