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Promesas y planes de inversión del actual Presidente de Estados Unidos ponen a los inversores atentos a las oportunidades. El Dow Jones en precios récord
01/03/2017 - 23:41hs

Suele decirse que los mercados accionarios "compran con el rumor y venden con la noticia". Y eso sucede actualmente en las bolsas globales, en las cuales las inversiones prometidas por parte del gobierno federal estadounidense actúan como anabólicos, generando fuertes expectativos, tal ese el caso del índice accionario Dow jones, que sube un 14% desde el triunfo de Donald Trump.

Sin embargo, en finanzas, existen mejores estrategias que confiar sólo en las esperanzas. Sobre todo, porque el humor social puede cambiar 180 grados en un momento y, sin la existencia de políticas que sustenten lo esperado, es difícil hacer predicciones numéricas o planificar a mediano plazo para disminuir la incertidumbre.

Por el momento el mercado financiero estadounidense dice que Trump es un genio, capaz de aplicar sus calidades de negociador comercial para "hacer América grande de nuevo", slogan que Wall Street apuntala y empuja el índice Dow Jones por encima de la barrera psicológica de los 20.000 puntos.

Pero todo hacer pensar que en este escenario de anuncios rimbombantes y crecimiento en la Bolsa esconde por ahora una buena dosis de "humo", ya que la Casa Blanca nunca informó que planes concretos tiene para lograr los objetivos de crecimiento. Sólo mencionó que recortaría impuestos a las corporaciones, lo cual generaría ganancias crecientes solo para ellas, alza de las cotizaciones bursátiles y de los inmuebles.

Es decir que, más allá de disminuir los impuestos a las ganancias de las grandes empresas -del actual 35% al 15%-, sólo se escucharon buenos deseos, peroninguna herramienta de desarrollo concretas. Mientras tanto las Bolsas siguen subiendo.

Y siempre hay aguafiestas. Porque algunos medios en EE.UU. hoy asocian las políticas y dichos de Donald Trump a la presidencia de Calvin Coolidge quien, sosteniendo que el recorte fiscal a los ricos "gotearía" en beneficios hacia los pobres tuvo una economía muy exitosa por un tiempo, pero que estalló justo al final de su mandato en 1929, desatando la gran crisis del año 1930 cuyos efectos todos conocemos.

De promesas y realidades

Así mismo interesamirar hacia los commodities, pieza fundamental en el ajedrez de Trump. Porque el presidente norteamericano prometió revitalizar la industria manufacturera estadounidense, creando de esa forma nuevos puestos de trabajo y, para cumplir ese objetivo, deberá enfrentar el precio creciente de algunos metales fundamentales, de cuyas importaciones su país es fuertemente dependiente. Por ejemplo, según la consultora de materias primas Wood Mackenzie, el 60% del acero consumido en Estados Uniodos es de origen importado.

Por otro lado, la reciente derogación de la norma Dodd-Frank, firmada por Barack Obama en julio del 2010, vuelve a otorgar enorme ventaja a los grandes bancos permitiéndoles usar ahora los altos stocks de liquidez que mantienen para activar su presencia en el negocio de trading de materias primas, que representa más de u$s14.000 millones al año.

Y la presencia de estos nuevos flujos de fondos aporta mayor componente especulativo a los precios de las materias primas, de por si más volátiles ante el escenario de potencial guerra comercial, súper dólar y fluctuaciones en la demanda, tal como vimos la década pasada.

Y mientras tanto, en el otro lado del ring side el banco central norteamericano sigue con atención el alza de los precios de la economía, que a nivel mayorista tuvieron su crecimiento más importante de los últimos 5 años, empujados por los aumentos en los precios del petróleo, lo cual predispone a la FED para tomar una política más agresiva a la hora de ajustar los tipos de interés.

Y justamente una mayor tasa va en sentido contrario de las necesidades de Trump, quien desea recursos baratos para aplicarlos a inversiones de infraestructura y recuperación de la capacidad industrial nacional, según declara.

Es decir que entre la Casa Blanca y Yanet Yellen, elegida presidenta de la FED en el 2014, existen objetivos opuestos a resolver. Porque la política de Trump aumenta los riesgos de mayor inflación que, precisamente, la Reserva Federal quiere contener.

¿Y en Argentina?

Si EE.UU. inicia la búsqueda agresiva de capitales de inversión, cosa que aún no sucede, entonces los grandes jugadores se verán tentados de migrar los capitales hacia el norte reduciendo la financiación a los mercados emergentes y ello, de ocurrir, desembocará en una mayor caída de precios de la deuda externa argentina, para la cual la época de compresión de spreads parece terminada por el momento.

Asímismo el mayor componente especulativo en el mercado global de los commodities, por la participación de nuevos capitales bancarios, fortalecimiento del dólar frente a otras divisas, y riesgo de menor consumo global, impactarán negativamente en el precio de nuestras materias primas.

Por todo lo expuesto parece que la administración Trump abre para la región mayores riesgos antes que oportunidades. E, infortunadamente, en gran medida solo queda esperar y ver, tomando en el mientras tanto posiciones políticas y económicas más o menos equilibradas, y evitando la ilusión de pensar que, simplemente por sonreírle a Washington, las cosas nos irán mejor.