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Ni tintos ni blancos... rosados

Expertos del Centro de Enólogos de Buenos Aires analizan las cualidades de estos vinos que cada vez ocupan un espacio más destacado entre los adeptos
06/04/2010 - 19:20hs
Ni tintos ni blancos... rosados

El vino rosado, es una variante entre el tinto y el blanco. Los rosados tienden a ser más parecidos a un vino blanco en carácter y sabores, pero encontramos un toque de caracterí­sticas del vino tinto, y eso es lo que los hace muy interesantes.

Muchos piensan que es una mezcla de las dos variedades, éste es un método no aconsejable enológicamente. El proceso que se realiza es la extracción parcial de las uvas tintas, o la extracción total de las uvas grises o rosadas.

Todos los vinos requieren de un proceso de fermentación para trasformarse en vino. En general, puede decirse que existen dos sistemas básicos de vinificacion: uno para los vinos blancos y otro para los tintos. Los rosados parten de uvas tintas, pero se fermentan como blancas. El proceso es muy similar al del vino blanco porque el mosto se fermenta solo, sin la presencia de hollejos.

Tras eliminar el raspón, la uva se estruja y se dejan en un mismo depósito la pulpa, los hollejos y las semillas entre 6 y 12 horas para que el lí­quido adquiera color y aromas extraí­dos de las pieles de la uva tinta.

En ocasiones las pepitas son eliminadas con anterioridad para evitar sabores amargos y taninos duros. Después se lleva a cabo la operación denominada desfangado, que consiste en la retirada de las partí­culas sólidas para que el mosto fermente solo y a temperatura controlada (18-20 º C). Se obtiene así­ vinos frescos y frutados.

En la actualidad los rosados se elaboran con garnacha pero también contienen tempranillo y graciano (variedad difí­cil pero de gran interés por su potencia y acidez).

Su temperatura debe ser inferior a la de un vino tinto (16/18º) y superior a la de un blanco (8/10º).

Son vinos no aconsejables para la guarda, siendo recomendable su consumo dentro de un periodo corto, dado que sufren mucho el paso del tiempo. Variedades

Existen vinos rosados de diferentes cepas. En la Argentina hay rosados de Malbec, de Bonarda, de Syrah, etc. En el resto del mundo, de Garnacha o Tempranillo.

Francia es el productor de vinos rosados por excelencia, siendo las zonas más reconocidas la Provenza, el Rousillon-Languedoc y parte del Valle del Ródano, de donde proviene uno de los más famosos con Denominación de Origen: el Tavel.

Si se observan las estadí­sticas, en los últimos años es evidente un incremento en los í­ndices de producción y consumo de este tipo de vinos, y cada vez es mayor la variedad de etiquetas disponibles en las góndolas de supermercados y vinotecas.

Cada paí­s vitivinicultor tiene sus vinos rosados con caracterí­sticas propias. En los últimos años se ha dejado de considerar a los vinos rosados sin personalidad o inferiores a los blancos y tintos. Con qué acompañarlos

A la hora de maridar los diferentes platos de un menú, el vino rosado puede ser una opción: la clave es el equilibrio. Hay que tener en cuenta que ni el vino puede tapar el sabor de la comida ni la comida ser demasiado fuerte como para tapar los matices del vino; el vino debe realzar el sabor del plato.

El pescado no requiere automáticamente un vino blanco. Un bonito encebollado con pimientos y tomate puede servirse con un rosado.

Si se trata de un plato de pasta con fondo de tomate y verduras podemos beber un tinto joven u optar por un rosado. Si no lleva más que mozarella, orégano y aceite de oliva, necesitamos un rosado que pronuncie sus sabores y aromas, y si es una pasta fresca al huevo, con salsa cremosa y parmesano el rosado es lo que mejor le sienta.

Para un paté de ave en terrine, el rose es la mejor opción.

No olvidemos los postres que cuando son confeccionados con frutas, cremas o estilo "tartas", quedan excelente con rosados semi-secos aunque también se pueden combinar bastante bien con espumosos y champagne

Podemos decir que son vinos de cuerpo medio, muy expresivos e ideales para aperitivo, entradas e incluso platos principales o postres.

Son una buena opción cuando nos invitan a una cena y no sabemos cual será el menú que nos preparará el anfitrión. Y si bien son recomendados para cuando comienzan los dí­as de mayor calor, pueden ser degustados en cualquier momento del año, solo es cuestión de animarse. Sommelier Fernanda del Rio Bellon

Sommelier Mara Gonzalez

Centro de Enólogos de Buenos Aires

Aráoz 1195 – 4774-8002

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