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Todos enojados con el arranque de "Precios Transparentes": no hubo bajas al contado y subió el costo financiero
02/02/2017 - 13:01hs

"La semana pasada vendimos un montón de aires acondicionados y televisores. Esta semana hubo menos ventas", se quejaba ayer, en pleno debut del nuevo sistema de "precios transparentes" la vendedora de la sucursal de Almagro de una importante cadena de electrodomésticos.

La frase sintetiza el humor de comerciantes y consumidores en una jornada en la cual las cosas no salieron como el Gobierno había prometido.

Locales con poco público, empleados con dudas sobre el nuevo sistema de financiación, clientes confundidos o directamente enojados por lo que interpretaron como la pérdida de un beneficio, fueron algunas de las postales del día. 

En varios comercios del ramo, los carteles indicadores del nuevo costo financiero para las compras en cuotas brillaron por su ausencia. Hay que preguntárselo a los vendedores, pues al lado de cada producto sólo aparece el precio de contado.

Una referencia que, por cierto, lejos de las expectativas oficiales, no mostró caídas, mientras que el costo del financiamiento, en la mayoría de las veces, ya tuvo algunos retoques al alza.

En el caso concreto de las cadenas de retail de electrodomésticos, que fue donde se focalizó la atención periodística el día del debut, se mantuvieron prácticamente sin cambios las cifras al contadocontrastando las predicciones del Gobierno que esperaba bajas de entre 10% y 15%.

El resultado no fue el esperado: la mayoría de las cadenas mantuvieron sus precios y, en algunos casos, los remarcaron con un alza, sobre el cual habría que aplicar la financiación. 

En sus sitios web optaron por la estrategia de no destacar las cuotas. En su lugar, promocionaron fuertemente las ofertas en un solo pago

El costo financiero total (CFT) informado se ubicó entre el 40 y el 85%, según el plan de cuotas elegido, con un máximo de 24 pagos.

Descontento de los comerciantesLo cierto es que el debut estuvo bien lejos de lo que los funcionarios habían prometido

Hace una semana, cuando el ministro de Producción, Francisco Cabrera y el secretario de Comercio, Miguel Braun, llamaron a la prensa para explicar el nuevo sistema, se habían mostrado confiados en que el público lo percibiría como una medida beneficiosa.

Tanto, que se animaron a pronosticar caídas de precios en la modalidad de pago al contado.

El tema fue objeto de polémica en los últimos días, dado que muchos sospechaban que lo que ocurriría sería un sostenimiento del precio contado y un traslado del nuevo costo para los planes financiados.

La reacción inicial de los funcionarios fue la de negar esa posibilidad. Por caso, el vicepresidente del Banco Central, Lucas Llach, se dedicó las últimas jornadas a polemizar con los críticos de la medida en Twitter y a argumentar por qué lo precios deberían bajar.

Ayer, Llach no debe haber tenido una buena tarde: los usuarios le mostraron una larga lista de pruebas fotográficas sobre los aumentos de los valores contado.

Aunque consiguió también anotarse algunos ejemplos a favor del programa y aprovechó para promocionar los préstamos del Banco Nación, que ofrecen un costo financiero de 20% y mejoran cualquier financiación de Precios Transparentes.

Y hasta hubo mensajes oficiales que parecieron destinados a desligar responsabilidades del Gobierno.

Fue el caso de Braun, quien emitió un comunicado en el cual puntualizó que el objetivo de la medida fue únicamente el de "aportar transaparencia" en la información comercial y no inducir a bajas de precios.

Ya era tarde. A esa altura, la interpretación que se había hecho el mercado es que el Gobierno había incurrido, al menos, en un error de cálculo.

De hecho, los comerciantes se manifestaban enojados por la forma en que se implementó el nuevo esquema de información.

"Me siento ofendido por esta medida", deslizó a iProfesional el gerente comercial de una importante cadena de informática, quien calificó a la decisión como una "macana" del Gobierno al tratar a todos los comerciantes como estafadores.

El ejecutivo se consideró, como muchos otros, perjudicado frente a este plan, porque ya no podrá utilizar un esquema que le permitía lubricar las ventas y, al mismo tiempo, mantener un "pricing" acorde con su posicionamiento de marca de alta gama.

En su caso, las tarjetas de crédito le ofrecían una tasa anual de 26% en 12 pagos, pero tenían una forma para ofrecer cuotas sin interés.

"Yo renunciaba a 10 puntos y la tarjeta retiraba los otros 16 pidiendo a cambio mayor visibilidad como medio de pago", explicó.

Ahora, con el nuevo esquema, pierde esa modalidad de venta sin que aparezca a mano una alternativa.

Las quejas alcanzan a muchas Pymes, aun cuando algunas de sus agremiaciones, como la Cámara Argentina para la Mediana Empresa (CAME), habían celebrado la medida horas después de anunciada.

Pequeños comercios consultados por iProfesional señalaron que ya diferenciaban los precios de lista con los de contado antes de la "transparentización", a pesar de que regulación lo prohibía.

"El precio de efectivo o débito no es lo mismo que en una cuota, ahí no podemos hacer descuentos", se quejó un empresario textil, quien calificó la estrategia como un "gravísimo error del Gobierno".

Cifras bajo la lupa

El núcleo del debate reside en que, mientras el Ejecutivo presenta la medida como un beneficio para el consumidor, porque supuestamente evita el concepto engañoso de la promociones "sin interés", del otro lado lo que se percibe es la pérdida de un beneficio real.

Los funcionarios acusaban a los comerciantes de incorporar en el precio de lista de sus productos el costo financiero, que terminaban abonando tanto quienes pagaban en cuotas como quienes lo hacían al contado.

Lo que, en la jerga de los economistas, se denomina como "subsidio cruzado", porque implica que quien pagaba en una sola cuota colaboraba involuntariamente a financiar en parte a aquel que abonaba en cuotas.

¿Es bueno o perjudicial el fin de ese subsidio? En principio, en el gremio de los economistas hay tendencia a creer que se trata de algo positivo.

Gabriel Caamaño, economista jefe de la consultora Ledesma, afirmó que la medida es más equitativa", porque "ahora se aplica el costo financiero según el plan de financiación del cliente", cuando antes se prorrateaba también con los que pagaban al contado.

Por su parte, Sandra Dalinger, de CCR Group, indicó que "Precios Transparentes" tiene una misión similar a "Precios Cuidados", ya que funcionaría como un parámetro para conocer los valores reales por fuera de las promociones puntuales de cada comercio.

"Va a servir como referencia para el consumidor, para ver si un producto está caro o no", ejemplificó.

La medida fue elogiada también desde la banca. "Nos parece que es una medida positiva y sana. El resto de los países tienden a funcionar así, con beneficios para los que pagan al contado. Y no como pasaba en la Argentina, que se los penalizaba", dijo a iProfesional el vocero de uno de los principales bancos privados del mercado.

Incluso, ven muy posible que se pueda contener el alza de la inflación.

"En un contexto donde el índice de precios y las tasas de financiación se reducen, la diferencia entre pago al contado y pago en cuotas debería irhaciéndose cada vez más pequeña", se animan a pronosticar.

Fin del "subsidio"

Claro que una cosa es advertir los beneficios de largo plazo como consecuencia de un régimen más transparente y otra muy diferente es que el efecto inmediato sea percibido como positivo.

Más bien al contrario, lo que está ocurriendo en el arranque es la sensación de una pérdida de un derecho adquirido.

¿Por qué ocurre esto? Porque la parte que el Gobierno subestimó es que, en la Argentina, difícilmente los precios nominales vayan a la baja. Es posible que, con el tiempo, caigan en términos reales, por el efecto inflacionario, pero eso sólo es percibido transcurrido un lapso de meses.

Lo cierto es que la contracara del fin del subsidio cruzado es que, ahora, el costo pleno de la financiación quedará "transparentado" en el valor financiado en cuotas.

Y, en el corto plazo, esto se evidencia en un aumento para la gran mayoría que no puede acceder al pago en "cash".

"Cuanto más concentrado esté el sector, existen más posibilidades de que no baje el contado y suba el financiado. En las grandes casas de electrodomésticos, debería tender a que la referencia para quien abona en efectivo caiga poco o nada, pase a ser el precio de lista, y se recargue el costo financiero", señaló Caamaño.

Además, pronosticó que los comercios usarán esta "no baja" como compensación ante aumentos futuros.

"La reducción para quien pague al contado debería ser más una excepción en un contexto de inflación. Lo que no baje ahora, será un aumento que no se hará en los próximos meses. Si un comercio no efectuó la baja, entonces logra mantener su margen y le permite absorber costos sin trasladarlo al público", explicó.

En la misma línea, Dalinger, de CCR, deja entrever su escepticismo: "Creo que los precios se van a mantener, excepto lo que es la compraen efectivo, donde hay algunos descuentos en el rubro indumentaria".

Por su parte, el ejecutivo bancario manifestó que la efectividad de la medida se hará menos palpable en los negocios chicos.

"En indumentaria lo veo más difícil, al no tener productos homogéneos, tipo commodities", afirmó. 

Aun cuando admiten posibles errores en la implementación del nuevo esquema, los expertos consultados se manifiestan convencidos de que los planes promocionales con financiación bancaria no se verán afectados.

"Lo único que impacta es que hay que cumplir con las normas: debe informarse el costo financiero total y la tasa nominal anual, entre otras cosas", remarcaron desde la banca.

Pero los comerciantes no son tan optimistas y creen que las promociones están a punto de desaparecer.

"Los principales operadores de pago están trabajando con un horizonte de 15 días", advirtieron, resignados, desde una importante cadena de venta de productos de tecnología.

El nuevo sistema recién arrancó, por lo cual todavía hay tiempo de que el mercado se acomode y asimile la nueva realidad sin que se note un impacto en el consumo.

Pero, si el parámetro para evaluar la medida es lo ocurrido en la primera jornada, surge con claridad una alarma: los compradores ahora están con mayor reticencia a pagar en cuotas.

Es la gran paradoja de la medida ideada por los funcionarios macristas: lo que fue publicitado como un cambio a favor de los consumidores corre el riesgo de ser percibida como la pérdida de un beneficio.

Para colmo de males, hasta puede significar la percepción de un salto inflacionario. Lo que se dice, el peligro de un "efecto boomerang".