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Es el interlocutor elegido por empresas a la hora de plantear problemas y jugará el rol de "árbitro" ante divergencias internas. Lo que viene
29/12/2016 - 13:00hs

La escena ocurrió en el restaurante L´Orangerie del Hotel Alvear. Un grupo selecto de cuatro directivos de grandes empresas decidió volver a juntarse para despedir el año con un almuerzo.

Sus encuentros suelen ser descontracturados, sirven más para aceitar las relaciones públicas que para hablar de negocios. De hecho, uno de los comensales es un reconocido lobbista de un grupo industrial; otro proviene del rubro telefónico y los otros dos compiten en el mercado de los alimentos.

Pero ese mediodía era particularmente distinto. Se habló de política pero no de negocios puntuales. Hubo un par de datos llamativos que surgieron de el intercambio de opiniones.

En primer lugar, que Alfonso Prat Gay -pese a que había sido echado del Gobierno- no fue tema el principal de conversación. En rigor de verdad, ni se lo mencionó.

En segundo término, que Mario Quintana -coordinador del gabinete económico- fue el más nombrado en el convite que reunió a estos emblemáticos hombres de empresas. 

"Es el puntal del equipo", según lo definió Lilita Carrió.

Ya sin Prat Gay como titular de Hacienda, los ejecutivos coincidieron en el diagnóstico: Quintana se ha erigido como el principal referente económico de la administración Macri.

Es el hombre clave al que hay que visitar para resolver los problemas del día a día. Una distinción que comparte con Gustavo Lopetegui, el otro coordinador económico.

Los empresarios habían tomado debida nota de la contundente frase del Presidente, quien aseguró que el tándem Quintana-Lopetegui era "sus ojos y oídos".

Por cierto, esa afirmación conlleva una expresión de confianza y de total sintonía, que no había tenido para con Prat Gay ni siquiera en sus días de gloria, cuando este se llevaba los elogios por haber desarmado el cepo cambiario y destrabado la pelea con los "fondos buitre".

En este dúo elegido por Macri, la balanza se inclina a favor de Mario Quintana, ya tiene un mejor manejo político y resulta más "amigable", tanto para los medios como para la comunicación con los empresarios.

Esta ventaja es reconocida incluso en el seno del Gabinete, ya que los funcionarios lo ven con mejores ojos para resolver las cuestiones del día a día.

Algunos ejecutivos de negocios ya lo conocían por su previa actividad al frente de Farmacity. Otros se están apurando a entablar relación con él en estos días.

Los empresarios que lo visitan en el primer piso de la Casa Rosada ya saben que la guardia de la explanada identifica a Quintana con el número "24".

En lo que hace a su gestión, el funcionario incrementó las audiencias en estas últimas semanas porque quiere tener información de primera mano sobre cómo marcha la actividad económica.

Uno de los ejecutivos que lo visitó justo después de Navidad, cuando el retiro de Prat Gay era un hecho, confió a iProfesional: "Está muy preocupado por la competitividad de la economía. No por el tipo de cambio, sino por los costos que tienen los empresarios para producir".

Las sospechas de que Quintana está llamado a jugar un rol preponderante vienen desde hace tiempo. En este sentido, los allegados a Casa Rosada recuerdan que casi siempre las peleas internas han sido laudadas a su favor.

Una de estas controversias, por ejemplo, fue su discrepancia con Isela Costantini respecto de la política de "cielos abiertos" y la estrategia a seguir con Aerolíneas Argentinas.

Si alguien aún tenía dudas sobre su poder, las mismas se terminaron de despejar por completo con la partida de Prat Gay.

- En primer lugar, porque trascendió que no había buena sintonía entre los dos. "El concepto de equipo no es un verso. A la Argentina no la salva un iluminado", dijo el funcionario tras el anuncio del recambio ministerial, en una frase lapidaria que exime de comentarios.

- En segundo término, porque el propio Quintana estuvo entre quienes realizaron el "casting" para ministro de Hacienda del que salió seleccionado Nicolás Dujovne.

- En tercer orden, fue quien apoyó la idea de recortarle poder al ministro, al promover a Luis "Toto" Caputo al frente de la nueva cartera de Finanzas, de manera que esa ya no sea un área subordinada a Hacienda.

Pero, sobre todo, porque en el nuevo esquema súper compartimentado y atomizado que eligió Macri para el "trabajo en equipo", resulta inevitable que alguien ejerza un doble rol: el de coordinador y el de "árbitro" ante las eventuales discusiones. Quintana es esa persona.Bajo perfil, alto poderEl despido de Prat Gay reavivó un debate que ya se había instalado entre los empresarios y también en el gremio de economistas.

Concretamente, si la división de responsabilidades en el equipo económico no terminaba diluyendo la efectividad de las medidas y confundiendo a los inversores sobre cómo se toman las decisiones en el Gobierno.

El pase a retiro del ahora ex ministro profundizó esta discusión. En apariencia, Macri había tomado la decisión de diluir (aún más) las responsabilidades en el área económica.

El speech del jefe de Estado a favor de un Gabinete sin grandes estrellas, sin súper ministros y ponderando el "trabajo en equipo" pareció una reivindicación de ese aplanamiento en la toma de decisiones.

Este estilo viene siendo muy criticado por varios empresarios y banqueros, que prefieren un "hombre fuerte" que resuelva sus problemas diarios y que en este mapa del poder no terminan de hallar.

Las objeciones llegaron incluso desde las ligas que acompañan a Cambiemos, como el Club Político Argentino, un think tank cercano al Gobierno.

"Si la economía se mantiene o vuelve a ser fuente de sinsabores, el riesgo de mantener atomizadas las decisiones económicas es que el presidente Macri se quede sin intermediarios, apareciendo como el responsable exclusivo de esos sinsabores", señalan desde ese espacio.

Sin embargo, lo que acaso no se haya advertido es que ese recorte de autoridad a nivel ministerial no necesariamente implica que el Presidente haya prescindido de tener un funcionario "fuerte", que aglutine poder y ejerza autoridad ante sus pares.

La clave reside en el estilo: a diferencia de los clásicos superministros, como Domingo Cavallo, Roberto Lavagna y los de décadas pasadas, ahora el "súper-coordinador" ejercerá su influencia pero de manera más discreta, con bajo perfil y casi entre las sombras.

Para entender lo que viene, hay que trazar un seguimiento de lo que fue la resolución del tema del impuesto a las Ganancias: Macri dejó en manos del dúo Quintana-Lopetegui la salida técnica, pero con el ex Farmacity en la primera línea de negociación política.

De hecho, fue quien se juntó con los gobernadores, con la CGT y con Sergio Massa. Y es el que salió a dar la versión oficial de las tratativas ante los medios.

"Es el hombre que, de ahora en más, le pondrá el pecho a la política económica", afirma un empresario que conoce muy bien a Quintana, desde épocas en las que ambos transitaban en el sector privado.

Quienes tienen llegada a él lo definen como un funcionario con gran dedicación al trabajo. Suele quedarse en su despacho entre 12 y 14 horas diarias y se siente personalmente muy comprometido con Macri.

Para graficarlo, un ejecutivo revela: "No tuvo ningún problema en escuchar y tratar de resolverle inconvenientes a los laboratorios -como Bagó y Elea, de la familia Sigman- que hasta hace un año le provocaban grandes dolores de cabeza como proveedores de Farmacity".

"Es un hombre abierto a recibir y a analizar sugerencias, muy trabajador e incluso socialmente muy sensible", agrega un empresario que no oculta su admiración por él.

Desde su despacho en Farmacity se podía ver la Villa 31. Cuando alguien se quejaba, lo invitaba a mirar por el ventanal cómo era la vida de esas personas, de modo tal de poner cada cosa en su lugar.

"La madre de Quintana era empleada por horas en casas particulares. No se olvida de su origen", rescata aquel mismo empresario. Y añade: "Posee mucha vocación para lo que fue nombrado y no tiene aspiraciones políticas, como es el caso de Frigerio o de Prat Gay".

"Macri valora eso y por tal motivo le da la derecha", confía la misma fuente inobjetable. Además, juega a su favor que cuenta con "mejores modos" que Lopetegui y que Marcos Peña para relacionarse.

También creció en la ponderación del Presidente porque es quien sale a dar la cara ante los medios cuando la coyuntura lo requiere. Peña, en cambio, se resiste un poco a ese papel. Y Lopetegui acordó con su mujer no dar entrevistas ni notas "salvo que Mauricio me lo pida".

Puertas adentro de su despacho, a Quintana se lo escuchó criticar el blanqueo de capitales: "Me da dolor de estómago pero entiendo que es un tema político y que necesitamos los dólares", refunfuñó aun a sabiendas del "golazo" que significó esa iniciativa de Prat Gay, su enemigo íntimo en el gabinete.La agenda de Quintana¿Cuál es el diagnóstico de Quintana sobre la marcha de la economía? Desde ya que comparte la preocupación por mejorar la eficiencia en el gasto público, un objetivo fundamental de Macri y que gravitó en la designación de Dujovne en Hacienda.

Si hay algo que al ex Farmacity le quita el sueño es la falta de competitividad de la economía, pero no porque crea que sea necesaria una devaluación.

En una de las reuniones de fin de año, puso como ejemplo los costos de trasladar piedra caliza en la Argentina y en Canadá, que son mucho más caros en la provincia de San Juan que en el país del Norte.

Por eso, el foco de las próximas decisiones se centrará en cómo hacer para que la economía vuelva a ser atractiva y pueda captar más inversiones.

En tanto, Dujovne asumirá el próximo lunes en Hacienda con el mandato de trazar las líneas de una futura reforma impositiva.

Con el reemplazo de Prat Gay, está claro que Macri se jugó a un cambio para arrancar 2017. A otra agenda de prioridades, con la expectativa de que, de una vez por todas, la economía levante vuelo.

El diagnóstico que tienen en el macrismo es que la señal de una mejor performance fiscal para el próximo año ayudará a "vender" un plan económico más sólido a mediano plazo pero que eso no alcanzará para la recuperación.Quintana y los suyos están convencidos de que también habrá que trabajar duro en la "micro", con el objetivo de mejorar la viabilidad de los negocios.

Dice que ahora, más que nunca, hay que esforzarse para "ver los frutos del trabajo hecho en el primer año". Por eso mismo se propone unas cortas vacaciones, a lo sumo una semana en la quinta bonaerense de un amigo o algunos días en Cariló. No más que eso.

Sabe, más que ninguno, que ha sido llamado por Macri para ocupar unos de los roles más importante de su gestión. Hay mucho por hacer y poco tiempo para descansar. 

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