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Las redes sociales y los móviles permitieron a los contrincantes ofrecer sus mensajes de forma más rápida, con menos filtros y a más audiencia que nunca
09/11/2016 - 17:16hs

El triunfo del candidato republicano Donald Trump en las elecciones presidenciales estadounidenses del 8 de noviembre demuestra cómo las tecnologías de la información y la comunicación (TIC) pueden ayudar o hundir a las aspiraciones de un postulante en su campaña electoral.

Se trató de una campaña atípica frente a la de otras elecciones, porque las campañas de Trump y de su rival demócrata, Hillary Clinton, dedicaron la mayor parte de su tiempo a hablar de por qué el adversario no era apto para ser presidente.

Las redes sociales, los dispositivos móviles, la banda ancha inalámbrica y otras tecnologías permitieron a los dos contrincantes ofrecer sus mensajes de forma más rápida, con menos filtros y a más audiencia que nunca.

Hubo hitos tecnológicos que marcaron esta campaña que consagró por primera vez como presidente de los Estados Unidos a un candidato que nunca ejerció previamente un cargo político o se desempeñó en un puesto jerárquico en las fuerzas armadas de la mayor potencia mundial.

Twitter, el pajarito amigo de Donald Trump se quejó del respaldo de los medios de comunicación a Clinton. Al menos 57 de los cien diarios de mayor circulación del país norteamericano apoyaron en forma explícita a la ex senadora, y apenas 2, por el magnate neoyorquino. 

La fortaleza tecnológica de Trump fue una empresa que está buscando que alguien la compre: Twitter.

La red social de microblogging fue el espacio donde el sucesor de Barack Obama en la Casa Blanca tiene unos 13,6 millones de seguidores, frente a los 10,6 millones para Clinton.

A lo largo de la campaña, Trump lanzó tuits sin filtros, políticamente incorrectos e incluso autodestructivos, que dejaron en claro que venían escritos por él mismo.

Se trata de una práctica similar a la que registra el perfil de la ex presidenta Cristina Fernández de Kirchner: mensajes que no provienen de un profesional de relaciones públicas o de un empleado o colaborador que pule con cuidado el tuit. 

Como resultado de esta táctica, tanto los partidarios como los opositores acudieron a su cuenta de Twitter, al igual que los medios de comunicación. 

A lo largo de la campaña los presentadores de noticias en muchos canales de TV en todo el mundo repitieron la frase: "Donald Trump sólo tuiteó..." y luego mostraron el mensaje en la pantalla.

Hillary, tienes un e-mail que te comprometeEl escándalo por los correos electrónicos de Clinton puso a la ciberseguridad en el centro de atención del electorado.

El hecho de que la frase “servidor de correo electrónico” haya sido una de las frases más utilizadas en esta campaña trajo a la escena pública la importancia de las TIC como objeto de debate político.

La comprobación de que Clinton manejaba todo su correo electrónico durante su gestión como secretaria de Estado (canciller) de Obama a través de la dirección [email protected] ejecutada desde un servidor en su casa en Chappaqua, en el estado de New York, llevó a la candidata derrotada  a un intenso escrutinio público y a una pesquisa de la Agencia Federal de Investigaciones (FBI). 

Clinton explicó que adoptó esa modalidad para no tener que gestionar múltiples cuentas de correo electrónico y varios teléfonos inteligentes, pero estuvo fuera de los controles gubernamentales y del registro público. 

En última instancia, se llegó a la conclusión de que Clinton no tuvo cuidado y técnicamente estuvo en peligro de ciberintrusiones, pero no rompió ninguna ley que incluyera sanciones penales. 

Sin embargo, la cuestión puso de manifiesto en forma clara la importancia de la ciberseguridad y las buenas prácticas de TIC, y contribuyó a crear la imagen de la ex candidata como una mujer predispuesta a prácticas cuestionables y oscuras.

El muro de las redes socialesSe vive en un mundo en línea donde cada vez es más fácil reunirse con personas que piensan y creen como uno, y descartan otros sistemas de creencias como equivocados y destructivos.

Incluso en Facebook, donde las personas suelen tener una colección de diferentes amigos que chocan en el mundo, es fácil ocultar los tipos de vistas que no gustan.

Además el algoritmo de esa red social obliga a mostrar menos de esos perfiles diferentes y más los de personas que ostentan más clics “Me gusta”.

El sistema político del país norteamericano está equilibrado por la tensión de los opuestos, pero sólo funciona cuando las dos partes se reúnen para moderar sus puntos de vista y forjar compromisos que se puedan obtener.  

Sin embargo, las redes sociales están socavando ese sistema en sus cimientos, y la presidencia de Trump permitirá comprobar las consecuencias de esta tendencia.

Los datos como termómetro electoralEsta campaña electoral demostró la creciente importancia de los datos, porque permitieron comprobar en tiempo real durante los debates las diferentes repercusiones entre el electorado.

También los datos proveyeron la materia prima para el análisis detallado de las tendencias de las votaciones anticipadas, efectuar un “microtargeting” de los votantes, y un análisis profundo de los sentimientos del electorado en las redes sociales.

Inspirado en las campañas de Obama en 2008 y 2012, el equipo de Clinton realizó una campaña con un uso intensivo de las TIC.

Para ello aplicó el “big data”, la recolección y análisis de cantidades masivas de datos, que le permitió conocer los barrios y hasta las puertas a las que debía llamar para convencer a los potenciales votantes, cara a cara, de que efectivamente voten a la ex candidata.

Mientras Trump habló siempre a todo el electorado, Clinton probó con diferentes mensajes y tonos, adaptados a las audiencias

A principios de octubre, el autor de esta nota participó en la ciudad estadounidense de Miami en el Latam CXO Forum, una reunión de Microsoft con sus principales clientes y socios de negocio en América latina.

Uno de los oradores principales de ese foro fue David Pouffle, ex asesor de campañas electorales del Partido Demócrata, y ex jefe de la campaña presidencial de Obama en 2008. También fue asesor principal del presidente que dejará el 20 de enero la Casa Blanca a Trump.

Pouffle explicó en ese encuentro cómo Clinton usaba el “big data” para identificar a votantes republicanos tradicionales que estaban desencantados con el magnate para seducirlos y captarlos.

Por ejemplo, mujeres que votaron por los ex rivales de Obama, John McCain y Matt Romney, y que expresaban su rechazo en redes sociales a los dichos machistas de Trump.

El ex asesor de Obama, hoy miembro del consejo directivo de la empresa de transporte de personas Uber, estimó que el uso del “big data” podría darle un 2% de los votos a la ex senadora demócrata.

Sin el uso intensivo de las TIC, Trump demostró que un hombre prácticamente solo, contra todo y contra todos, y sin depender de donantes multimillonarios, podía derrotar a Bill y Hillary Clinton, la familia más poderosa de la política estadounidense, y a la otra familia dominante, los republicanos Bush (George padre e hijo, ambos ex presidentes, y Jeb, ex gobernador de Florida), quienes también se oponían a él. 

El magnate se enfrentó al aparato de su propio partido, a los medios de comunicación, a Wall Street, a las grandes capitales europeas, y a México, su vecino más estrecho, y la aplicación de herramientas profundas de datos cibernéticos.

Anticipándose a los lamentos de muchos impulsores de las TIC como herramienta electoral, el propio Pouffle escribió en su perfil en Twitter la noche del 8 de noviembre, cuando ya se vislumbraba el triunfo de Trump: “Nunca he estado tan equivocado en nada en mi vida”.