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Cómo ideó Bernard Madoff "la gran estafa" de la que habla el mundo

El inversor, que usó su reputación como ex presidente del Nasdaq, construyó de modo fraudulento una gigantesca pirámide financiera
14/12/2008 - 13:32hs
Cómo ideó Bernard Madoff "la gran estafa" de la que habla el mundo

El inversor Bernard Madoff, una figura en Wall Street con más de cuatro décadas de historia en el centro financiero de Nueva York, defraudó a cientos de familias ricas estadounidenses y fondos de inversión, que ahora intentan desscubrir la amplitud de sus pérdidas.

El propio Madoff, arrestado el jueves, dijo a la policí­a que el fraude asciende a 50.000 millones de dólares. El acusado ofrecí­a rentabilidades razonablemente altas, en torno al 10%, en épocas de alzas del mercado pero también durante las caí­das de la bolsa.

Este sábado una larga lista de entidades e individuos reconocieron que perdieron miles de millones de dólares en las maquinaciones de Madoff, quien usó su reputación como ex presidente del mercado de Nasdaq y como filántropo para levantar una gigantesca pirámide financiera.

Madoff fue capaz de esconder la estafa durante años de las agencias de regulación estadounidenses. En 1992, La Comisión del Mercado de Valores (SEC, en inglés) le abrió una investigación en 1992, pero lo exoneró de cualquier irregularidad. í‰ste escándalo podrí­a dar fuerza adicional a los legisladores que promueven un endurecimiento de las normas financieras.

Además, logró engañar a entidades financieras que disponí­an de sistemas sofisticados de control de sus inversiones. La estrategia La sociedad inversora Bernard Madoff Investment Securities se presentaba como una firma de corretaje que serví­a de intermediario entre vendedores y compradores de acciones.

í‰sa era la pantalla, según el diario español El Paí­s. En paralelo, su fundador, el respetado Bernard Madoff, montó un club secreto, independiente de la matriz, a través del que asesoraba y moví­a las fortunas de hedge funds y otras instituciones financieras, sin que las autoridades reguladoras pudieran hacer preguntas impertinentes.

La parte lí­cita era gestionada por sus dos hijos, Andrew y Mark. Y era el propio Bernard Madoff el que tutelaba y manejaba con celo las cuentas de sus clientes.

Es precisamente este secretismo el que le daba sentido de exclusividad al fondo, y lo que utilizó como anzuelo para invitar a sus ví­ctimas a que picaran el cebo. Su reputación en Wall Street y los suculentos retornos que prometí­a, incluso cuando el mercado iba mal, fueron su tarjeta de presentación.Sus dotes sociales convirtieron los campos de golf en territorio abonado para captar inversores. Se calcula que en torno a la mitad de los clientes de Madoff eran hedge funds o fondos de fondos, por lo que se hace complicado determinar el daño causado por este masivo fraude. Cómo llegó a manejar tal cantidad de dinero es difí­cil de entender para los profesionales del sector, porque la estructura de la firma era demasiado pequeña.

Pero se tiene alguna idea de cómo operaba la trama. En sí­ntesis era así­: un fondo "x" creaba una cartera de inversión con una cesta de acciones para atraer capital. A su vez, ese fondo poní­a el dinero en manos del gurú Madoff. Estos fondos estaban apalancados, lo que multiplicaba el valor de la inversión. Sobre esa construcción -inversión real multiplicada con créditos- Madoff generaba, sobre el papel, los retornos que prometí­a. El problema es que con ese sistema -capaz de multiplicar el dinero como si fuera un milagro- las pérdidas pueden ser enormes.

Los inversores no prestaron atención ni sabí­an el riesgo que corrí­an, porque Madoff no operaba un hedge fund como tal, sino una especie de "oficina trasera" que le permití­a esquivar los controles de auditores externos, los que garantizan realmente que existen activos para respaldar las inversiones.

La única firma que al parecer supervisaba sus cuentas era un pequeño despacho de abogados con sede en New City, a las afueras de la ciudad de Nueva York, que también invertí­a en la firma.Las ví­ctimas de Madoff

La lista de ví­ctimas de la gigantesca estafa de Bernard Madoff no incluye sólo hedge funds y bancos internacionales. El dueño del equipo de beisbol New York Mets Fred Wilpon, el presidente de GMAC Ezra Merkin y el antiguo dueño de los Philadelphia Eagles, Norman Braman, están entre las docenas de los aparentemente sofisticados inversores que depositaron su dinero en la que podrí­a ser la mayor estafa piramidal de la historia. BNP Paribas, la compañí­a con sede en Tokio Nomura Holdings y el banco Neue Privat también se encuentran entre los afectados, según informa el Wall Street Journal.

Y, al menos, tres fondos de hedge funds sufrirán pérdidas significativas. Fairfield Greenwich Group y Tremont Capital Management colocaron cientos de millones de dólares de sus inversores en los productos gestionados por Madoff.

Maxam Capital Management, por ejemplo, informó ayer de pérdidas de 280 millones de dólares en fondos gestionados por el veterano de Wall Street. Sandra Manzke, fundadora y presidenta de Maxam, lo resumió perfectamente: "Estoy aniquilada".

El Wall Street Journal afirma que en los campos de golf y las fiestas de etiqueta el nombre de Madoff salí­a a relucir frecuentemente como un gestor que repartí­a constantemente grandes ganancias