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El Gobierno decidió tomar como propia la bandera de la emergencia social y reformular el proyecto que impulsaron la CGT y los movimientos sociales
27/11/2016 - 16:17hs

Presionado por algunos movimientos sociales, el Gobierno optó por tomar como propia la bandera de la emergencia social y reformular el proyecto que impulsaban las organizaciones que convocaron a la Plaza de Mayo diez días atrás. 

Macri se comprometió a entregar $25.000 millones en los próximos tres años a las organizaciones sociales para “fortalecer la economía popular” y otros $5.000 millones si el dinero se termina en 2018.  El jefe de Gabinete elegirá de dónde salen las partidas. 

La ley propone la creación de un Consejo de la Economía Popular y el Salario Complementario, que tendrá representantes de los ministerios de Hacienda, Desarrollo Social y Trabajo y de las organizaciones inscriptas en el flamante RENATREP, el registro nacional de la Economía Popular. 

Además de la ley, en el Gobierno estudian crear un organismo a imagen y semejanza de las agrupaciones, nada tan ambicioso como el ministerio de Economía Popular que le había prometido Daniel Scioli a Emilio Pérsico, el titular del Movimiento Evita.

Además del aguinaldo para cooperativistas, está cerca de cerrar el bono para beneficiarios de AUH, aunque la oferta no correría por grupo familiar, ya que ambas partes acordaron los beneficios de un monto fijo por hijo.

Para algunos allegados a la Rosada, Macri compró gobernabilidad al contado, pero en parte a futuro. 

“¿Cuántas empresas de las que vinieron al Mini Davos invertirían si hay ollas populares y piquetes en todo el país desde diciembre a marzo?” 

La ausencia de ollas populares y gomas prendidas fuego no garantizan inversión extranjera, pero la presencia -creen- las descartan por seguro. 

La mención no es casual. Varios de los CEOs que participaron del foro de empresarios se entrevistaron con representantes de los movimientos sociales.

Pérsico dialogó con el representante de un imperio cerealero. Fuera del Conurbano, el Gobierno monitorea el nivel de conflictividad en varias ciudades termómetro de las provincias y colabora con esos intendentes.  

El campo de los trabajadores informales de las zonas más desprotegidas del área metropolitana no es el único que recibirá oxígeno indispensable hasta que la economía enseñe señales más claras de recuperación. El Ejecutivo convino un bono con estatales y forzó a los privados al mismo camino.

En el ministerio de Trabajo hacen cuentas. Creen que el 70% de los 10 millones de trabajadores registrados recibirá en promedio un plus de $2.000.

Son $14.000 millones. Los gremios de Transporte se llevan entre $3.000 y $5.000 y los bancarios acaban de cerrar un bono de entre $8.000 y $12.000. Los gremios cuya actividad depende de las Pymes están más complicados.

A su vez, la ANSES ya liquidó bonos para 3.273.244 jubilados, lo cual implica una inversión estatal de $3.117 millones.

En el caso de los beneficiarios de la Asignación Universal por Hijo, se volcarán $2.698 millones, para financiar el bono de fin de año. Aún no se definió cuánto recibirá cada familia. 

Si a esos rubros se le agregan los $600 millones que se destinarán a un refuerzo salarial de fin de año para los beneficiarios de los planes Argentina Trabaja y Ellas Hacen, la cuenta supera los $20.000 millones que llegarán a la calle en diciembre para contener la protesta social.

El Gobierno, además, incentiva los bonos estatales de las provincias. Muchas ya dijeron que no podrían pagarlo. Pero algunas empiezan a cambiar de parecer. Santa Fe es un ejemplo.

La apuesta es que todo ese volumen, sumado a la eximición del impuesto a las Ganancias del medio aguinaldo, es dinero que irá al consumo, que el Ejecutivo busca impulsar con herramientas como el Ahora 18.

En rigor, Macri y a sus asesores económicos no les interesa el consumo como indicador económico y saben que el volumen de dinero que inyectarán es insuficiente para reactivar el mercado interno.

De todos modos, las encuestas mandan y les enseñaron que gran parte de la ciudadanía sí valora ese tipo de herramientas. "El Presidente está construyendo los cimientos del edificio que intenta construir, pero ahora necesita pintar, maquillar", graficó un ministro a un matutino.