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Rebelión contra la "mesa chica": subas del dólar y la nafta pusieron en alerta al sector polí­tico de Cambiemos
12/07/2017 - 11:56hs

"Le digo la verdad: yo les mandé mails a mis amigos en el Gobierno. Les advertí que aplicar un aumento en los combustibles y, en simultáneo, dejar que el dólar suba es suicida. Se tienen que dar cuenta que pueden perder las elecciones. Son ingenuos".

Así, entre enojado y desencantado, despotrica uno de los consultores más influyentes de la City en diálogo con iProfesional.

Sus palabras reflejan un estado de ánimo que lejos está de circunscribirse a unos pocos, ni es exclusivo de quienes miran "desde afuera" la gestión oficial.

Por el contrario, las fuertes quejas deslizadas por un ministro del "ala política" hacia sus colegas del equipo económico han ido creciendo en intensidad en estos últimos días.

Nosotros la venimos remando para sacar de la agenda pública temas de la economía y ellos los instalan en el centro del debate. Ni que jugaran para el enemigo", protestó el funcionario.

Lo cierto es que, a poco más de un mes de las Primarias y con las elecciones generales a la vuelta de la esquina, las decisiones y las formas de obrar del Gobierno desconciertan a propios y extraños.

Funcionarios y dirigentes oficialistas sostienen que desde la Casa Rosada está jugando con fuego. O que, cuanto menos, se toman medidas que van a contramano de lo que dicen los manuales básicos de una buena campaña electoral.

A fin de cuentas, la tradición indica que en la Argentina, si un Gobierno quiere lograr un buen resultado en las urnas debe cumplir a rajatabla ciertos lineamientos en materia económica.

Entre ellos, el de mantener un dólar estable, preferentemente bajo, y posponer cualquier ajuste de precios. Sobre todo, en rubros como el de las tarifas públicas, ya que producen un efecto contagio sobre el resto de los bienes y servicios.

Para muchos analistas, el macrismo actúa como si estuviera siguiendo un libreto guionado desde el propio bunker electoral del kirchnerismo.

Les sorprende que incumpla con cada uno de los preceptos básicos, que complique el dato de la inflación de julio (el último que se conocerá antes de las PASO) y que llene de argumentos a la oposición para que critique los costos sociales del ajuste.

En este contexto -que alarma a unos y alegra a otros- todos buscan dar con algunas respuestas : ¿este tipo de situaciones ocurre "sin querer", como consecuencia de la falta de coordinación? ¿O, por el contrario, se dan de manera deliberada?

Entre la sorpresa y la estrategia

En el ámbito político, el comentario inevitable de estos últimos días viene siendo si la plana mayor del Gobierno es consciente del impacto negativo que acarrean las medidas tomadas recientemente.

No faltan aquellos que hasta creen que acentuar algunos rasgos distintivos de Cambiemos es, precisamente, una de sus posibles cartas de triunfo. Por ejemplo, el de no haber intervenido en el mercado cambiario durante una corrida.

Claro que hay cosas que se escapan de esa teoría. Como fue la repentina suba del dólar, que tomó al Gobierno por sorpresa. Así lo admitió a iProfesional un encumbrado funcionario, con despacho en el primer piso de la Casa Rosada.

Una vez que el billete verde se "soltó", entonces sí la decisión política fue no intervenir en el mercado.

El atraso cambiario era una realidad innegable, tanto para analistas como para empresarios y políticos. Aun así, la repentina corrección provocó un debate interno y hasta cierto malestar en varios de los funcionarios que transitan a diario los pasillos de la Rosada.

En las jornadas calientes, mientras los portales y canales informativos colocaban la cotización del dólar como una de sus principales noticias, hubo contactos directos y permanentes entre Casa de Gobierno y Banco Central para indagar sobre lo que estaba aconteciendo.

Federico Sturzenegger, Mario Quintana y Gustavo Lopetegui salieron rápidamente a decir que la corrección cambiaria, a diferencia de otras más traumáticas, no iba a generar una presión adicional sobre la inflación, ni siquiera entre los productos de la canasta básica.

En tanto, Sturzenegger insiste y busca convencer a sus pares de que la política monetaria que viene llevando a cabo va a ayudar a disciplinar a los precios, tema más que sensible en la previa electoral.

Precisamente, ese fue el punto objetado por uno de los ministros del "ala política", que se encargó de transmitirle su inquietud a otros miembros del Gabinete nacional.

No les ocultó su fastidio por el alza anunciada en las naftas y por el repunte del dólar, al considerar que este tipo de decisiones le complican la campaña a Cambiemos.

Según confían a iProfesional importantes fuentes, los funcionarios más intranquilos hubiesen preferido una señal contundente del Banco Central a fin de evitar una disparada del tipo de cambio.

Por eso respiraron aliviados cuando Sturzenegger habilitó un alza en las tasas de interés en el mercado de las Lebac, a mitad de la semana.

No todas fueron quejas

La ola de temores que entre algunos funcionarios genera el incremento de la divisa estadounidense no ha llegado al Ministerio de Interior.

Es que ahí interpretan que la corrección cambiaria es vista con buenos ojos por la mayoría de los gobernadores. Especialmente, por aquellos que más dependen de sus economías regionales, muy golpeadas por este tema.

En el caso del los combustibles, la brusca suba en naftas (7%) y en gasoil (6%) fue una decisión directa de Macri, luego de reparar en un informe que le acercó Juan José Aranguren.

Por cierto, el titular de Energía se ha convertido, junto con Sturzenegger, en los dos faros del Presidente en materia económica.

La luz verde del jefe de Estado, no obstante, sorprendió a buena parte del Gabinete nacional; varios ministros no llegan a entender (ni a compartir) que se valide el incremento en surtidores en plena contienda electoral, más allá de que la revisión de los precios en figuraba en el calendario.

Existe, sin embargo, una explicación, que fue revelada a iProfesional por un hombre muy cercano a Macri: hay 90.000 puestos de trabajo de petroleros en el sur del país que hubiesen corrido serios riesgos, de no haberse tomado la antipática medida.

Por lo pronto, en Casa Rosada no quieren salir a decir explícitamente que este es el motivo de fondo, en medio de cesantías que también ocurren en otras ramas de actividad.

"No podemos dejar pasar algunos despidos mientras cuidamos que la situación no empeore en otros sectores", fundamenta la fuente oficial.

Y agrega: "No queremos romper el acuerdo que tenemos con las petroleras de ir, en forma gradual, hacia el precio internacional de los combustibles".

"Si lo pasábamos por alto como algunos querían, incluso dentro del Gobierno, el pacto se caía por incumplimiento", completa.

Gobierno confiado, economistas críticos

Suba del dólar y aumentos de naftas. Los funcionarios alegan que la coincidencia en el timing de estos dos temas -que dominan la agenda económica- fue mera "casualidad".

Es verdad la revisión de los precios de los combustibles ya estaba pautada, pero también es cierto que la volatilidad en el mercado de cambios tomó por sorpresa a muchos.

Acaso lo más llamativo fue la actitud del Banco Central, ya que se mantuvo al margen. O, dicho de otro modo, avalando el incremento del billete verde.

Tal como ya revelara iProfesional, Federico Sturzenegger, a diferencia de sus pares, hasta confesó sentirse "feliz" por la sorpresiva escalada.

La próxima revisión de los combustibles tendrá lugar el 1° de octubre, a tres semanas de las elecciones.

¿Avalará el Ejecutivo otro retoque importante? El escenario no es ilusorio, a juzgar por los últimos aumentos del dólar, principal variable para fijar las cifras en los surtidores.

Desde la Casa Rosada piden "mesura". Un funcionario con despacho en el primer piso así se expresa: "Tenemos que serenarnos. Cuando el dólar cayó a $15,50, tras superar los $16 de principios de años, los precios no bajaron".

"En ese momento, seguro, hubo una recomposición de márgenes, que ahora que se ubica por encima de los $17 se puede comprimir", razona.

"¿No temen una nueva presión sobre los precios, esencialmente el de alimentos?, preguntó iProfesional a este funcionario de primer nivel.

"Los aumentos de las naftas tienen incidencia directa sobre la inflación, eso es indiscutible. Pero el traslado a precios ocurre sólo si es convalidado por la demanda de productos", respondió.

En su visión, la debilidad que experimenta el consumo hace que el impacto sea limitado. Por otra parte, recuerda que el Gobierno mantiene pisada la tarifa de transporte público, lo que contribuye a moderar al índice inflacionario.

Los economistas más reconocidos de la ortodoxia económica no se muestran tan confiados como él. Desde José Luis Machinea a José Luis Espert, Miguel Kiguel, Mario Blejer y Carlos Rodríguez, por citar sólo a algunos, objetan las últimas decisiones de los funcionarios.

"Aranguren concentra gran parte de los errores del Gobierno, el alza de las tarifas de gas tendría que haber sido gradual. Los combustibles se ubican entre los más caros de América latina", critica Machinea.

El importante funcionario de la Casa Rosada que dialogó con iProfesional rechaza esta visión apocalíptica y pone el foco en las urnas: "La economía no es la clave de estas elecciones, salvo en el conurbano. En el resto del país vamos a llevarnos muy buenos resultados".

Justifica su afirmación diciendo que la actividad está mejorando en el interior. "Necesitamos un puente de credibilidad para que los votantes vuelvan a apostar a que viene un modelo mejor", expresa.

"Justamente, la gran contienda es en el conurbano, donde la pelea es contra Cristina. ¿Estas medidas no alejan las chances del oficialismo?, consultó iProfesional.

"Será palo y palo hasta el final. Pero nuestra estrategia no es mirarla tanto a ella. Pasa más por seducir a quienes nos votaron en el balotaje de 2015 y que ahora no están tan conformes y a lo que prefieren a Massa", revela.

Cuentan algunos de los colaboradores más cercanos a Macri, que una gran preocupación que tiene es la lectura que desde el extranjero vayan a hacer sobre los comicios.

En vísperas de su viaje a Alemania, con motivo del G20, al momento de tener que decidir el ajuste en los combustibles influyó en él una firme convicción de querer mostrarse como un gobernante que persigue sus objetivos más allá del calendario electoral.

"Confía en que existe un alto voto cautivo anti Cristina y que todavía tiene tiempo de quitárselo a Massa y a Randazzo. Apuesta a que un ajuste gradual pero constante evitará la formación de una burbuja que explote tras las elecciones", revela la fuente.

"Tenemos que aprovechar para ordenar las cuentas mientras tengamos los mercados de crédito abiertos. Hay que apurarse, por las dudas", completa.

Por lo pronto, sus afirmaciones exponen qué tan agitadas son las horas que transcurren dentro y fuera de la Casa de Gobierno. Y, claro está, de los tiempos "calientes" que se avecinan.