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Una acalorada pelea entre empleados dejó a la empresa pagando los daños

Un altercado entre dos trabajadores llegó a tribunales con altos costos para el agresor y la compañí­a. Expertos explican cómo limitar esta responsabilidad
23/06/2009 - 18:01hs
Una acalorada pelea entre empleados dejó a la empresa pagando los daños

La crisis encuentra siempre un rincón donde germinar. Más cuando los ánimos de las personas se muestran caldeados por el estrés laboral que crece al mismo ritmo de los despidos y suspensiones.

Es por eso que un simple entredicho entre empleados, en este caso en el ámbito del comedor de una empresa, puede disparar una pelea para alquilar balcones, condimentada con golpes de puño e insultos.

Pero la anécdota no se agotó en una disputa, una nariz partida y dos despidos, sino que mereció la intervención de la Justicia que señaló a la empresa como responsable de los daños cometidos por el dependiente y le impuso el desembolso de $11.400.

Los expertos consultados por iProfesional.com recomendaron estrategias para evitar este tipo de condenas que pueden llegar a recargar los exigidos bolsillos empresarios.

Casi al uní­sono, destacaron la importancia de implementar reglamentos internos, códigos de conducta o manuales de ética que fortalezcan las obligaciones y deberes de los empleados; pero que, sobre todo, eximan a la compañí­a de la culpa del trabajador cuando se pueda probar que el accionar fue contrario a las pautas impuestas por el empleador.

"Es conveniente, en casos similares, acreditar que el provocador del daño por el cual se reclama fue sancionado por tal motivo y, además, que se brinda una capacitación sobre este tipo de comportamientos y procesos de quejas", aconsejó Marcelo Aquino, socio de Baker & Mac Kenzie. En tal supuesto, agregó, "se hubiera podido eximir a la empresa de la culpa de su dependiente ya que se tendrí­a por probado que el accionar de este último fue en contra de las reglas señaladas por su empleador".

Para Aquino, la condena no obedece a que la empresa hubiera ordenado al empleado la agresión, pero, conforme los términos y alcances del art. 1113 del Código Civil (CC), se consideró responsable por la culpa en el accidente de trabajo del dependiente.

"Es un fallo atí­pico y llamativo, ya que resulta poco habitual que se acuda a la justicia civil para este tipo de reclamos y, también, que se invoque la responsabilidad de la compañí­a, por el artí­culo 1113 del CC, para pretender un resarcimiento por parte de un ex trabajador despedido que participó en una riña con motivo y en ocasión del trabajo", señaló Héctor Garcí­a, socio de Garcí­a, Perez Boiani & Asociados.

"Es por ello que no se debe perder de vista que el prisma para el juzgamiento de los hechos y el derecho en pugna es propio de la justicia civil y no de la laboral, como primera consideración", anticipó Garcí­a.

Para el experto, del fallo se desprende que la firma Disco S.A. como codemandada no consiguió acreditar la culpa del hecho en cabeza de la ví­ctima, que en este caso serí­a el empleado lesionado en la pelea.

"Estamos ante una problemática más de orden casuí­stico que jurí­dico, ello sin perder de vista que el artí­culo 75 de la Ley de Contrato de Trabajo (LCT) le impone a todo empleador cumplir con el "deber de seguridad" respecto de la integridad psicofí­sica de cada uno de sus trabajadores.

"Quizás, en esta situación, no haber discriminado quién fue que inició la agresión y limitarse a despedir a los dos trabajadores, resultó crucial", opinó el socio de Garcí­a, Perez Boiani & Asociados.

Para Aquino, "no es alocado que una empresa se haga responsable cuando sucede esta situación dentro del establecimiento, pero hay que ver en qué circunstancias se ha dado", evaluó y agregó, en consonancia con las palabras de Garcí­a, que se trata de una problemática relacionada con lo casuí­stico.Cambio de rumbo jurisprudencial

"Hace más de una década, cuando se producí­a una riña en el ámbito de trabajo, la jurisprudencia laboral no dudaba en considerar que era causal de despido justificado respecto de todos los que participaron en ella", aclaró Garcí­a.

Sin embargo, destacó el experto, en estos últimos años esa tendencia fue modificándose y la justicia laboral exige que el empleador distinga y que ejerza su poder disciplinario de modo diferenciado entre el victimario y la ví­ctima; algo que en este caso no se hizo.Para ahorrar culpas, reglas claras y armoní­a laboral

"Cada dí­a cobra mayor y vital importancia la implementación de reglamentos internos, códigos de conducta o manuales de ética que fortalezcan las obligaciones y deberes de los empleados como garantes de un clima de apropiada convivencia laboral y armonización del ámbito de trabajo", aconsejó el especialista en derecho laboral.

En la misma lí­nea, Aquino señaló como conveniente, en casos similares, acreditar que el agresor -provocador- del daño por el cual se reclama fue sancionado por tal motivo y, además, que se brinda una capacitación sobre comportamiento y procesos de quejas.

"En tal supuesto, se hubiera podido eximir a la empresa de la culpa de su dependiente ya que se tendrí­a por probado que el accionar de este último fue contrario a las pautas indicadas por su empleador", detalló.

"Hay que ser particularmente cuidadosos y diligentes en la producción de la prueba para tratar de minimizar la responsabilidad del empleador", aportó Paula Oviedo, del Estudio Negri, Teijeiro & Asociados.

"En el caso, el juzgado valoró en contra de la empresa el hecho de que no fueran a declarar todos los testigos propuestos -sólo dos-; lo considero excesivo", apuntó.La pelea que llegó a tribunales

En la causa "S. M. c/Q. H. y otro s/daños y perjuicios", la Cámara Nacional de Apelaciones en lo Civil, decidió hacer lugar al reclamo de un empleado que habí­a sufrido lesiones a raí­z de un pelea con un compañero de trabajo, en oportunidad en que el mismo se encontraba cumpliendo con sus funciones.

Los camaristas de la Sala M condenaron a la empresa codemandada (Disco SA) a responder por el hecho ilí­cito cometido por su dependiente porque la consideraron responsable por el daño causado por su empleado en los términos del artí­culo 1113 del Código Civil.

"Actualmente, prevalece la tesis amplia de admisión de la responsabilidad del principal por la conducta de su dependiente", indicó Oviedo.

"Basta que el daño haya sido provocado con motivo del trabajo del dependiente que lo causó, no es necesario que ello hubiera ocurrido en ejercicio regular de su cargo o por orden de la empresa", agregó la abogada.

En la causa se comprobó la relación de dependencia mantenida entre el agresor y la compañí­a, así­ como que el daño provocado habí­a ocurrido en ocasión o en circunstancias de la función encomendada, debido a que ocurrió en el horario y en el lugar de trabajo.

Los jueces Mabel De los Santos, Carlos Raúl Ponce y Elisa M. Dí­az de Vivar entendieron que, no habiéndose podido demostrar culpa de la ví­ctima, la cual habí­a alegado Disco para no responder junto al otro demandado, el empleador debí­a responder por los daños causados por su dependiente. 

Así­ fue como condenó a Disco a pagar por incapacidad fí­sica sobreviniente $8.000, gastos de medicamentos $400, por el daño psicológico que marcó a la ví­ctima y por el daño moral $3.000.

Además, de acuerdo a los fundamentos del fallo, no fue necesario que el dependiente produjera el daño en ejercicio regular y reglamentario de su cargo, sino que bastaba que lo hubiera sido "con motivo de su trabajo".

En la sentencia se lee: "A partir de la reforma introducida por la Ley 17.711 (…) se admite la responsabilidad del comitente o principal, aún cuando el hecho dañoso se hubiere producido `con ocasión´de sus funciones".Los hechos

Los dos empleados se encontraban en el comedor y uno de ellos era el encargado de distribuir el almuerzo para el personal del sector. Al momento de repartirle su ración de comida al otro empleado en discordia, éste último se mostró disconforme con la cantidad por ser pequeña y fue entonces cuando comenzaron los insultos y golpes de puño, que terminó con uno de ellos -el demandante- lesionado, con una fractura de tabique nasal.

Fue así­ que, luego del desafortunado suceso, la empresa resolvió el despido de ambos.

Victoria Pérez Zabala

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