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Economí­a lanzó el canje pero aún persiste la amenaza del "efecto 2G"

Hasta hace apenas unos dí­as el canje de deuda avanzaba a buen ritmo. Pero surgieron dos hechos que ponen en duda los plazos para su lanzamiento
16/04/2010 - 14:01hs
Economí­a lanzó el canje pero aún persiste la amenaza del "efecto 2G"

Tras largas negociaciones, idas, venidas y especulaciones, el Gobierno argentino anunció finalmente el lanzamiento del canje de deuda.

La operación se presentó en sociedad en octubre del año pasado y se esperaba que comenzara en diciembre o enero, pero sucesivos factores hicieron que se fuera posponiendo.

Con mercados lí­quidos y a la pesca de inversiones que superen las flacas rentabilidades que ofrecen la mayorí­a de los mercados, su apertura convirtió a los bonos argentinos en una más que interesante opción que muchos supieron aprovechar.

En el interí­n, varios temí­an, con algo de razón, que surgiera algún factor que pusiera en duda su concreción.

Y como en una especie de profecí­a autocumplida, no es un acontecimiento sino dos los que pueden complicar su puesta en marcha. Son las "2G" o dicho de otro modo, la combinación "Griesa + Grecia".

El impacto de las "2G" llevó a los organismos reguladores de algunos paí­ses, que deben habilitar la propuesta de la Argentina para salir del default, a realizar nuevos pedidos de información.

Así­ las cosas, esto podrí­a provocar que, más allá del anuncio formal, la reapertura del canje pueda sufrir alguna demora. 

Con su presentación, el ministro de Economí­a, Amado Boudou, cumplió con lo expresado por la Presidenta, quien habí­a afirmado dí­as atrás que "para el 14 o 15 de abril estarí­amos en condiciones de formular nuestra oferta para, finalmente, salir del default".

Pero la concreción de este anuncio se realiza bajo condiciones muy diferentes a las imaginadas por las autoridades económicas, pues aún quedan varios cabos sueltos que deberán atarse, antes de poner en marcha la operación.

La decisión de separar el anuncio de la oferta económica a la del inicio de la transacción se debe a que una postergación hubiese generado incertidumbre en el mercado sobre el contenido de la propuesta.El efecto Grecia

En los últimos dí­as el paí­s heleno fue varias veces noticia. El domingo se conoció que la Unión Europea (UE) formalizó un plan de ayuda por 30.000 millones de euros, a los que se sumarí­an otros 15.000 millones a ser aportados por el FMI.

El acuerdo fue, en principio, bien recibido por los mercados. Pero la alegrí­a duró poco, ya que el jueves las dudas sobre su aplicación, así­ como la posibilidad de que el gobierno cancele las emisiones de deuda previstas, volvieron a situar a los CDS (Credit Default Swaps o seguros antidefault) y a las tasas de interés de los bonos en niveles cercanos a sus máximos históricos.

La rentabilidad del bono a 10 años alcanzó el 7,4%, superando el nivel registrado en el peor dí­a para los tí­tulos, al tiempo que los CDS aumentaban hasta los 437 puntos básicos.

Ante el agravamiento de la situación, el gobierno griego hizo un llamado a la UE, al Banco Central Europeo (BCE) y al FMI para acordar entre todos un plan de emergencia para su paí­s.

La magnitud de la crisis es tal que para muchos, su situación es similar a la que enfrentó Argentina a fines del 2001.

"Grecia está atrapada en una trampa polí­tica y financiera, similar a la que hizo que Argentina llegara a proclamar el mayor default soberano de la historia en diciembre de 2001", afirmó Michael Casey en The Wall Street Journal.

Casey apuntó que se está generando un cí­rculo vicioso, en el que la pérdida de confianza de los inversores alimenta -a su vez- una caí­da en el precio de los bonos y lleva a una masiva salida de capitales de los bancos griegos. (Vea la nota: "Siga, siga", dicen los socios europeos, mientras los inversores huyen de Grecia").

Y como sucedió en la Argentina con el régimen de convertibilidad, "a Grecia se le niega ahora la única posibilidad de reducir el terrible dolor económico que atraviesa: una devaluación de su divisa", sostuvo Casey. El "efecto Grecia" puede tener impacto cuando la Argentina intente retornar al financiamiento internacional, en especial por la posible elevación de las tasas de interés.

El problema puntual es que dichas tasas, que son las que exigen los inversores para comprar bonos de paí­ses riesgosos, son cada vez más altas y, de mantenerse la tendencia, podrí­a afectar seriamente las cotizaciones de los tí­tulos de los paí­ses emergentes. Ello harí­a menos atractiva la oferta argentina.

"Una vez concluido el canje y cuando el paí­s quiera salir a colocar deuda en los mercados, situaciones como la de Grecia podrí­an afectarlo", sostuvo Martina Gallardo, jefa de research de Arpenta.

"La deuda de Grecia podrí­a generar una suba en los tipos de interés, que afectarí­a a la Argentina una vez que acceda al crédito externo", explicó Fausto Spotorno, economista de Orlando Ferreres y Asociados.El efecto Griesa El juez de Nueva York, Thomas Griesa, tomó en los últimos dí­as dos decisiones transcendentes: 

  • Resolvió el embargo de u$s105 millones que el Banco Central tiene en la Reserva Federal de Nueva York. 
  • Citó a los abogados de la Argentina para que expliquen "por qué el tribunal no deberí­a emitir un bloqueo del canje", luego de que un reducido grupo de bonitas interpusieran una acción de amparo.

Ambas medidas generaron un estado de alerta permanente entre los funcionarios de la entidad monetaria y del Palacio de Hacienda, máxime que se producen en momentos en los que se está anunciando la operatoria. El embargo

Para Sabrina Corujo, de Portfolio Personal, "no debe importar tanto el monto, sino más bien al contexto en que se da el nuevo embargo".

Una vez más, el magistrado hizo lugar a un pedido de los fondos buitre NML capital –de Elliot– y EM –de Kenneth Dart–, que compraron tí­tulos en default e iniciaron acciones legales contra el paí­s.

Griesa dispuso que los fondos tengan acceso a ese dinero, congelado por la justicia estadounidense desde 2006, pero para ello deberán esperar a que se cumplan diversos pasos procesales, incluyendo la apelación realizada por los abogados del BCRA.

El juez basó su decisión en la constitución del "Fondo del Desendeudamiento", destinado a pagar deuda externa con reservas.

Según Corujo, "a principios de enero, a los abogados del Central le fue más fácil demostrar que no es el ´álter ego´del Gobierno nacional".

Este es el punto sobre el que volvió a extenderse y, quizás de forma aún más dura, el juez Griesa.

"El embargo no es un tema menor. Anteriormente ya habí­a cuestionado la autonomí­a del Central con respecto al Tesoro, cuando ocurrió lo de la ANSES. La diferencia es que ahora ya se realizaron pagos", sostuvo Martina Gallardo, Jefa de Research de Arpenta.

un problema en el canje, sobre todo si se tiene en cuenta que en el 2005 ya hubo un freno por embargos".

Según Jorge Todesca, director de Finsoport y ex viceministro de Economí­a, "esto del embargo es parte de las situaciones que se generan en medio de toda negociación. Son una especie de chicana, o lo que se conoce como ´apriete´, ya que se trata de la presión de sectores que buscan posicionarse mejor en medio de las tratativas".La citación del tribunal a pedido de los holdoutsEl otro punto pasa por el pedido de explicaciones al Gobierno argentino, ante la presentación de un grupo de inversores individuales que solicitaron al juez que frene temporalmente el canje hasta que se determine la equidad de la propuesta.

A ello se suma su cuestionamiento sobre si están recibiendo suficiente información como para poder tomar una decisión respecto de aceptar o no la operación.

Fuentes tribunalicias consideraron que ante la reapertura, tratan de presionar al Tribunal denunciando que no fueron invitados a negociar la propuesta.

Los holdouts agregaron como nuevas pruebas el levantamiento de la Ley Cerrojo y su tratamiento en el Congreso, que no toma en cuenta las causas judiciales en los Estados Unidos, y denuncian mala fe en las negociaciones de deuda.

El abogado de los querellantes, Guillermo Gleizer, dijo a Reuters que las demandas equivalen aproximadamente a 2.200 millones de dólares en bonos argentinos.El ministro Boudou admitió, en plena presentación del canje, la existencia de ese reclamo, pero, tal como viene haciendo cada vez que Griesa intercede, puso en duda que este nuevo reclamo hiciera correr sangre.

Al término de la audiencia el Juez anunció que se reservaba el derecho, eventualmente, de paralizar la oferta el dí­a en que se ponga en marcha.

"El juez se mostró predispuesto y dijo que la Argentina está trabajando para elaborar una propuesta para solucionar el problema", comentó el Ministro.

En medios financieros locales, la decisión del juez de dar vista por algunas semanas antes de dar una respuesta tiene por objetivo que los querellantes opten por seguir adelante con su proceso legal o, por el contrario, acepten la nueva oferta del Gobierno.

La cuestión pasa por saber si el juez dará lugar a su petición. El último antecedente a través de un fallo no es alentador, pues el embargo sobre las cuentas del Central se basó en que el paí­s actuaba de mala fe y discriminaba a los acreedores que litigan en ese paí­s. Rubén Ramallo

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