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El cofundador de Apple tenía reglas muy estrictas sobre el uso de tecnología en la casa. Una actitud que también adoptaron otros "popes" del Silicon Valley
15/03/2018 - 01:48hs

Steve Jobs marcó a fuego el mercado de la tecnología de consumo, con dispositivos que rápidamente fueron un éxito de ventas y hasta trazaron un antes y un después en la vida cotidiana de millones de personas.

Pero a pesar de ello, el cofundador de Apple tenía reglas muy estrictas para sus hijos con respecto al uso de estos equipos. Aún con los fabricados por su propia empresa. Así lo señaló en una entrevista que mantuvo con Nick Bilton, periodista del New York Times, en 2010, año en el que se lanzó la iPad.

"Ellos no lo han usado. Nosotros limitamos cuánta tecnología usan nuestros hijos en la casa", le respondió sin dudar el empresario e ícono tecnológico.

Walter Isaacson, el autor de la biografía autorizada de Steve Jobs que se adaptó al cine con Michael Fassbender en el rol principal, aseguró a Bilton que "cada noche, Steve usaba un momento de de la cena familiar en la larga mesa de su cocina, discutiendo sobre libros, historia y una variedad de temas".

"Ninguno de ellos nunca sacó un iPad o una computadora", afirmó Isaacson, quien agregó: "Los chicos no parecen ser adictos para nada a los dispositivos".

No es el único Si bien puede parecer rara la actitud de Jobs, no es la única celebridad que ejerció control sobre el uso de dispositivos por parte de sus hijos.

Por ejemplo, Chris Anderson, exeditor de la revista Wired y cofundador del fabricante de drones 3D Robotics, afirmó que sus hijos lo acusan de sobrepreocuparse sobre la tecnología. Y le ponen como ejemplo los padres de sus amigos, quienes no poseen reglas tan estrictas.

"Esto es porque hemos visto de primera mano los peligros de la tecnología. Lo he visto en mí mismo, no quiero que esto les ocurra a mis hijos", remarcó.

Otro caso paradigmático es el de Bill Gates, cofundador de Microsoft y uno de los hombres más ricos del planeta.

En 2007, Gates recortó la cantidad de horas que podían utilizar una pantalla luego de que su hija comenzó a desarrollar un apego insalubre a un video juego. Además, los autorizó a tener un celular cuando cumplieron 14 años, cuando la edad promedio del primer teléfono es a los 10.

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