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Conozca cuáles fueron las 10 mayores quiebras en toda la historia de los EE.UU.

El monto de los activos de las empresas fallidas supera en más de cuatro veces al PBI actual de Argentina. El primer lugar lo ocupa Lehman Brothers
11/09/2009 - 18:30hs
Conozca cuáles fueron las 10 mayores quiebras en toda la historia de los EE.UU.

En los últimos años se registraron en EE.UU. miles de quiebras de todo tipo, tamaño y consecuencias, con volúmenes muy difí­ciles de evaluar. Pero si el análisis se restringe a las diez primeras por montos, los resultados resultan sorprendentes.

Para poner los números en perspectiva, cabe señalar que la suma de este "top ten" equivale nada menos que a más de cuatro veces el PBI de Argentina, pues asciende a u$s1,4 billones, contra los u$s326.000 de nuestro paí­s.

La distribución sectorial muestra un claro sesgo hacia el sector financiero, pues representa las tres cuartas partes del total, seguido por las automotrices y, más abajo, por telecomunicaciones y petroleras.

 

El top ten menos deseado por las empresas

La lista es encabezada por la fallida banca de inversión Lehman Brothers, que se presentó en bancarrota hace exactamente un año, el 15 de septiembre del 2008.

Al momento de la quiebra, el banco de inversión reportaba activos por u$s691,000 millones. Esto es más de dos veces el producto bruto de nuestro paí­s. Ese volumen es, por lejos, el más alto de las empresas analizadas, ya que más que duplica a la firma que le sigue.

La quiebra del banco Lehman Brothers fue el punto que estremeció a los mercados financieros del mundo, pues a partir de ese momento, el 15 de septiembre, recrudecieron los efectos de la crisis subprime que provocaron la escasez de dinero a gran escala.

Son muchí­simos los analistas que aún siguen sosteniendo que el gobierno de George W. Bush cometió un error garrafal al dejar morir a Lehman. La bancarrota representó el final para una compañí­a de 158 años de historia, que sobrevivió a guerras mundiales y al colapso de la administración de capital de largo plazo, pero no pudo superar la crisis de crédito global.

Dí­as previos a la medida, Lehman buscó compradores de la institución y trató de evitar un mayor deterioro financiero, ya que un dí­a antes de la bancarrota, la acción de la entidad se desplomó 91% en Wall Street.

Según explica CNNExpansión, la caí­da del cuarto banco de inversión más grande de los EE.UU. y que durante mucho tiempo fue ampliamente reconocido por la propia Wall Street, fue una de las calamidades más grandes de la recesión actual.

Ante la negativa del gobierno de Bush de brindarle ayuda en sus horas más dramáticas, se lo obligó a solicitar su propia bancarrota, convirtiéndose así­ en la corporación bancaria de mayor tamaño en toda la historia de la Ley de Quiebras de Estados Unidos.

Como resultado de su convocatoria, las inversiones bancarias y negocios comerciales del banco en los EE.UU., así­ como las oficinas centrales de Nueva York, fueron vendidas al banco británico Barclays.

Algunos de los negocios de Lehman en Estados Unidos, incluyendo al fondo de gestión patrimonial Neuberger-Berman, siguen operando como entidades independientes bajo nuevos administradores. Dado el alcance de la compañí­a, los procedimientos de su bancarrota ya están en curso, aunque son sumamente complejos y han provocado el cierre de 80 pequeñas subsidiarias del banco. Segundo puesto: Washington Mutual. El 26 de septiembre, el gobierno estadounidense cerró las puertas de Washington Mutua (WaMu)l, que representó el mayor colapso en la historia de un banco en ese paí­s.

Presentó su solicitud de bancarrota apenas dos semanas después que Lehman Brothers. El monto de sus activos llegaba, al momento de la quiebra, a los u$s327,900 millones, es decir una Argentina completa.

En uno de los peores momentos de la crisis, los clientes de Washington Mutual, se vieron envueltos en el miedo de la insolvencia, por lo que retiraron más de u$s16.000 millones en un lapso de diez dí­as.

Al dí­a siguiente, WaMu solicitó su bancarrota y la protección que ésta conlleva. El que alguna vez fuera el banco de ahorros y préstamos más grande de su paí­s, y el sexto más grande es ahora una sombra de sí­ mismo.

Ante esta corrida, un regulador gubernamental se vio obligado a confiscar los activos de la compañí­a bancaria, para luego vendérselos a JPMorgan Chase por u$s1.900 millones.

JP Morgan dijo que la transacción implicaba 5.410 sucursales en 23 estados, así­ como el mayor negocio de tarjetas de crédito en el paí­s.

Asimismo, permite que JP Morgan supere a Bank of America como el segundo mayor banco de Estados Unidos, con u$s2.04 billones en activos, apenas por detrás de Citigroup. Tercer puesto: más abajo por el monto involucrado y más lejos en el tiempo, en el tercer lugar se ubica WorldCom. La fecha de la solicitud de bancarrota se remonta a julio de 2002, y el total de sus activos rozaba los u$s103.900 millones. En ese año ese era exactamente el PBI de nuestro paí­s.

WorldCom era, en ese momento, la segunda compañí­a más grande de telecomunicaciones (después de AT&T) y solicitó su bancarrota. Poco después se descubrió una defraudación del orden de los u$s11.000 millones, que generó un enorme escándalo.

En 2003, la compañí­a se cambió el nombre a MCI (nombre de una de sus adquisiciones previas) y logró salir de la bancarrota un año después. En 2005, Verizon Communications compró a MCI por u$s7.600 millones.

El ex director ejecutivo, Bernie Ebbers, fue sentenciado a 25 años de prisión tras ser declarado culpable por fraude de valores, conspiración y falsa documentación. En la actualidad, cumple su sentencia en la prisión federal de Oakdale en Louisiana. Cuarto puesto: volviendo al año 2009, el cuarto lugar lo ocupa la hasta entonces emblemática automotriz General Motors. La fecha de su solicitud fue el primero de junio de este año y el monto registrado sumó unos u$s91.000 millones.

El gigante automotriz, que por mucho tiempo fue la compañí­a más grande de Estados Unidos y el número uno de Fortune 500.

Probablemente con la reorganización volverá a prosperar, y con esto surgirá una nueva versión de la compañí­a que fabrica autos bajo las marcas Chevy, Cadillac, Buick y GMC.

Lo que queda (marcas de bajo rendimiento como Pontiac, Saturn, Hummer, Saab y Opel), podrí­an ser mantenidas por separado, es decir, se volverí­an compañí­as derivadas vendidas a fabricantes extranjeros, o simplemente cerrarán.

Como parte del acuerdo de supervivencia, el gobierno de Estados Unidos será dueño de cerca del 72% de la nueva compañí­a, y el Sindicato de Trabajadores de la Industria Automotriz (United Auto Workers), será dueño del 17.5%. En quinto lugar se ubica una de las quiebras más emblemáticas de la historia: Enron. La empresa petrolera se presentó ante los tribunales en diciembre del 2001. Sus activos sumaban u$s65.500 millones.

El colapso sobrevino una vez que se descubrió un escándalo de cuentas contables, que destruyó a la compañí­a energética, eléctrica y de gas natural más grande de los EE.UU. en aquel entonces.

Tras un arduo y largo proceso, Enron salió de la bancarrota tres años después, en 2004. Muchos de sus altos ejecutivos fueron posteriormente declarados culpables por fraude de cuentas y valores.

Además de derribar a otro gigante, como la firma auditora Arthur Andersen, el escándalo de Enron es considerado un punto de inflexión que inspiró la ley Sarbanes-Oxley en 2002, que planteó nuevos estándares y prácticas para compañí­as públicas.

En 2007, Enron cambió su nombre a Enron Creditors Recovery Corp. con la intención de liquidar los activos restantes de la compañí­a. Un escalón más abajo se ubica Conseco, una compañí­a financiera y de seguros que a fines del 2002 solicitó acogerse al Chapter 11, declarando activos por u$s61.200 millones.

Su declive se produjo después de años de un pobre liderazgo ejecutivo, que la llevó a acumular una deuda de más de u$s8,000 millones. Luego de su pedido de quiebra se reorganizó y redujo su deuda a u$s1,400 millones. Luego, en menos de un año se recuperó tras vender su negocio financiero.

Conseco ahora vende seguros de vida y de salud suplementarios a más de cuatro millones de clientes. Recientemente, el secretario del tesoro, Timothy Geithner, hizo un llamado para implementar nuevas regulaciones más severas, argumentando que estas compañí­as y sus contratos deberí­an estar sujetos a revisión federal. Séptimo lugar: otra empresa del sector automotriz forma parte de esta desdichada lista de empresas quebradas. En efecto, el séptimo lugar se lo adjudicó Chyrsler, cuando en abril de este año se acogió a la Ley de Bancarrotas, declarando activos por un total de u$s39.000 millones.

Según CNNExpansión, cuando el presidente de EE.UU. Obama obligó a la compañí­a a solicitar su bancarrota, Chrysler se convirtió en el fabricante más grande de la historia en pedir la aplicación del artí­culo 11, mientras que su competencia, GM, también se las arreglaba para satisfacer las demandas gubernamentales.

Como resultado de la reorganización, el fabricante de autos está creando una alianza con su colega italiano Fiat.

El Sindicato de Trabajadores de la Industria Automotriz tomará el control de la compañí­a por medio de su plan de retiro y se espera que el gobierno estadounidense inyecte un total de u$s12.000 millones a la compañí­a. Thornburg Mortgage, un fondo de inversión y prestamista hipotecario es el octavo en la lista de mayores quebrados. La fecha de presentación fue mayo de este año y el monto involucrado fue de u$s36.500 millones.

El fondo, con base en Santa Fe, resultó afectado por la crisis de hipotecas subprime en 2007 ya que sus acciones bajaron y los mercados de crédito se vieron convulsionados.

Para prevenir el colapso, la compañí­a cedió al aceptar las aplicaciones de préstamos a medida que intentaba recaudar más dinero neto mediante una oferta de acciones.

Al año siguiente reformuló sus finanzas y los acreedores accedieron a no presionarla, mientras la compañí­a recaudaba más capital, pero el primero de abril de este año, Thornburg anunció que cerrarí­a el negocio y aplicarí­a el artí­culo 11 para vender los activos restantes. Lugar 9: Pacific Gas & Electric Co. Se trata de una empresa lí­der en los mercados energéticos, que buscó refugio legal en junio de 2001, cuando sus activos sumaban u$s36.000 millones.

La liberalización de los mercados energéticos en California que dio como resultado la crisis del apagón de 2000 y 2001 también presenciaron la presentación de Southern California Edison y la bancarrota de PG&E. Cabe apuntar que la compañí­a era la principal proveedora de energí­a en hogares y negocios en California del Norte.

Dada la capacidad de generación limitada y el alto costo de la producción de electricidad, se obligó a la compañí­a a pedir la protección del artí­culo 11 en abril de 2001.

El gobernador de California, Gray Davis, acudió al Tesoro del Estado para respaldar su pedido, provocando así­ una controversia que eventualmente contribuyó a su expulsión.

El último lugar del ranking lo ocupa otra empresa paradigmática: Texaco. Si bien su presentación se remonta al año 1987, sus voluminosos activos hacen que aún figure en el ranking: u$s34.900 millones.

Texaco superó las ofertas de Pennzoil en una batalla de fusiones por obtener a Getty Oil en 1984, perturbando así­ el desarrollo de un acuerdo que ya se habí­a completado. Pennzoil demandó a Texaco y fue compensado con 10.000 millones de dólares. El veredicto después se redujo a 1.000 millones de dólares, pero en 1987, se aplicó una regla de la Suprema Corte y se volvió a aplicar la multa inicial.

Dado que Texaco era incapaz de pagar a Pennzoil, solicitó la bancarrota. Varios accionistas demandaron argumentando el mal manejo de la fusión Getty. Texaco y Pennzoil acordaron después un pago de u$s3.000 millones y las demandas de los accionistas fueron retiradas. Salió de la bancarrota en 1998 y fue comprada por Chevron en 2001 por u$s39.000 millones. Rubén Ramallo

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