iProfesional

El gigante desarrollaba una tecnología que necesitaba para competir por contratos militares. El Ejército de EEUU suele ponerla entre sus requisitos
22/06/2018 - 12:11hs

La crisis que desató los acercamientos entre Google y el Ejército de los Estados Unidos sigue viva. A principios de este mes, como informó iProfesional en esta nota, la compañía tuvo que anunciar en público que no renovará un contrato de inteligencia artificial con el gobierno de ese país. 

Esa decisión fue tomada por una rebelión de sus empleados, que la presionaron con protestas y renuncias. Ahora se supo el motivo que desató la resistencia interna.

En marzo, trascendió que Google ayudaba al Pentágono a desarrollar inteligencia artificial para drones de vigilancia de Estados Unidos. El denominado "Proyecto Maven" despertó una ola de indignación interna en el gigante de la tecnología. En abril, una petición para que Google no sea parte del "negocio de la guerra" reunió más de 3 mil firmas de sus empleados. Y al final la compañía decidió en junio que dejará vencer ese contrato y no pedirá renovarlo.

Lo que ahora reporta la agencia Bloomberg, es la historia de los empleados que incitaron esta amplia resistencia interna a los proyectos militares de la compañía.

A principio de año, la división de negocios en la nube de Google quería implementar una técnica de "cámara de aire". Es una medida de seguridad que consiste en aislar una red de datos interna de una organización de los riesgos y amenazas de la conexión con otras redes externas o públicas, como Internet.

A esta tecnología (conocida en inglés como "air gap"), Google la necesitaba para poder competir por contratos militares. El ejército suele poner esa técnica entre los requisitos de sus licitaciones, dada la sensibilidad de sus proyectos.

Pero Google se enfrentó a un obstáculo inesperado. Un grupo de nueve ingenieros en sistemas sorprendió a sus jefes negándose a escribir el código necesario para esa implementación.

A estos ingenieros no les convencía que la empresa en la que trabajaban usara su poder tecnológico para colaborar en el negocio de la guerra. Por ello, Google se vio obligada a posponer el desarrollo de la "cámara de aire".

El boicot de los nueve empleados se hizo eco en el resto de la compañía. Se volvieron héroes. Sus compañeros los bautizaron "El Grupo de los 9" y se sintieron alentados en adherirse a la rebelión que desencadenó los meses de juntadas de firmas de 4.000 mil empleados, reclamos vocales y renuncias.

Google no es la única compañía de tecnología que está sintiendo el enojo que genera su colaboración con el gobierno de los Estados Unidos. El gigante de las compras en línea Amazon está siendo presionado por organizaciones civiles para que deje de vender software de reconocimiento facial a agencias de seguridad. 

Y los empleados de Microsoft reclamaron a sus jefes que corten los lazos con los organismos que están aplicando las políticas anti-inmigración de Donald Trump.