Para los inversores, lo único bueno de febrero es que sólo tiene 28 días
"Lo único bueno de febrero es que es el mes más corto del año". La reflexión de un avezado operador bursátil pinta de cuerpo entero un período en el que fue difícil encontrar inversiones con signo positivo.
Cuando todos esperaban tomarse revancha de un enero caracterizado por una elevada volatilidad, se encontraron con frentes de tormenta internos y externos que aguaron sus expectativas.
Aquellos que apostaron a la renta variable se enfrentaron con un panorama que, salvo excepciones, fue francamente negativo.
Si se toma en cuenta el Merval 25, se registraron apenas cinco subas y 20 bajas, con extremos que van desde una ganancia del 7,45% en el caso de Cresud, luego de haber perdido casi el doble en enero, hasta un retroceso del 15,9% para Socotherm.
Similar fue el caso de los tenedores de bonos, mercado en el que también se registró una baja generalizada. Los bonos en pesos fueron los más castigados, con retrocesos que llegaron al 15 por ciento.
Qué pasó en febrero
El Merval retrocedió el 3,8%, fuertemente influenciado por la caída de las acciones bancarias, ya que Grupo Financiero Galicia perdió el 9,3%, Francés el 7,7% y Macro otro 4,7 por ciento.
Otro papel con una fuerte retroceso fue Edenor, que bajó un 7%. En el extremo opuesto se ubicaron las dos Petrobras, pues la brasileña subió el 2,5% y su filial local el 1,4 por ciento.
Si se considera el Merval 25, los papeles más afectados fueron Socotherm (-15,9%), Indupa (-14,5%) y Ledesma (-11,7 por ciento).
En cuanto a los bonos, los grandes perdedores del mes fueron los cotizados en pesos, ya que los ajustados por CER como el Discount y el Par, perdieron el 15 y 10%, respectivamente.
Otros títulos que mostraron fuertes caídas fueron el Bogar 2018 (-7,5%) y el Bocon Pro 13, que mermó un 7,5 por ciento.
En cuanto a los que arrojaron resultados positivos, se destacó el Cupón PBI en pesos (6,6%), seguido de lejos por el Bonar V 2011 y el Bocon Pro 11, con subas del 1 por ciento.

Dólar, plazo fijo y materias primas
Para aquellos que se inclinaron por las monedas extranjeras, los resultados también fueron dispares. Quienes optaron por el dólar ganaron un 0,7%, pero para el resto de las divisas los rendimientos fueron en general negativos.
Pues los que prefirieron al euro perdieron un 2,3%, mientras que los que eligieron el real vieron avanzar su cotización un 3,1 por ciento.
Los ahorristas más conservadores, que eligieron colocaciones en plazo fijo, también sucumbieron frente a la inflación "real", ya que durante el mes las tasas abonadas por los bancos privados quebraron el piso del 1% mensual para ubicarse en el 0,8%, frente a una variación de precios estimada en el 2 por ciento.
Uno de los hechos destacados de febrero, más allá de la leve caída de las tasas de interés, fue que se mantuvo la tendencia según la cual las entidades financieras públicas pagaron tasas superiores a las abonadas por los bancos privados.
En el primer caso, la tasa promedio fue del 9,5%, y en los públicos fue del 9,6%, cuando en meses anteriores la situación era a la inversa y la brecha superaba los dos puntos porcentuales a favor de la banca oficial.
Por último, las entidades no bancarias mostraron niveles que promediaron el 12%, un punto y medio por debajo de lo registrado en enero, aunque con una amplia volatilidad a lo largo del mes.
En cuanto a los depósitos que superan el $1 millón, los tipos de interés se mostraron sin mayores cambios a lo largo del primer mes del año, pues se mantuvieron en torno al 9,5 por ciento.
Respecto a los inversores que prefirieron apostar por ciertas materias primas, su suerte fue variada. Los más beneficiados fueron los que se volcaron al petróleo, pues obtuvieron una utilidad del 7,1%, seguida por los que operaron con maíz, que ganaron el 5,8 por ciento.
En tanto, que el azúcar perdió el 13%, luego de un rally ascendente que se prolongó por varios meses.
Mercados internacionales
Las acciones líderes de la Argentina se ubicaron en febrero en el lote de países que mostraron un rendimiento negativo intermedio, del orden del 4%. Comparte el grupo integrado por el Dax alemán (-3,6%), Caracas (-4,5%) o París (-4,9 por ciento).
Las mayores bajas se registraron en Estambul (-14%) y Budapest (-7,6%), en tanto que las bolsas de México y San Pablo encabezaron las ganancias, con el 6,2 y 4,1%, respectivamente.
Entre los mercados neoyorkinos, el que mostró el mayor avance fue el Nasdaq, que ganó un 3,7%, en tanto que el S&P 500 avanzó el 2,4% y el Dow Jones superó el 2,2 por ciento.
Un bimestre para el olvido
Al cabo de los dos primeros meses del año, el Merval 25 arroja una pérdida del 4,2%, en tanto que si se toma como referencia al panel líder, que sólo cuenta con 14 compañías cotizantes, la baja trepa al 4,7 por ciento.
En el primero de los mercados, son 18 las acciones que presentan resultados negativos, frente a sólo 7 subas. Las mayores caídas se registraron en Socotherm (-19,7%), Transener (-15,8%) y Grupo Galicia (-14%). En tanto que Mirgor ganó el 22,6%, Molinos (8,4%) y Petrobras Energía (8,11%).

En cuanto a los bonos, el promedio arroja una baja del 10,5%, que es liderada por los bonos largos emitidos en pesos (-17,1%), seguidos por los largos en dólares, que perdieron el 10,9%. En este contexto, los mejor parados son los cortos en pesos, que apenas pierden el 0,2 por ciento.
Para las materias primas los resultados también son negativos, pues en los dos meses sólo el oro muestra un rendimiento positivo de apenas el 2,2 por ciento. Las mayores bajas se concentran en la soja, que pierde el 16,6%, seguida por el maíz (-6,1%) y la plata (-4,8 por ciento).
Respecto a las monedas, la libra esterlina baja un 6%, el euro acumula una pérdida del 5,7% y el real otro 4,8 por ciento.
Preocupantes perspectivas para marzo
Tanto local como internacionalmente, los operadores coinciden en que marzo será un mes en el que lo más conveniente será "desensillar hasta que aclare" pues persiste una serie de factores que pueden afectar seriamente la evolución de los mercados.
Puede contabilizarse por ejemplo la crisis griega y las presiones sobre España en el orden internacional y el retraso en el canje de deuda y un clima político enrarecido en el orden local. Una suma de factores que invitan a la cautela.
Rubén Ramallo
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