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Cómo combatir el reflujo, un mal que afecta a 4 de cada 10 argentinos

Hace 4 décadas salieron al mercado los "prazoles", fármacos que cambiaron la historia y permitieron tratar con efectividad muchos problemas digestivos
03/10/2025 - 11:23hs
Cómo combatir el reflujo, un mal que afecta a   4 de cada 10 argentinos

Hace aproximadamente cuatro décadas, se  lanzó en el mundo una nueva categoría de medicamentos que, con el transcurso de  los años, se convertiría en una de las clases de fármacos más utilizadas, en forma  cotidiana, por millones de pacientes: los "prazoles".  Esta familia de moléculas actúan como "inhibidores de la bomba de protones" y los  médicos usualmente los indican para el manejo y el tratamiento de diversas afecciones comunes: desde la dispepsia, a la Enfermedad por Reflujo Gastroesofágico (ERGE) y  a la úlcera péptica que incluye la gástrica con o sin infección por Helicobacter pylori y  la duodenal, además del síndrome de Zollinger-Ellison y la esofagitis erosiva, entre  otras. 

"Antes de que tuviéramos acceso a los 'prazoles' para tratar a pacientes con, por  ejemplo, una úlcera péptica, no teníamos alternativas efectivas y seguras para este  tipo de problemas", comentó el doctor Luis Soifer (MN 44.599), expresidente de la  Sociedad Argentina de Gastroenterología (SAGE) durante un webinar organizado  por Eurofarma. Y este profesional, con una larga trayectoria en reconocidas  instituciones de salud, agregó: "Lo que se pensaba en aquel momento era que, si  lográbamos reducir la cantidad de secreción de ácidos gástricos, los pacientes podrían mejorar su malestar, que usualmente se expresaba como un fuerte ardor y dolor en la  boca del estómago".  

Con el paso del tiempo, el foco de esta temática se fue volcando sobre un problema  digestivo en particular: el 'reflujo'. Eso se da cuando la válvula que separa al estómago del esófago, por alguna razón, no cierra bien. Así, parte de los ácidos gástricos  secretados en el estómago fluyen hacia el esófago. Esta válvula —cuyo nombre  médico es 'Esfínter Esofágico Inferior' (EEI)— es un anillo de músculos que se ubica  en la parte inferior del esófago, justo donde se une con el estómago. Y su función es  cerrar completamente el paso entre uno y otro en momentos de la digestión.  

Cuando, por alguna situación médica, no se cierra correctamente, el ácido gástrico  'escapa' del estómago y sube por el esófago. El problema ocurre porque el  recubrimiento de la mucosa interior de este 'tubo' que lleva la comida de la boca al  estómago no está adaptado para resistir la acción del ácido gástrico. Así, con el 

tiempo, esta invasión periódica va causando lastimaduras y quemaduras dolorosas,  que pueden generar consecuencias más graves —como, por ejemplo, esofagitis e,  incluso, lesiones precancerosas— en el largo plazo", detalla Soifer. 

Cantidad de pacientes 

"Diversos estudios han demostrado que aproximadamente el 40% de las personas  puede sufrir reflujo. O sea, alrededor de 4 de cada 10 argentinos —de todas las  edades— sufren esta situación", advierte el experto.

Y agrega: "Una investigación  publicada en 2005 concluyó que la prevalencia de síntomas típicos de la ERGE  ascendía al 23% de los consultados, quienes reportaron ‘sentir en forma frecuente  síntomas típicos de ERGE (como ardor y regurgitación) al menos una vez por  semana'. En el caso de la esofagitis, se calcula que el 5% del total de la población  sufre esta situación". Todas estas cifras epidemiológicas locales son bastante  similares a las encontradas en otros países desarrollados y de la región. 

Tratamientos disponibles 

Para tratar de la mejor manera varias de estas patologías, se han desarrollado  diversos medicamentos y —entre los más exitosos y eficientes— figuran los  "prazoles", una categoría de medicamentos que engloba diferentes formulaciones  químicas y concentraciones. 

Según la patología de cada paciente, estos fármacos pueden ser tomados en forma  permanente o "a demanda", cuando recrudecen los síntomas gástricos. Luego, si  estos ceden, pueden dejar de consumirse por un tiempo. En otros casos particulares,  el paciente podría ingerir su dosis diaria en dos tomas distanciadas. Además, para  suspender el tratamiento —en forma provisoria— también es necesario seguir un  proceso paulatino, a lo largo de varios días y no interrumpirlo en forma abrupta. 

Otro tema a considerar con el médico es que el prazol a tomar no interfiera con otras  píldoras que el paciente tenga recetadas para otras dolencias. Esto se logra por medio de la regulación de la dosis o del momento de la toma. "O sea que para ser realmente  efectiva y segura esta medicación debe ser tomada por cada paciente en el formato  más apropiado para su condición y según la evolución e intensidad de su patología",  sugiere Soifer. 

Ante estas situaciones, la recomendación general indica que la toma de cualquier medicación sea indicada por un profesional, previo diagnóstico correcto de la  problemática. Además, su prescripción inicial ayuda a ajustar la dosis correcta para  cada paciente en el tiempo, según sus síntomas, y explicarle la forma correcta de  tomar esta medicación (en ayunas, seguido luego por un alimento más tarde, etc.). "De esta forma, si se toman con la supervisión de un profesional, su funcionamiento será  mucho más efectivo y puede prevenirse a tiempo cualquier complicación que pudiera  aparecer", comentó Soifer. 

Ventajas del esomeprazol

Si bien todas estas moléculas hoy disponibles en las farmacias son variantes químicas de los "prazoles" y tienen similitudes, algunos tipos de prazoles han demostrado  ofrecer ventajas sobre otras formas, según el paciente y su patología.

En el caso particular del esomeprazol, "lo que hemos visto en investigaciones sobre su absorción por el metabolismo y su biodisponibilidad para cumplir sus efectos es que su duración es mayor, ya que esta molécula en particular posee una vida media más  larga que otros prazoles. O sea, la concentración ideal de este fármaco en el  organismo y su disponibilidad para ayudar a disminuir la producción de ácido gástrico,  es mayor a la de otros fármacos químicamente parecidos", comenta el doctor Soifer. 

Además, considerando el punto de vista del inicio de sus efectos tras su ingesta, las  pruebas lo evaluaron como un producto de "inicio de acción rápida". Y, por su  composición química, se comprobó que el esomeprazol tiene una menor tasa de  interacciones farmacológicas, algo importante a considerar en los pacientes mayores  que suelen estar "polimedicados". 

Por otra parte, se ha comprobado que, si el esófago ya tiene algunas lesiones por la  acción del ácido, con la toma de esomeprazol la cura de estas lastimaduras lleva  menos tiempo", detalló el especialista. En efecto, la observación clínica indica que  hasta el 90% de las personas con esofagitis severa ven cicatrizadas sus lesiones en  un período de cuatro semanas. 

Un punto en particular que genera otra ventaja es que el esomeprazol es  especialmente adecuado —por sus características farmacológicas— para que su toma sea indicada por tiempos prolongados, sin causar mayores efectos colaterales, ya que  su tolerabilidad es alta (pocos pacientes deben abandonar este tratamiento por alguna  causa o molestia). En otras palabras, es un medicamento seguro y confiable, algo  especialmente atractivo si se requiere su toma en forma crónica. 

Una bomba en marcha 

Al hablar de los "prazoles" los expertos explican que este medicamento es un "efectivo inhibidor de la bomba de protones". ¿Qué significa esto? En concreto, que su efecto es disminuir la secreción de ácidos digestivos en el estómago.

¿Cómo lo hace? El  intestino delgado absorbe este fármaco y, una vez que ingresa en el sistema  circulatorio, interfiere con el funcionamiento de las células parietales del estómago.  Estas células contienen la enzima H+/K+ ATPasa —llamada bomba de protones—  cuya acción los prazoles bloquean. Y esto funciona ya que esta enzima cumple una  función importante durante el paso final del proceso de secreción de ácidos en el  estómago. En resumen, tras tomar esta medicación, en pocos días el estómago  comienza a secretar una cantidad menor de ácidos estomacales. 

¿Para qué condiciones médicas están indicados los "prazoles"?

  • ERGE. 
  • Úlceras gástricas y duodenales asociadas o no a Helicobacter pylori.
  • Prevención de úlceras inducidas por la toma de ciertos medicamentos  antiinflamatorios. 
  • Síndrome de Zollinger-Ellison. 
  • Hemorragia digestiva ulcerosa. 
  • Dispepsia. 
  • Esofagitis eosinofílica.
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