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El titular del Central adelantó su intención de llevar las tenencias hasta un 15% del PBI, desde el 10% actual. Compraría hasta u$s40.000 millones
28/04/2017 - 10:38hs

Para muchos operadores de la city porteña, la suba del dólar de la última semana terminó siendo una gran decepción: apenas un "piquito" de 1,3%, tras un anuncio bomba por parte del presidente del Banco Central.

Eran muchos los que esperaban "algo más", luego de que Federico Sturzenegger anticipara sus intenciones de llevar las reservas al 15% del PBI, desde menos del 10% actual.

En el mercado se había generado bastante expectativa sobre un rebote de la cotización.

A fin de cuentas, semanas atrás bastó un rumor para que se generara un repunte mayor. El mismo indicaba que el BCRA iba a comprarle a las provincias y al Tesoro todos los dólares que consiguieran en sus emisiones de deuda en el exterior.

El razonamiento era que esa mayor demanda empujaría la cotización hacia arriba. Esa posibilidad finalmente fue desmentida.

Por lo tanto, el anuncio -esta vez sí oficial- de que el Banco Central podría adquirir hasta u$s40.000 millones para engrosar sus arcas también tendría que haber sido interpretado como que se estaba en la antesala de una escalada alcista.

Sin embargo, eso no ocurrió. La modesta suba que se dio días después terminó por convencer a muchos de que el tipo de cambio atrasado frente a la inflación llegó para quedarse un tiempo.

Además, fue decodificado en el sentido de que la entrada de billetes verdes (producto del combo deuda + blanqueo + sojadólares) es lo suficientemente abundante como para enfrentar cualquier pico de demanda.

Sin embargo, hubo una aguja del tablero indicador que sí se movió, aunque pasó algo inadvertido para la mayoría del público: en el Rofex, donde los inversores cierran operaciones de dólar futuro, se registró un inusual incremento del volumen operado.

¿Qué es el dólar futuro? Es un contrato de compraventa a tres, seis o doce meses, por ejemplo, a un precio prestablecido entre las dos partes.

En esta operación no se entregan billetes verdes, todo se realiza en pesos y se liquida por diferencias entre el valor acordado y el real.

¿Cómo se lee entonces este reciente repunte en el volumen operado? Básicamente en que gran parte del mercado, aun pese a la calma actual, prefiere resguardarse.

Es decir, elige contar con la seguridad de que en unos meses podrá hacerse de un monto de divisas a la cotización ahora convenida, por si llegase a darse un fuerte repunte.

Así, el nivel operado llegó a duplicar el registrado en las jornadas previas a las palabras de Sturzenegger.

En tan sólo cinco días hábiles (miércoles 19 al martes 25 de abril) se pactaron a plazo nada menos que unos u$s3.300 millones.

Se trata de un promedio diario de u$s660 millones, cuando lo que se transacciona habitualmente en una rueda es de entre u$s300 millones y u$s400 millones.

En los días posteriores, parecía que ese mayor volumen iba a volver a su cauce. Sin embargo, este jueves nuevamente se acrecentó (u$s656 millones).Mejor prevenir¿Por qué los inversores se apuraron a reforzar sus posiciones en dólares y el tipo de cambio subió 20 centavos en cinco ruedas?

Desde la city señalan que el precio de la divisa estadounidense en un régimen de flotación, como el que propicia el BCRA, depende principalmente de la oferta y la demanda.

Cuando Sturzenegger adelantó que su objetivo era elevar las reservas hasta un 15% del PBI dejo entrever que irá en busca de, como mínimo, u$s25.000 millones.

Sin embargo, hay entidades que dan cuenta de una cifra mucho mayor. Como el JP Morgan, que pronostica que ese número podría rondar los u$s40.000 millones, si se incluye el eventual aumento del Presupuesto 2017.

El mercado, en tanto, hizo su lectura: las tenencias actuales se elevarán, en términos porcentuales, entre 50% y 80%.

Se trata de una noticia impactante, ya que anticipa una suerte de "aspiradora" que contribuirá a secar la plaza cambiaria, succionando los dólares que resulten de las colocaciones de deuda y de las exportaciones, lo que induciría a una presión alcista sobre la cotización.

Por lo pronto, esta mayor demanda futura no se reflejó tanto en los pecios de pizarras, pero sí en el nivel de cobertura.

Muchos importadores, empresas e inversores, luego de las palabras de Sturzenegger se apuraron a tomar posiciones en el mercado de futuros, para así tener asegurado un valor de cara a los meses venideros.

"La compra de futuros, o de dólar billetes, es la única forma de cubrirse ante posibles incrementos", recuerda a iProfesional José Prats, analista de inversiones.

Esta operatoria no es nueva. Nació en el siglo XIX y su objetivo principal era proteger a los productores de materias primas ante fuertes sacudones de la moneda, algo que le restaba atractivo a su labor.

Gustavo Neffa, analista de Research for Traders, completa: "Lo sucedido viene a ser una reacción lógica del mercado. De hecho, nosotros estamos recomendando dolarizar más las carteras, porque el valor actual es bajo".

"El BCRA anticipó que no se va a quedar de brazos cruzados y que juntará un volumen muy alto de reservas, lo que puede inyectar presión al precio de la moneda", completa.Dólar de fondoEl anuncio de Sturzenegger hizo que, en los cinco días posteriores, el billete minorista aumentara 1% para ubicarse en los $15,72. Lo mismo sucedió con el mayorista, que ascendió a $15,42.

El mercado cree que estos precios pasaron a ser los nuevos pisos. Sobre todo, si se tiene presente que en los días previos a los dichos del banquero central había tocado su nivel más bajo desde inicios de noviembre.

Se acomodó un poco hacia arriba, pero la noticia del refuerzo de reservas lejos estuvo de generar una escalada desenfrenada. Incluso, el BCRA no necesitó intervenir en la plaza cambiaria efectuando compras relevantes.

Algunos salieron a poner paños fríos, al aclarar que el mandamás del BCRA no puso fecha ni indicó cuánto tiempo se tomará para adquirir semejante monto, u$s40.000 millones para el JP Morgan.

En varios despachos de la city interpretan que lo que hizo fue una jugada de corte especulativo: inquietar a los inversores e inducirlos a comprar, a partir de suministrarles pistas sobre un alza del precio inducida.

"El anuncio ha sido una forma de darle un nuevo piso. De hecho, los bancos salieron a comprar luego de sus palabras", apunta Prats.

Christian Buteler, analista financiero, recuerda que una cotización baja complica a la economía, ya que al país se le dificulta exportar.

Además, que todos aquellos empresarios del exterior que traen sus dólares para invertir saben de antemano que deben cambiarlos por pesos a una cotización atrasada, lo que genera desincentivo.

Según datos del BCRA al 26 de abril, las compras para acopiar reservas han sido de tan sólo u$s600 millones en lo que va del 2017.

En cambio, quienes sí sobresalen por sus adquisiciones son los ahorristas de a pie, con casi u$s4.800 millones sólo en el primer trimestre. Es decir, 45% más que en igual período del año anterior.

"El atraso cambiario llegó para quedarse. Proyectamos un valor de entre $17,20 y $17,50 para fin de año", señalan desde la consultora Analytica.

Según Prats, el "mercado no demuestra un apetito tan grande como para que se registre una suba abrupta".

Buteler coincide: "Sturzenegger está más jugado a cumplir con las metas de inflación, y una alza importante de la divisa lo complicaría".

"A fin de año rondará los $17,50. Debería acercarse a ese nivel porque, de otro modo, el atraso cambiario sería muy evidente. Pero no más que eso, para que no se acelere el índice de precios", concluye Prats.

Claro que faltan varios meses hasta que llegue diciembre. Mientras tanto, los inversores siguen pedaleando la "bicicleta financiera" y disfrutando de suculentos retornos.

Esto es, desarman posiciones en dólares, se vuelcan a colocaciones en pesos (como las Lebac, que rinden cerca del 25%) para luego, con lo obtenido, comprar más billetes verdes.

El "seguro de cambio" pre-electoral que les ofrece el Banco Central y su necesidad de mantener alta las tasas así lo permiten.

El "siga- siga" de Sturzenegger llena de algarabía a la city porteña, al tiempo que opaca a la inversiones productivas, que rinden menos, tardan más y traen mayores dolores de cabeza.

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