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Tendencias: cómo Google maps "mató" a los mapas de papel

Hacer turismo desde el living de casa, vigilar una propiedad a la distancia, son algunas de las nuevas costumbres que ofrecen las cartografías 3D
02/04/2013 - 14:35hs
Tendencias: cómo Google maps "mató" a los mapas de papel

Los autos de Google Street han recorrido millones de kilómetros, fotografiando calles y paisajes en 39 países del mundo, para armar detallados mapas virtuales que le permiten a los usuarios "sumergirse" en un lugar a la distancia.

Pero también estos mapas influyeron en la forma en la que las personas se relacionan con el mundo exterior. Esto es así porque una vez que un usuario ha "googleado" su casa y su barrio, ingresado a los comercios de la zona y las ciudades que ha visitado en sus vacaciones, comienza a explorar sitios desconocidos.  

Los autos de Google Street View ya han recorrido, por ejemplo, el 65% de las calles de países como Reino Unido, y sus mapas 3D incluyen algunos reconocidos museos y catedrales. Cada vez más se pueden explorar también ciertas tiendas.

Esta tecnología no es del gusto de todos: según un informe de la BBC, 250.000 familias alemanas pidieron que sus hogares figuraran pixelados en el sistema. Pero a pesar de esto, los planes para escanear cada vez más ubicaciones siguen adelante en la compañía de Mountain View.

Sucede que los mapas 3D generan nuevas costumbres para, por ejemplo, hacer turismo, y ofrecen así posibilidades que escapan a las tradicionales cartografías de papel. Por caso, John Haas, profesor de la Universidad Northwestern contó a la BBC como antes de un viaje de trabajo a París, se pasó un par de tardes en Street View "paseando por las calles" en los alrededores del hotel donde iba a quedarse.

A algunos usuarios les gusta elegir la casa de un amigo o encontrar la ubicación en la que se desarrolla la historia de un libro, la oportunidad de visitar virtualmente esos lugares de la infancia y la opción de investigar un bar o un restaurante antes de encontrarse allí con un amigo. "Para la gente con menos de 25 años es difícil recordar un tiempo en el que se usaban mapas de papel", explicó a la cadena británica Simon Garfield, autor del libro "On the Map: Why the World Looks The Way It Does" (En el mapa: por qué el mundo luce así).

Asimismo, algunos negocios, como empresas instaladoras de antenas satelitales y cristales, pueden mirar la propiedad a través de Internet y hablar con los clientes sin siquiera tener que visitar el lugar.

Los conductores pueden encontrar puntos de referencia que faciliten su ruta y los arquitectos pueden estudiar los edificios sin siquiera estar ahí.

"Los mapas actuales los hacen técnicos y maestros del píxel, que están más preocupados por la rapidez de carga en la pantalla que en la ausencia en el mapa de, por ejemplo, Manchester o Chicago", agregó Haas.

No obstante, algunos nostálgicos auguran un futuro para las cartografías tradicionales. El profesor Jerry Brotton, autor del libro "A History of the World in Twelve Maps" (La historia del mundo en doce mapas) afirma que "los mapas siempre perdurarán, sólo tienen una forma distinta. El mapa de papel está en declive", cuenta.

Aunque todavía hay que resolver ciertos problemas de privacidad, la resolución de estos problemas dependerá de quién es dueño de estos datos y de si la gente puede elegir si aparecer o no en estos mapas, opinó Brotton sobre la tecnología de Google.

También será algo que "miraremos atrás históricamente", cuando en algún punto queramos ver cómo lucían las calles en 2013.

Street View ya ha cambiado la forma en que la gente conoce los lugares "cómo interactuamos con el mundo físico", dijo por su parte el profesor Andy Miah, director del Instituto de Futuros Creativos en la Universidad de West de Escocia. A medida que la gente use más Street View tenderá a ver el mundo real a través de una pantalla, en lugar de mirar a su alrededor, "pensando sobre él como un entorno digital", aseguró.

Aunque no todos están convencidos de que Street View haya traído al mundo algo beneficioso. Alexander John Bridger, profesor de psicología en la Universidad de Huddersfield en Reino Unido, admite que a pesar de sus utilidades, Street View tiene un costado negativo: los usuarios de Street View pueden "perderse la experiencia de donde están y la cosa se convierte en algo muy automático 'necesito ir de aquí hacia allí'. Así que se convierte en un mecanismo rutinario de comportamiento".

"Llegar a un lugar y confiar en nuestros sentidos o conversaciones con extraños puede ser una experiencia mucho más provechosa", agregó.