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El primer panel correspondió a los economistas, representados por Ricardo Arriazu, Lorenzo Sigaut Gravina y Walter Cont             
24/08/2017 - 19:12hs

El primer panel de la Jornada sobre Reforma Tributaria organizada por el Consejo Profesional de Ciencias Económicas porteño correspondió a los economistas, representados por Ricardo Arriazu, Lorenzo Sigaut Gravina y Walter Cont.

Los tres coincidieron en general en señalar tanto la importancia de encarar la reforma tributaria como de las dificultades que encontrarán en el camino los responsables de la tarea, en razón de un contexto macroeconómico no muy propicio, especialmente por el tamaño del gasto público a financiar.

Sin embargo, mientras Arriazu pareció sugerir la necesidad de un cambio drástico en la estructura tributaria, sus compañeros de panel fueron más escépticos en cuanto al margen político con que cuenta el Gobierno y la restricción que la situación social impone a la posibilidad de reducción del gasto público.

Para Sigaut Gravina, economista jefe de Ecolatina, remarcó la restricción que tiene el gobierno para dejar atrás una política fiscal laxa, dados los condicionantes de corto y mediano plazo que presenta la economía argentina, en particular el elevado déficit y la presión tributaria, el atraso cambiario y la elevada tasa de interés real.

Las oportunidades surgen de la recuperación de Brasil, de las mejoras institucionales implementadas (aunque sus frutos se verán recién a mayor plazo) y la inversión privada y extranjera directa en nichos sectoriales como la energía y la minoría. “Si bien no tenemos un problema de stock de deuda pública, ya que es baja en términos del PBI, si bien las dificultades de expandir las exportaciones producto del atraso cambiario deteriora el indicador deuda/exportaciones, más relacionado con la capacidad de generar dólares genuinos para atender a aquella”.

A su turno, Arriazu encaró su presentación con mayor énfasis en el impacto del sistema tributario sobre la macroeconomía. No dudó en calificar el sistema actual como “altamente ineficiente e inequitativo, con decenas de impuestos que distorsionan la asignación de recursos y recaudan relativamente poco”. “Distorsionan el ahorro, la inversión y el empleo”, agregó, advirtiendo que “si no se logra modificar este sistema tributario, la pobreza en la Argentina seguirá creciendo”.

Recomendó seguir el ejemplo de Chile, quien introdujo una reforma en 1984 y otra en 1990 que tuvo un impacto muy positivo sobre el ahorro y la inversión a través de una menor carga sobre el impuesto a la renta corporativa.

Walter Cont, economista asociado de FIEL, hizo hincapié en los problemas del sistema tributario actual, entre ellos el uso creciente de impuestos más distorsivos que el promedio pero que son de fácil recaudación y por ello mismo de difícil remoción. Presentó un rico análisis de las distorsiones que generan los impuestos y su efecto redistributivo personal –al vincularlo con el gasto público- y regional.

“Por el lado del gasto se cumple con el objetivo de progresividad, pero por el lado de los impuestos hay mucho para discutir”, remarcó y agregó: “Si está sobre la mesa la idea de una reforma que apunte a una mayor progresividad, deberíamos pensar en un corrimiento de impuestos indirectos a impuestos directos”.

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