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Bajo la consigna de que "no todos son iguales", los funcionarios intentan disuadir al sindicalismo dialoguista para bajar el nivel de conflictividad
14/03/2017 - 11:03hs

"No son todos iguales". Con esa lectura del mapa sindical, el Gobierno recibirá este martes a los gremios industriales.

Será el primer encuentro luego de la masiva marcha del martes pasado, en el que los funcionarios buscarán desactivar el paro de la CGT previsto entre el 4 y 6 de abril.

El ministro de Trabajo, Jorge Triaca, y el de Producción, Francisco Cabrera, evalúan una serie de medidas que apunta a otorgar beneficios fiscales a las empresas y subsidios transitorios para mantener los puestos, o bien, para asistir a los despedidos.

"Vamos a ver los números que faltan y llegar a un acuerdo. No hay un problema general, sino que hay que ver caso por caso", dijo a iProfesional el secretario de Trabajo Ezequiel Sabor. El funcionario es optimista: "Hemos parado muchos despidos".

A través de cuatro mesas sectoriales, apuntan a desalentar el reclamo de un "cambio de rumbo" que impulsa la central obrera. En concreto, la cúpula sindical exige un freno a los despidos, eliminar el "techo" a las paritarias y reducir las importaciones.

Pero Triaca y Cabrera parten de un diagnóstico diferente. Si bien reconocen que la protesta fue "inédita", aseguran que el triunvirato aplazó la definición del paro el martes pasado. Aunque admiten que por "presiones internas" luego tuvieron que adoptar definiciones.En lo económico, en tanto, afirman que el empleo creció el año pasado y que "no hay avalancha" de productos extranjeros. Para el Gabinete, los problemas afectan solo "algunos sectores sensibles". Por ello, aseguran en Producción, "por ahora no habrá correcciones".

"Este año vamos a crecer y eso no se va a frenar con una marcha", ratificó el ministro de Producción el martes de la semana pasada, tras la imponente manifestación de la CGT frente a la secretaría de Industria de dicha cartera.

En los últimos días, el triunvirato volvió a pedir la cabeza de Cabrera. Primero fue Héctor Daer, quien el fin de semana calificó al funcionario como el "ideólogo" de la "destrucción de las actividades" en el sector industrial. Y el domingo se sumó Juan Carlos Schmid.

Para bajar tensiones, una de las reuniones de hoy será con los metalmecánicos (SMATA), uno de los gremios más afines al oficialismo y en cuya actividad las terminales mantienen suspendidos a 1.400 operarios por los problemas en Brasil. Los metalúrgicos (UOM) también fueron citados.

La cartera de Cabrera analiza extender la Ley de Autopartes que existe en el sector automotor a otras ramas del rubro metalúrgico. La normativa dispuso beneficios fiscales para las empresas que integren hasta un 35% de piezas fabricadas en el país.

No obstante, desde la UOM ven difícil que la medida resuelva los problemas de la actividad, con una balanza comercial aún golpeada por la recesión en Brasil.

"Están tapando baches", dijo a iProfesional el secretario de organización de la UOM, Antonio Cataneo, quien desestimó que las propuestas oficiales puedan evitar el paro "sin retrotraer" la situación de suspensiones y despidos.

En paralelo, habrá dos reuniones más, una con el gremio textil (AOT) y otra con el del calzado (UTICRA). En la cadena que agrupa a las dos ramas denuncian la entrada de productos terminados, como ropa y zapatillas deportivas, junto con un desplome "general" del consumo interno.SubsidiosLa idea de los funcionarios es lograr un acercamiento con algunos de los sindicatos e, incluso, con sectores internos.

Así, por caso, en Trabajo reconocen que el titular de la UOM Tierra del Fuego, Oscar Martínez, "ha tomado muy bien" el Programa de Transformación Productiva (PTP).

Se trata de una de las herramientas que Triaca y Cabrera pondrán hoy sobre la mesa. Los trabajadores que ingresan al plan cobran un seguro de desempleo ampliado (equivalente al 50% del sueldo promedio del último año), mientras el Gobierno busca reinsertarlos.

En el caso de la empresa Banghó, los funcionarios ofrecieron otorgar el beneficio a 200 asalariados que fueron desafectados de la fabricante de computadoras tras la baja de aranceles anunciada por el Ejecutivo, y reincorporarlos en Visuar.

La compañía, que proyecta producir heladeras en Cañuelas, comenzó a entrevistar a los trabajadores desvinculados de Banghó, la textil Alpargatas e Informática Fueguina para cubrir los 250 puestos que creará entre abril y mayo próximos.

El Programa de Reactivación Productiva es otro de los dispositivos que prevén aceitar las autoridades. El denominado "Repro" es un subsidio que cubre parte del salario de los empleados y que fue depurado por el macrismo tras acusar a la gestión anterior de irregularidades en su uso.

La diferencia con el PTP es que el Estado asiste en este caso a las empresas para que mantengan la plantilla, aunque en enero el Gobierno introdujo un cambio que permite recibir a las firmas recibir el Repro y, a la vez, abrir retiros voluntarios.

Con todo, los sindicatos ven dichas medidas como "paliativos" en el mejor de los casos. El PTP, incluso, es considerado como un plan contraproducente.

"Queremos que sigan produciendo las empresas. Si dan un subsidio al desempleo, van a despedir más gente", advirtió a este medio el secretario adjunto de UTICRA, Horacio Jerez.

En resumen, desde la CGT ven difícil que el Gobierno cuente con una solución antes del 4 o 6 de abril. En la Rosada, en tanto, asumen que el paro no podrán evitarlo y sostienen que el triunvirato es un "aliado".

Lo que no está claro todavía es qué impacto podría tener una huelga general luego de las internas que afloraron el martes pasado.

No sólo en la central obrera, sino también en Cambiemos, donde las voces a favor de hacer concesiones antes de las elecciones se escuchan con más fuerza.

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