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El motivo de la guerra en la medicina prepaga: cae la rentabilidad y las firmas necesitan "capturar" afiliados
07/02/2017 - 12:19hs

El síntoma más claro acerca de la situación que atraviesa el negocio de la medicina privada en la Argentina es la pelea que, por estos días, sostienen dos gigantes del sector. A principios de enero, Claudio Belocopitt, titular de Swiss Medical, denunció a OSDE por defraudación al Estado. 

El empresario sostuvo que la obra social le adeuda $16.000 millones a la Superintendencia de Servicios de Salud (SSS), y que el potencial fraude sólo se pudo haber llevado a cabo con complicidad política.

Para el empresario, sólo así pudo escalar alto y tener más de 2 millones de afiliados.  

En la vereda de enfrente, OSDE contraatacó alegando que los argumentos de Swiss Medical no son más que una maniobra para "robarle" parte de su cartera. Y que la firma que comanda Belocopitt vive un momento económico cuanto menos dramático.

Pirotecnia al margen, lo concreto es que en el segmento predomina la certeza de que el cruce entre Swiss Medical y OSDE expone las dificultades financieras que atraviesan a los principales actores en una actividad que, coinciden las voces, hoy opera con la rentabilidad más baja en más de una década.

"Las empresas más chicas están a la espera de que alguna más grande las absorba y lo mismo cuenta para las medianas. Los costos corren 5 o 6 puntos por encima de la inflación corriente. En todo ese contexto, lo que queda es tratar de morderle parte de la clientela al otro", sostuvo a iProfesional una fuente cercanas a CIMARA, una de las entidades que nuclea a las prepagas.

"Para Swiss Medical, como para tantas otras, hoy es una de las pocas opciones a mano", agregó. 

El mercado de la medicina privada, según distintos actores consultados, concluyó 2016 con una facturación cercana a los $100.000 millones.

Pero la estructura de costos con la que debieron lidiar las grandes del sector como OSDE, Galeno y Swiss Medical, apenas sí les permitió alzarse con un resultado positivo cercano al 1%. Al menos, en el caso de las dos primeras.

Esta ganancia mínima explica, de acuerdo con organizaciones como la Asociación de Entidades de Medicina Privada (ADEMP), el grueso de las deudas que buena parte de las prepagas y obras sociales mantiene con algunas de las clínicas o centros de salud con las que operan.

"En general, la prepaga que no está en rojo está demorada con los pagos. El problema es que las empresas están teniendo acomodamientos en las cuotas que no se condicen con la realidad del sector. Los aumentos llegan tarde", comentó a iProfesional Néstor Gallardo, presidente de ADEMP.

"En 2016 las empresas fueron habilitadas para realizar un ajuste del 9% en marzo. Ese incremento era necesario un año antes. Para cuando llegó, los precios ya se habían disparado otro tanto", sostuvo. 

Afiliados que no se mueven

Entre los actores reconocen que el número de afiliados no ha tenido grandes variaciones en los últimos años, lo que atenta contra las posibilidades de crecimiento y obliga a revisar las estrategias de captación en un mercado que, a nivel nacional, suma cerca de 600 prestadores.

Sobre un total de 6 millones de afiliados a la cobertura privada que brindan prepagas y obras sociales, más de 2,1 millones se encuentran bajo la órbita de OSDE, mientras que Swiss Medical cuenta con una cartera de 870.000 asociados.

Muy cerca de esta última se ubica Galeno, que viene apuntalando sus números a través de un posicionamiento fuerte en el ámbito de los seguros laborales vía las adquisiciones de Mapfre ART y Consolidar ART.

La diversificación de productos y servicios es, en cierta medida, el recurso que le ha aportado algo de oxígeno a las compañías de la medicina privada en los últimos años. "No hay movilidad entre los afiliados, eso es real. Como por ley la cobertura tiene que ser igual más allá del `confort` que pueda asegurar un determinado prestador, no hay migraciones importantes. Las empresas, para sobrevivir a una rentabilidad bajísima, se fueron abriendo a otros negocios. Pero igual los márgenes siguen siendo pequeños", aseguró Gallardo.

Al respecto, Víctor Cipolla, vocero de OSDE, comentó a iProfesional que la reinversión en otros rubros le ha permitido a la obra social mantenerse, al menos hasta ahora, sin grandes complicaciones financieras.

"En el interior tenemos una empresa de servicios de emergencias llamada ‘Urgencias', además de nuestra alternativa en seguros y un operador de turismo. Los márgenes de rentabilidad se deterioraron sobre todo en la última década", sostuvo. 

"Esto tratamos de compensarlo manteniendo siempre una administración ordenada y con el ojo puesto en el nivel del servicio. También nos sostenemos en la idea de reinvertir permanentemente", agregó.

Según Cipolla, OSDE cerró 2016 con una facturación de $50.000 millones y una rentabilidad del 1%. Para el ejecutivo, el sector en general podría reencauzar sus cuentas si se habilitara una escala de incrementos que les garantice ganancias del orden del 3%.

"Si se dieran esos números, prácticamente todas las compañías pasarían a estar bien en términos financieros. Actualmente, la posibilidad de crecer está únicamente atada a revisar el gasto u optimizar los costos", señaló.

Aunque hoy enfrentado con OSDE, Belocopitt, de Swiss Medical, coincidió en que las prepagas "viven un momento difícil". Y que la única opción para sostenerse está, otra vez, en revisar permanentemente el gasto y aguardar por sendas habilitaciones oficiales para aumentar el valor de las prestaciones.

En el contexto actual, según el directivo, "algunas compañías podrían comenzar a fusionarse".

Sin embargo, advirtió a iProfesional que gran parte de la consolidación en este mercado "ya ocurrió", al tiempo que afirmó que los jugadores grandes "tampoco tienen espalda suficiente como para andar quedándose con sus rivales". 

Si bien Belocopitt evitó pronunciarse respecto del nivel de ganancias de la prepaga, en el sector destacan que en los últimos dos años la compañía viene funcionando a pérdida. Y que en 2016 comenzó a hacerse evidente la sangría de afiliados.Cuestión de costosGastos y costos son los conceptos que más repiten los empresarios y las organizaciones de la medicina privada al momento de analizar las causas de la baja rentabilidad.

Gallardo, titular de ADEMP, indicó que "el 80% corresponde a las erogaciones que deben hacer las prepagas y obras sociales para dar la prestación misma de salud, médicos incluidos, mientras que el 20% restante representa el trabajo administrativo".

"El sector tiene costos por encima de los parámetros que se conocen. Si la inflación aumenta un 35%, por ejemplo, para las empresas de salud la pauta es, como mínimo, del 42%. El año pasado, por ejemplo, hubo artículos médicos que se aumentaron un 100%. En la Argentina, comprar un tomógrafo cuesta hasta un 50% más que en Estados Unidos. Esos son aspecto que los afiliados desconocen", explicó a iProfesional.

Gallardo sostuvo que la escalada de costos tuvo en el primer año del macrismo una evolución "angustiante", aunque en los últimos meses los costos operativos se fueron estabilizando.

"El miedo para todos está en cómo avanza la economía. Si sigue profundizándose el desempleo lo más probable es que tengamos a mucha gente saliéndose del sistema. Esto ya está ocurriendo aunque todavía no en niveles alarmantes", señaló.Tiempo de aumentos

Entre las compañías de la medicina privada también existe una postura crítica respecto de los aumentos que, sobre todo en los primeros meses de cada año, suelen permitírseles a prepagas y obras sociales. Para las empresas los retoques siempre son insuficientes y ocurren a destiempo.

"Si bien en el 2016 tuvimos un cierto reacomodamiento en el valor de las cuotas, el atraso persistente en términos de recaudación y costos es tan grande que no se alcanza a sentir en la rentabilidad. Los porcentuales de incremento son bajos comparados con los costos en ascenso que sufren cada una de las patologías a cubrir", aseguró Gallardo.

El titular de ADEMP sostuvo que el valor-cuota arrastra "deficiencias pronunciadas" desde hace al menos tres años, aunque la baja en las ganancias de las empresas del sector suma más de una década.

"Los aumentos de los insumos son una tendencia mundial, pero en Argentina siempre se ubican por encima de otros productos o servicios. Para acomodar el negocio de las prepagas se necesitaría un país sin inflación que habilite un aumento del 25% en una cuota y para todos los planes", especificó.

Cabe destacar que el Ministerio de Salud, en su resolución 2371-E/2016 publicada en el Boletín Oficial, autorizó a todas las firmas que brindan cobertura médica privada a incrementar el valor de sus cuotas en hasta 6% a partir del 1 de febrero de 2017.

Más allá de este beneficio, lo real es que las coberturas privadas asisten a un cambio en la ecuación del negocio que abre interrogantes respecto de cómo harán las empresas para mejorar sus márgenes.

Por otro lado, prepagas y obras sociales también saben que los afiliados lejos están de avalar los aumentos que las empresas consideran necesarios para acomodar sus números. El gran temor es que los aumentos terminen precipitando una diáspora del sistema.

Con pocas posibilidades de bajar costos y sin tolerancia social para una suba de las tarifas, la conclusión es obvia: la única manera de recomponer rentabilidad es mediante una mayor cantidad de afiliados. Lo que en la jerga se llama "economías de escala": con más usuarios aportantes se soportan mejor los gastos de estructura.

Si bien se cuidan de exponerlo a viva voz, lo concreto es que las compañías visualizan como alternativas de mejora la posibilidad de disputarles carteras a sus rivales o, en todo caso, avanzar directamente con la compra de algún competidor.

Las complicaciones que exponen los "peso pesado" del sector dejan entrever que, más allá de las señales políticas, 2017 será un año de batallas internas en el ámbito de la medicina privada.

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