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Fue la máxima denominación hasta 2016, y representa el 63% de todos los papeles que circulan en bancos y en el público. ¿Cuál es el costo de emitirlos?
14/09/2017 - 10:24hs

Un billete no sólo tiene el valor de cambio conocido por todos cada vez que se lo utiliza para pagar un bien o servicio, sino que también tiene un costo intrínseco de soporte (uso), que es el que implica imprimir ese papel para que pueda circular en el público y los bancos.

Esta incidencia que representa la generación monetaria se hizo "muy pesada" en los últimos años del kirchnerismo, ya que pese a que la inflación llegaba a galopar a más de un 30% anual, igual se mantenía inalterable en la economía la máxima denominación que existía en esos momentos, y que nació a principios de los años ´90. Se trata de los de 100 pesos.

De hecho, el Gobierno de ese entonces no daba abasto con la inyección de la gran cantidad necesaria de papel moneda, por lo que tuvo que importar algunas partidas desde Chile y Brasil.

En resumen, cada vez se podían adquirir menos productos con la misma cifra monetaria más alta, y por ende se necesitaban más billetes en esa época para acceder a lo mismo. 

Y si se analizan los últimos 16 años, el golpe de la realidad es más significativo. Si hasta el 2001 esa denominación era lo mismo a tener u$s100, hoy apenas son u$s5,76.

Para tener una idea de esta incidencia del pasado que todavía deja una huella en el presente, en la actualidad los de $100 representan el 62,5% de todos los billetes existentes en plaza. 

Según datos del Banco Central, hoy el costo de la emisión de cada unidad de $100 es de $1,47.

En cambio, para poner en la calle de más alta denominación, como de $200 y $500, el valor aproximado de impresión es de $1,65 por ejemplar.

Y la nueva cifra máxima de $1.000, que será lanzada antes de fin de año, tiene un costo de cerca de $1,90 por billete.

Claro, a estos precios habrá que agregarle la incidencia de la logística.

Para disminuir el gasto de emitir dinero, la entidad reguladora conducida por Federico Sturzenegger apunta a la utilización de denominaciones más elevadas, ya que eso lleva a la sociedad a emplear menores montos físicos de papel moneda, algo que además requiere como consecuencia un menor traslado de unidades.

"La fabricación de numerario para abastecer la demanda de circulante de alta denominación le insumirá al BCRA un gasto de impresión de $933 millones en el año 2017, gracias a la introducción de la nueva familia de billetes", indican desde el BCRA.

Y agregan: "Si lo hubiese hecho sólo con los viejos billetes de $100, el costo total incurrido hubiese sido de $3.491 millones".

En resumen, el organismo monetario ahorrará alrededor de $2.558 millones este año, según estiman a nivel oficial.