iProfesionaliProfesional

Se estima que ambos proyectos darán empleo a casi 4.000 obreros. Los emprendimientos demandarán inversiones por hasta u$s4.700 millones         
28/08/2017 - 14:56hs

El Gobierno aprobó la construcción de las represas "Presidente Néstor Kirchner" y "Gobernador Jorge Cepernic" sobre el río Santa Cruz, mediante una resolución publicada en el Boletín Oficial que además dispone que se adopten las recomendaciones del informe de impacto ambiental aprobado en audiencias públicas.

En concreto, la construcción de dos represas sobre el río Santa Cruz, en la provincia homónima, fue aprobada a través de la Resolución Conjunta 3-E/2017 de los ministerios de Energía y Minería y de Ambiente y Desarrollo Sustentable, con la firma de sus titulares, José Aranguren y Sergio Bergman, respectivamente.

La notificación destaca el cumplimiento de lo ordenado por la Corte Suprema de Justicia de la Nación, que supeditó el inicio de los trabajos de ambas represas a la realización de dicha audiencia.

"La evaluación de las consecuencias ambientales de las obras es una política nacional que el Estado ejercita y fomenta tanto en proyectos privados como públicos, como garante del derecho a gozar de un ambiente sano, equilibrado, apto para el desarrollo humano y sustentable", detalla la resolución.

Agrega que "de los informes recibidos de los senadores y diputados de la Nación se desprende el muy amplio consenso político" sobre el estudio de impacto ambiental y señala que los funcionarios intervinientes en el análisis de factibilidad de las obras "han presentado argumentos sólidos" que avalan su ejecución.

El desarrollo de ambos emprendimientos demandará inversiones por hasta u$s4.700 millones. Según comenzaron a iProfesional fuentes vinculadas al Ministerio de Energía que encabeza Juan José Aranguren, los primeros trabajos tomarán forma en el transcurso de septiembre.

"Llegaremos a las elecciones con un ritmo interesante de actividad. En definitiva, una prueba de que esta gestión ha tomado en serio el compromiso de devolverle al país la necesaria capacidad energética", se entusiasmó un asesor de Aranguren.

Más allá de su incidencia en la demanda eléctrica nacional, este avance en términos de permisos oficiales representa un alivio para Cambiemos en general dado que la demora en las aprobaciones técnicas generó malestares con el empresariado y la dirigencia chinos.

De la construcción de las represas tomará parte el gigante Gezhouba, y en la potencia asiática están interesados en sumar compañías del mismo origen para lo que será incluso la provisión de mano de obra.

Definiciones esperadas

La falta de definiciones que venía ostentando el proyecto generó tal descontento entre los chinos que, aunque Mauricio Macri se esforzó por exponer cada uno de los acuerdos que rubricó en ese país durante su visita de mayo pasado, desde la potencia oriental no se privaron de hacerle saber que los pactos comerciales podían suspenderse si no se "aclaraba" la situación en Santa Cruz.

En concreto, los chinos informaron a Diego Guelar, embajador argentino en Beijing, que buena parte de los u$s17.000 millones incluidos en los acuerdos firmados entre el Presidente y su par Xi Jinping podían "caerse" por el parate en la Patagonia.

"El temor principal pasaba por el peligro de que no lleguen los u$s1.600 millones que se necesitan para reactivar la potencia del ferrocarril Belgrano Cargas. También se puso en duda una inversión de u$s400 millones para otra obra de energía solar en la provincia de Jujuy. Todo eso ahora quedará confirmado de plano por la reactivación de las represas", comentaron fuentes vinculadas a Energía.

Si bien en la cartera niegan la gravedad de la queja china, no faltan las voces que aseguran que en un momento hubo temor respecto del futuro de las centrales nucleares también acordadas con la potencia oriental. El desarrollo de una nueva Atucha y la construcción de otra usina en la provincia de Río Negro requerirá financiamiento por casi u$s12.500 millones.

"Oficialmente nunca corrió peligro, pero en un momento el malestar que se hizo sentir en la embajada argentina en Beijing llevó a pensar lo peor. Por fortuna, todo comenzará a relajarse a partir de esta resolución", expusieron muy cerca de Aranguren.

El freno que regía para las represas, señalaron las fuentes consultadas, incluso desalentó el interés de los chinos por participar en futuras licitaciones para obras como el dragado de la Cuenca del Salado, la construcción del nuevo puente Santa Fe-Paraná, e, incluso, y el eventual saneamiento del Riachuelo.

En la convulsionada Santa Cruz, el desarrollo de las hidroeléctricas Néstor Kirchner y Jorge Cepernic es observado como un salvavidas para una provincia complicada para generar nuevos puestos de empleo. Se estima que ambos proyectos demandarán la labor de casi 4.000 obreros.

Detalles de obra

Las represas tendrán menos potencia que la inicialmente prevista por el gobierno anterior: se reducirá a 1.290 MW, desde los 1.760 MW contemplados en un principio. De acuerdo con las recomendaciones técnicas, como estaba planificada, la obra resultaba "antieconómica". Más aún, para algunos expertos locales aún lo sigue siendo, pese a los cambios planteados.

La ecuación es sencilla: los megavatios generados serán más caros que si se importaran.

"Todos los acuerdos firmados con China son cruzados. Si la construcción de las represas no empieza rápido, entonces se paralizarán otros proyectos, como los ferroviarios", advirtió una alta fuente que está al tanto de las tratativas.

El emprendimiento se encontraba paralizado desde el 21 de diciembre por orden de la Corte Suprema, que avaló un pedido de amparo elevado en forma unánime. Ese amparo fue impulsado por la Asociación Argentina de Abogados Ambientalistas de la Patagonia y la Fundación Banco de Bosques.

La construcción de las represas viene precedida de una verdadera trama política. Podría decirse que esta iniciativa marca una verdadera "grieta" entre el kirchnerismo y el gobierno de Cambiemos. Fue iniciada por Cristina Kirchner, al adjudicarla a una UTE ("Represas Patagónicas"), integrada por la constructora cordobesa Electroingeniería -propiedad de un grupo empresario K- y la china Gezhouba.

La expresidenta licitó la obra en dos oportunidades y, a fines de 2015, se comenzó con algunos trabajos preliminares, como el movimiento de tierras, la instalación de obradores, el traslado de maquinaria y la contratación de trabajadores.

Apenas asumió, Macri dio indicios de que iba a congelar este faraónico emprendimiento, respaldado en informes técnicos que lo desaconsejaban. Incluso, le había anticipado a la viuda del ecologista Douglas Tompkins que consideraba la suspensión del megaproyecto, que se erigirá sobre el río Santa Cruz, ya que podría afectar los glaciares de la zona.

Además, por la gran potencia generada, el volumen de agua requerida sería mayúsculo. Este ha sido otro de los puntos objetados por los ambientalistas, que sienten que su reclamo no fue del todo atendido con el achicamiento planeado de la obra.

Finalmente, Macri se definió por no desarreglar el vínculo con Beijing.