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El tiempo corre y Grecia va camino hacia la "remake" de la Argentina del 2001

Para varios analistas, el paí­s helénico no podrá salvarse de un eventual default. Los inversores exigen mayor tasa para comprar su deuda. Las perspectivas
22/04/2010 - 11:17hs
El tiempo corre y Grecia va camino hacia la "remake" de la Argentina del 2001

El reloj corre a toda velocidad para Grecia. Y el complicado mecanismo de ayuda ideado por la Unión Europea tampoco juega a su favor.

La evidencia: el rendimiento de los bonos griegos se disparó por encima del 8,2 por ciento.

El 19 de mayo vencen bonos por valor de 8.500 millones de euros y el ministerio de Finanzas ya ha anunciado que las negociaciones para el rescate, que comenzaron el martes, podrí­an alargarse dos semanas.

En concreto, el ministro George Papaconstantinou aseguró que espera que se anuncie un texto conjunto para el 15 de mayo, justo cuatro dí­as antes del vencimiento.

Pero no sólo las dificultades para definir los detalles del acuerdo pesan sobre Grecia.

Uno de las cuestiones que pueden complicar toda la operación se desarrollará a muchos kilómetros del Partenón. Se ubican en el lander alemán de Renania del Norte-Westfalia, donde se celebrarán elecciones el 9 de mayo. Su importancia es tal que podrí­an provocar que Alemania retrase su aprobación a la ayuda.

La oposición alemana, representada por los socialdemócratas del SPD, ya anunciaron que se oponen a la idea de una aprobación por la ví­a rápida de la ayuda.

Y muchos analistas consideran que podrí­an unirse otros partidos, por lo que el visto bueno por parte de los mayores contribuyentes al rescate se podrí­a retrasar semanas.

Un proceso complicado
Para que la ayuda llegue, es necesario primero que la solicite Grecia. Luego debe ser aprobada por la Comisión Europea y por el Banco Central Europeo, así­ como por los 16 miembros de la Eurozona.

Estos acuerdos podrí­an llegar en pocas horas, a excepción de aquellas que necesitan el visto bueno de los Parlamentos nacionales. En cuanto a la aprobación del FMI tendrí­a que venir por parte del Directorio y en principio no presentarí­a dificultades.

Pese a ello, no se debe descartar que Grecia se adelante al acuerdo definitivo para pedir el rescate y agilizar el proceso, tal y como ha dicho Papaconstantinou.

Pero el orgullo griego es muy alto y es por eso que el ministro de Finanzas ha reiterado que "no estoy diciendo que el Gobierno vaya a pedir la ayuda".

En este escenario, el peor de los posibles, Grecia podrí­a obtener suficientes fondos para cubrir sus vencimientos en mayo, pero probablemente no conseguirí­a calmar a un mercado que está más que nervioso.

Vista esta suma de dificultades, no debe descartarse tampoco que Grecia acuda directamente al FMI, aunque la respuesta social podrí­a hacer que el Gobierno no estuviera en condiciones de sostener las duras medidas que se suelen imponer a cambio de financiación.

Ante este panorama, el diferencial del bono griego a diez años con respecto al alemán –que es el de referencia en Europa- mantení­a la tendencia al alza de los últimos dí­as y el martes rozó los 520 puntos básicos, al situarse el rendimiento del primero en el 8,259% y el del segundo, en el 3,078 por ciento.

Cabe apuntar que para el propio Gobierno, tasas superiores al 7%, un umbral que marca un nivel de préstamos insostenible.

A pesar de todos los esfuerzos que anunció e implementó, muchos analistas siguen considerando que, independientemente de cuándo o cómo obtenga Grecia los préstamos, acabará declarando alguna forma de default o reestructurando su deuda en los próximos años.

Según explica Stephen Fidler en un artí­culo publicado Wall Street Journal, Atenas lidia con un nivel de endeudamiento y a unos vencimientos de deuda tan elevados que ni siquiera la puesta en marcha de los créditos de Bruselas -de 30.000 millones de euros- y el Fondo Monetario Internacional -que prestarí­a otros 15.000 millones de euros- podrí­an contener la crisis de deuda.

Para Wharton Universia, "el Gobierno griego tiene como opción para financiarse y poder realizar esos pagos emitir más deuda. Pero existe un problema, que el mercado no es muy receptivo a la hora de comprar bonos helenos por miedo a que el paí­s no pague".

"La consecuencia directa de esto es que tiene que ofrecer mayor rentabilidad para que los inversores vean que merece la pena tomar el riesgo que ellos perciben. Es decir, al paí­s le cuesta cada vez más financiarse", agregó el informe.

El Ejecutivo griego insiste en que los vencimientos de deuda soberana que cumplen de aquí­ a mayo, y que ascienden a 27.000 millones de euros, están garantizados.

Sin embargo, según señalan Peter Boone, de la London School of Economics, y Simon Johnson, antiguo economista del FMI, para el conjunto de 2010 el importe se eleva a 50.000 millones de euros.

De esta forma, añaden, el dinero que necesitará captar el paí­s heleno para financiarse hará crecer su endeudamiento un 4%, por lo que la deuda del Estado podrí­a trepar hasta el 150% del PIB en 2012, desde el 113% de 2009, o lo que es lo mismo, 300.000 millones de euros.

La cuestión clave es que el desafí­o de reducir el déficit en plena recesión es enorme, ya que además hacen falta reformas profundas para mejorar la competitividad de la economí­a.

En opinión de Rafael Pampillón, profesor de Entorno Económico del IE Business School, "el acuerdo alivia el problema pero no lo soluciona. La deuda pública griega seguirá aumentando como una ‘bola de nieve’ hasta que el Gobierno no reconozca su incapacidad para hacer frente a sus obligaciones. La única salida es la suspensión de pagos, un concurso de acreedores que, evidentemente, perjudicarí­a a los tenedores de bonos griegos".

Atenas se parece cada vez más a Buenos Aires
El catedrático asegura que comienza a ver paralelismos entre la situación actual del paí­s europeo y la crisis financiera a la que se enfrentó Argentina hace nueve años.

Pampillón recordó que hace 10 años, en el 2000, el Gobierno argentino pidió prestado u$s40 mil millones  a instituciones financieras internacionales y nacionales, comprometiéndose, a cambio, a implantar reformas económicas conducentes a reducir su gasto público.

"Este blindaje no generó los resultados esperados, por lo que fue necesario realizar renovaciones de la deuda, a través de nuevas negociaciones que permitieran extender los plazos de vencimiento y los pagos de sus tasas de interés, al mismo tiempo que recibí­an la ayuda del FMI para poder hacer frente a las cancelaciones", explica.

"Sin embargo, la crisis seguí­a hundiendo la economí­a y el FMI decidió suspender los desembolsos debido al incumplimiento del Gobierno de las condiciones que habí­a pactado con el organismo", agrega.

"Como respuesta a dichos acontecimientos, el 1 de Diciembre de 2001, se decidió restringir el acceso de los ciudadanos a sus depósitos bancarios con el fin de evitar la salida de dinero del paí­s; este proceso fue denominado ‘el corralito’", recuerda Papillón.

Según Guido M. Sandleris, director del Centro de Investigación en Finanzas de Universidad Torcuato Di Tella de Buenos Aires, "ambas situaciones se originaron en una combinación de polí­ticas fiscales laxas y mercados externos eufóricos".

Sandleris manifestó además que "tanto para Argentina en 2000, como para Grecia en la actualidad, la depreciación del tipo de cambio nominal para restaurar el equilibrio es una opción muy costosa, que los gobiernos tratan de evitar".

El académico concluyó que, "en consecuencia, el ajuste de precios relativos hacia un tipo de cambio real más devaluado debe ocurrir ví­a deflación de precios, proceso mucho más lento y penoso que el anterior".

En opinión de Pampillón, "la única alternativa para Grecia es, de la mano del FMI, acudir al Club de Parí­s y al de Londres para presentar una suspensión de pagos de manera negociada".

Consideró que de esta forma "se evitarí­a el riesgo moral o comportamiento perverso que hace que los acreedores, ante el incumplimiento del deudor, le sigan prestando fondos por que cuentan con que siempre habrá un prestamista de última instancia que resolverá el problema".

Y dijo: "No debe haber rescate para Grecia porque se enví­a a los inversores el mensaje de que no importa que España, Portugal o Italia tengan excesos en el gasto público o déficit fiscal insostenible porque al final alguien pagará".

¿Cuáles son las opciones?
En este escenario, muchos expertos opinan que el rescate conjunto de la Eurozona y el FMI es sólo "una gota en el océano" y que las opciones que se le plantean a Grecia pasan, o bien por una reestructuración de la deuda, o bien por directamente dejar de hacerse cargo de sus compromisos financieros.

Por la primera alternativa se inclina, por ejemplo, el economista jefe de High Frecuency Economics en Nueva York, Carl. B. Weinberg, que considera que podrí­a unificar todos sus préstamos en uno sólo y ampliar el plazo de vencimiento a 25 años. De esta forma lograrí­a reducir su endeudamiento hasta en un 60% en los próximos cinco años.

Los más pesimistas, en cambio, descartan que esta opción pudiera funcionar precisamente por el alto endeudamiento público del paí­s heleno.

Y para demostrarlo, el autor del artí­culo agrega que paí­ses como Turquí­a, Argentina o Ecuador incurrieron en default con niveles de deuda mucho menores. En su opinión, la única salida posible es este camino.

Mientras este debate tiene lugar, Grecia sigue buscando financiación en el mercado. Ahora, los inversores deben decidir si los riesgos son razonables y seguir dando aire a Grecia o abandonar al Atenas a su suerte.

Rubén Ramallo
©iProfesional.com

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