iProfesional

En la City temen que una victoria de Trump achique la cifra final del blanqueo

El factor no previsto por Prat Gay: en la City temen que una victoria de Trump achique la cifra final del blanqueo
07/11/2016 - 12:19hs
En la City temen que una victoria de Trump achique la cifra final del blanqueo

El tema ya es motivo de comentario entre traders, analistas, banqueros y toda la "fauna" de la city porteña: el blanqueo de capitales podría tener un "cisne negro" que conspiraría contra el buen resultado de la operación.

El rumor que corre en el mercado es que los bancos estadounidenses están aguardando una eventual victoria de Donald Trump para tentar a los argentinos a dejar allí su dinero en un régimen permisivo, según el cual no hay que declarar el origen de los fondos.

Después del cierre del primer tramo -el correspondiente a la apertura de cuentas bancarias para quienes quieren blanquear dinero en efectivo-, el sentimiento que se transmitió desde el Gobierno ha sido de marcado optimismo.

Se hace referencia a un posible ingreso de u$s8.000 millones cash y de una exteriorización de hasta u$s100.000 millones del exterior.

Pero estas expectativas se hacían a partir de un supuesto muy importante que hoy aparece en duda: la victoria de Hillary Clinton en los comicios estadounidenses.

Ese escenario marcaría la continuidad de las políticas iniciadas por Barack Obama, en las que se incluye el decidido avance hacia la transparencia en los movimientos financieros.

Fue, en ese marco, que el secretario del Tesoro estadounidense, Jack Lew, en su visita a la Argentina en septiembre, había dado un espaldarazo al blanqueo, al anunciar un acuerdo de intercambio automático de información tributaria.

En palabras del propio Lew, el objetivo es conseguir "un tratado en temas impositivos y la posibilidad de intercambiar información entre ambas naciones".

"En este contexto, se compartirá información de residentes argentinos en Estados Unidos que tienen fondos allá. La AFIP tendrá reuniones de consulta con miembros de nuestro gobierno", señaló.

Esa frase sonó como música para los oídos del ministro de Hacienda, Alfonso Prat Gay que, en ese momento, se mostraba nervioso por la marcha del régimen y se quejaba de la falta de colaboración de los bancos.

Con la promesa de una ayuda estadounidense, quedaba planteado sobre la mesa el ingrediente más importante de toda amnistía tributaria: el temor a ser descubierto y sancionado si uno no adhiere al sinceramiento fiscal.

De hecho, hasta que Lew confirmó la negociación del tratado bilateral, los argentinos seguían percibiendo a Estados Unidos como uno de los últimos "bastiones seguros" para mantener dinero no declarado.

La noticia de que el país del norte se mantuviera al margen del acuerdo global de la OCDE (Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico) para el intercambio de información, determinó que muchos lo vieran como una alternativa a otras plazas financieras que ya no podrían mantener su legendario secreto bancario.

No por casualidad, cuando Argentina anunció el inminente convenio con Suiza para intercambiar datos, un 40% de los argentinos con dinero en bancos helvéticos decidió sacar sus fondos de allí para trasladarlos a la banca norteamericana.

En otras palabras, aquellos que no querían adherir al blanqueo buscaron un nuevo refugio y pensaron que las entidades estadounidenses eran una buena opción.

De acuerdo con datos de Boston Consulting Group, existen depositados de parte de extranjeros unos u$s800.000 millones en distintas jurisdicciones de los Estados Unidos, de los cuales la mitad provendría de América latina.En conclusión, el Gobierno argentino necesitaba un fuerte gesto de la Casa Blanca, de manera de hacer creíble su advertencia sobre que se habían terminado los "escondites" para evadir dinero mediante cuentas no declaradas en el exterior.Trump y el cambio de climaPero cuando todo parecía encaminado, ocurrió lo inesperado: las encuestas marcan que una victoria de Trump ya no resulta impensable.

Por cierto, se trata de un dato que modifica el escenario. Primero, porque queda en duda cuán entusiasta sería la nueva administración para continuar sin cambios con la agenda bilateral trazada con la Argentina.

Segundo, porque los bancos estadounidenses podrían encontrar espacio para tratar de retener la clientela.

Incluso, un referente en mercado de capitales le confió a iProfesional que algunos bancos de Estados Unidos ya tienen preparados mensajes publicitarios para difundir en caso de que gane el candidato republicano.

Los mismos incluyen "invitaciones" a los ahorristas argentinos para que "abran cuentas en sus firmas y depositen sus fondos, sin requerirles demostrar el origen de los mismos".

En realidad, el mayor temor es que los evasores locales pierdan el miedo: a fin de cuentas, la decisión de blanquear depende siempre de una cuestión de expectativas.

Los acuerdos de intercambio de datos no están firmados todavía. Pasada esta instancia, faltaría que sean refrendados por el Congreso estadounidense y por las legislaciones estaduales de paraísos fiscales como Delaware.

De manera que cualquier interrogante respecto de la continuidad de ese proceso podría ser suficiente para que parte de los argentinos que había pensado en blanquear entre en duda.Algunos operadores financieros manifiestan que tan sólo con la posibilidad de que el próximo mandatario norteamericano se muestre más laxo en la solicitud de algunos requisitos -y de que empiece sólo a preocuparse por lo que sucede en su propio país-, podría generar la conducta de "wait and see" (esperar y ver) entre los evasores nacionales.

En otras palabras, los llevaría a aguardar a ver las medidas que tome el republicano, con las expectativas de intentar "zafar" de la AFIP, hecho que podría retrasar y atentar contra los planes de recaudación finales del Gobierno.

Por eso, ciertos analistas de la city consideran que todo dependería de la rapidez de los financistas en acercarse a Trump y convencerlo de que deje el actual status quo de los ahorristas argentinos que están en Wall Street.

"Si él gana las presidenciales, habrá menos avance en las iniciativas en marcha y se dará un freno en los procesos de transparencia general de las informaciones bancarias en Estados Unidos, aspecto que permitirá que sigan escondidos algunos fondos", afirma a iProfesional Gustavo Neffa, socio de Research for Traders.

Para graficar esta situación, el experto cita que en la actualidad el país del norte sólo intercambia en la región datos con Canadá y México.

En esos casos, "únicamente les informa el nombre del titular de la cuenta bancaria solicitada, aunque no de los integrantes y beneficiarios finales de dicho dinero, donde podría haber argentinos".

Por lo pronto, lo que se percibe en el discurso de Trump es que todos los acuerdos internacionales quedarían supeditados a proteger los activos de las empresas de su país.

Para algunos, esto incluye a los depósitos de extranjeros en el sistema bancario.

Consultado por iProfesional, un analista argentino destaca que durante la campaña electoral el republicano siempre acusó a los demócratas de hacer "malos negocios" para los Estados Unidos.

"Fue tan insistente con eso que yo creo que -de ganar- tomará decisiones para asegurarles buenos negocios a los americanos. Inclusive a los bancos", sostiene.

Además, es contundente en sus apreciaciones sobre los posibles riesgos para el blanqueo: "Si los banqueros pueden hacer lobby para que los inversores argentinos se queden allá sin miedo a que los pesquen, seguramente actuará en ese sentido. Hoy en día, nada se lo prohibiría".

"La percepción que los bancos americanos ya vienen planteando es lago así como `¿por qué yo le debería brindar información a la Argentina a cambio de nada?`", expresa este eanalista. 

La apuesta a las "políticas de Estado"En este marco, la esperanza para el Gobierno de Macri residiría en que una eventual administración Trump sienta el peso de la opinión pública para mantener ciertas cuestiones de Estado que favorezcan la transparencia.

De esta manera, si hubiera rápidamente una ratificación de las políticas externas, entonces podrían mantenerse las expectativas positivas para el blanqueo, opinan los analistas locales.

Uno de ellos es Luis Palma Cané, experto en economía internacional, quien recuerda que Estados Unidos ya promulgó la ley para la IRS (es como la AFIP norteamericana), que permite tratados bilaterales de intercambio de información automática.

Bajo ese régimen, ya se pusieron en marcha acuerdos con Reino Unido, Canadá, Brasil, México, entre otros.

"Con Argentina están analizando este tipo de pacto, de hecho, Estados Unidos es el más interesado en firmarlo para combatir el dinero negro del narcotráfico, armas, entre otros orígenes ilegales", explica Cané.

Y aclara: "No creo que Trump juegue en contra de esto. No necesita una enemistad con el mundo al no compartir información. De hecho, es una política de Estado que ellos adoptan para combatir estos capitales ilegales".

Más bien, percibe que los perjuicios derivados de una eventual victoria de Trump vendrían por su tendencia al proteccionismo: "Una suba de los aranceles sería un gran error porque iría contra las economías abiertas y atacaría lo que promueve la propia Organización Mundial de Comercio".

En esa misma línea, el economista Pablo Rojo, experto en banca de inversiones, destaca a iProfesional que las normas pro transparencia en los movimientos de capitales constituyen "una tendencia estructural a nivel mundial contra la que Trump no va a oponerse".

Si bien descuenta que habría más incertidumbre, cree que finalmente las correcciones del mercado no resultarán drásticas.

Lo cierto es que en la city hay incertidumbre y nerviosismo

Por lo pronto, el objetivo de un blanqueo de u$s100.000 millones con el que sueñan en el equipo económico sólo quedará consolidado si el martes las urnas le sonríen a Hillary. Mientras tanto, Prat Gay cruza los dedos.