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"Recalculando": tras haber apostado por Hillary, ahora Macri se prepara para lidiar con Trump

"Recalculando" la polí­tica exterior: tras haber apostado por Hillary, ahora Macri se prepara para lidiar con Trump
03/11/2016 - 11:22hs
"Recalculando": tras haber apostado por Hillary, ahora Macri se prepara para lidiar con Trump

“Mi mujer Juliana Awada lo espera como primer caballero en Buenos Aires”. 

Estas palabras las pronunció Mauricio Macri en el marco de la última gira por Nueva York. Su destinatario era nada más y nada menos que Bill Clinton, ex presidente de los Estados Unidos y esposo de Hillary, la candidata demócrata que compite en una vertiginosa carrera por el control de la Casa Blanca.  

Tras pronunciar esas palabras, el auditorio se colmó de risas y aplausos. El humor a veces es la forma más efectiva para dejar en claro un mensaje

Es que, con ese comentario de tono jocoso, Macri estaba apostando todas sus "fichas" en quien quiere que sea la sucesora de Barack Obama. 

En la diplomacia y en el delicadísimo arte de las relaciones exteriores, una coma o un punto fuera de lugar pueden estrechar o deteriorar los vínculos entre dos países. 

En el macrismo lo saben muy bien. Cuando Hillary lideraba cómodamente las encuestas, marcando una diferencia de hasta 13 puntos frente a su rival, el republicano Donald Trump, este tipo de gestos como los que protagonizó el Presidente en Nueva York, se habían vuelto casi cotidianos

Más aun cuando el escándalo por los supuestos casos de acoso sexual contra numerosas mujeres mantuvo acorralado al magnate estadounidense y todos presagiaban que sus aspiraciones a la Casa Blanca ya eran nulas

Para el macrismo, este escenario que se planteaba hace apenas unas semanas era un gran negocio. 

No es para menos: toda la agenda de trabajo bilateral planteada de cara al 2017 –que incluye temas como política migratoria, comercio exterior e inversiones- sólo puede ser sostenida continuada si Hillary es quien finalmente gana la pulseada

Sin embargo, la candidata recibió un duro revés en los últimos días, cuando el FBI anunció ante el Congreso que reabría una investigación sobre los correos electrónicos de cuando ella era Secretaria de Estado y que -según la causa- pudieron haber puesto en riesgo la seguridad nacional de los Estados Unidos. 

Tras este nuevo escándalo –sumado a las preocupaciones constantes sobre el estado de salud de Clinton-, las últimas encuestas muestran una acelerada recuperación por parte de Trump

De hecho, por primera vez desde el mes de mayo, el republicano lidera levemente preferencias de los votantes, según un sondeo realizado de manera conjunta por ABC News y el diario The Washington Post. 

De acuerdo con ese trabajo, el magnate ostenta el 46% de las intenciones de voto, frente a un 45% de su rival (ver cuadro). 

En tanto, un relevamiento de la BBC, que se encargó de promediar las últimas cinco encuestas a nivel nacional de las consultoras y medios más influyentes de los Estados Unidos, también da cuenta de un cambio de tendencia, especialmente luego de que saltara a la luz el escándalo de los correos electrónicos que investiga el FBI. 

Las encuestas muestran una enorme volatilidad, dado que fue hace apenas un par de semanas que Hillary lideraba cómodamente los sondeos. En un momento, incluso, llegó a perforar el techo del 50%, mientras que Trump, asediado por las denuncias de acoso, parecía condenado a caer por debajo del 38%.

Ahora, la ventaja -promediando los resultados de las cinco principales encuestadoras- es de apenas tres puntos a favor de Clinton.

Pero lo que más preocupa en el búnker de los demócratas (y también en la Casa Rosada) es la tendencia: la curva que marca la intención de voto que le asignan a Trump apunta hacia arriba, mientras que la de Hillary está en claro descenso (ver cuadro). 

Cambio de planes 

El repunte del magnate está causando una marcada preocupación dentro del macrismo, especialmente en Cancillería.

“De ganar Trump sería más que un dolor de cabeza, sería un gran problema", reconoce bajo estricto off the record una fuente perteneciente a ese Ministerio. 

"Cambiaría toda la estrategia que se vino construyendo a lo largo del año. No sólo nos obligaría a tener que empezar de cero, sino que mucho del trabajo que se hizo hasta ahora se terminaría perdiendo”, agrega. 

Es cierto que la Argentina ha desarrollado una intensísima agenda en esta nueva etapa de acercamiento bilateral, que se divide en diversas áreas. 

-Política migratoria: Macri busca facilitar el ingreso de argentinos a territorio estadounidense. En concreto, apunta a incluir a la Argentina en el privilegiado grupo de naciones que forman parte del programa Global Entry, que evita que los ciudadanos hagan colas en los puestos de visado. 

-Política comercial: se trazó un ambicioso plan para conformar agencias de promoción en todas las provincias para alentar las exportaciones de Pymes locales y economías regionales a ese mercado. 

Incluso, el propio ministro de Producción, Francisco Cabrera, llegó a afirmar que había que avanzar en la firma de un Tratado de Libre Comercio con los Estados Unidos.

Si bien esto luego fue desmentido desde el Gobierno, dejó en claro la fuerte sintonía que existe hoy entre Washington y Buenos Aires

-Inversiones: la Agencia de Comercio y Desarrollo de los EE.UU. acaba de anunciar que reabrirá sus oficinas en la Argentina con el objetivo de incentivar proyectos bilaterales. 

En el macrismo están convencidos de que la foto con el apretón de manos entre el Presidente y su par Barack Obama en Buenos Aires, fue un espaldarazo decisivo para la llegada de la primera tanda de desembolsos

De hecho, según datos del Ministerio de Producción, en la Argentina hay 400 empresas de capitales norteamericanos que prácticamente no habían participado del proceso inversor en los últimos cinco años pero que, en estos primeros diez meses de gestión ya comprometieron aportes por u$s13.000 millones. 

El problema es que la plataforma que plantea Trump, en caso de llegar a la Casa Blanca, va en una dirección contraria

-Postula una estrategia comercial proteccionista, incluyendo la revisión de los tratados de libre comercio, como el que mantiene con México. 

-Apunta a dar marcha atrás con el acuerdo Transpacífico (TPP), la red comercial que nuclea a once naciones -incluyendo a Canadá, Australia, Japón, Singapur y Vietnam- y que tanto desvela a Macri

-Buscará proteger la industria nacional, elevando impuestos a las importaciones, con el objetivo extra de incentivar la generación de nuevos puestos de trabajo.  

-Amenaza con un cierre de las fronteras, a través de una política migratoria mucho más dura

En este contexto, Marcelo Elizondo, ex número uno de Fundación ExportAr, plantea que “una victoria de Trump supone un cambio de las reglas de juego para la Argentina". 

“El candidato no aclaró cómo implementaría todo lo que anticipó en su campaña, en caso de ser elegido, pero fue muy insistente con que va a desincentivar las inversiones estadounidenses fuera de su país. Y esto, claramente, va a contramano de los intereses del macrismo”, señala. 

El experto también hace referencia a que la vocación proteccionista de Trump podría poner freno al ingreso de productos argentinos.

Este no es un tema menor: justo para el arranque de 2017 se espera –luego de más de una década de prohibiciones- que se reabra el mercado estadounidense para la carne y los cítricos con sello nacional

“El poder de lobby de las empresas estadounidenses es muy fuerte. Si llegaran a tener en la Casa Blanca a un interlocutor proclive a cerrar las fronteras, como Trump, es otro riesgo potencial", agrega. 

“Recalculando” el discurso Implícitamente, en ciertas áreas del Gobierno comienzan a creer (y a temer) de que la apuesta de jugarse de lleno por Hillary fue un tanto arriesgada. Sobre todo en Cancillería. 

Es que ahora, de darse un triunfo del Trump, la construcción de la relación con la nueva administración no será para nada fácil, especialmente luego de un 2016 en el que el macrismo se encargara de fustigar al magnate. 

Una de las voces más duras del macrismo, de hecho, fue la propia Malcorra, quien ya en mayo había afirmado que era “preocupante” cualquier avance del republicano por sus posturas “contradictorias sobre Latinoamérica”. 

Tiempo después, la canciller volvió a meterse de lleno en la contienda de Estados Unidos, afirmando que la “visión” de Hillary  era “más cercana” al estilo de gestión de Cambiemos

Luego, criticó al magnate por proponer un camino "muy riesgoso", como el de ir hacia "un proceso de cierre, de xenofobia”.

Ahora que las encuestas están mostrando un claro repunte del referente del partido Republicano y a una Hillary Clinton en caída, la jefa del Ministerio de Relaciones Exteriores se vio obligada a transmitir un mensaje más cauto.

Incluso, hay quienes leen entrelíneas una postura casi de resignación

"Si gana Trump, nos tendremos que adaptar", afirmó Malcorra en las últimas horas.  

Si bien insistió con que eran “preocupantes” las declaraciones de Trump sobre la región, admitió que si triunfa en las elecciones presidenciales del próximo martes, el Gobierno de Macri "intentará tener la mejor relación" posible con la Casa Blanca.

La funcionaria incluso detalló que "tenemos que trabajar con la realidad del mundo. Los que deciden quiénes van a ser los presidentes de Estados Unidos son los norteamericanos".

Esta última frase marca un notorio cambio de estrategia, luego de meses en los que el macrismo se había metido de lleno en la contienda

En plena recta final para los comicios y en un contexto en el que los sondeos arrojan un cambio de tendencia, cabe la pregunta: el macrismo, ¿no midió el riesgo de quedar en "posición adelantada" en caso de que triunfe Trump? 

En el mundo de la diplomacia, salvo excepciones, no es muy común que altos funcionarios de un país se expresen sobre este tipo de cuestiones políticas internas tan sensibles de otras naciones. 

Incluso, este tipo de opiniones a favor de un candidato recuerdan más a las declaraciones altisonantes de gobiernos personalistas, como cuando el venezolano Nicolás Maduro o el ecuatoriano Rafael Correa “hinchaban” a favor de Cristina Kirchner o de Daniel Scioli en las dos últimas elecciones.

Las visiones al respecto hoy son contrapuestas y forman parte del debate. 

El economista Pablo Rojo forma parte del grupo de analistas no le atribuye grandes efectos colaterales al hecho de que el macrismo haya apostado todas sus fichas en contra de Trump: "La Argentina no está sola en esto. Actualmente, salvo el caso de Vladimir Putin, la enorme mayoría de la comunidad internacional ya se pronunció a favor de Clinton". 

En cambio, el analista italiano y actual profesor de Relaciones Internacionales de la Universidad Austral, Davide Caocci, considera que sí “fue una estrategia muy arriesgada". 

"Es un poco imprudente manifestarse tan abiertamente a favor de un candidato. Pero Macri suele hacer declaraciones motorizadas más por el entusiasmo que como el fruto de una evaluación política”. 

La recta final de esta carrera presidencial tendrá lugar este martes 8 de noviembre en los Estados Unidos.

Pero el macrismo ya está armando su "búnker demócrata" en la Casa Rosada, tras apostar todas sus fichas por Hillary.

El miedo es que un magnate impulsivo y que hasta hace dos semanas parecía en decadencia, obligue a recalcular buena parte de la política exterior argentina