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El enólogo Ángel Mendoza destacó que para captar la atención de los consumidores jóvenes es necesario producir vinos más "chispeantes" y con menos alcohol
15/07/2013 - 22:50hs

"Jóvenes adultos que viven la vida con optimismo, disfrutando al máximo de su tiempo. Están en la búsqueda constante de nuevas experiencias y un balance integral de sus vidas", destaca Stephan Czypionca, de Coca-Cola Argentina.

Frente a este gran competidor es que los vinos deben enfrentarse para conquistar a esta generación. 

En este contexto, el enólogo Ángel Mendoza destacó que se necesita potenciar otras cualidades sensoriales de esta bebida:

. Buscar la refrescancia, un inteligente equilibrio de los sabores dulces y ácidos "golosos no empalagosos"

. Una explosión de sabores frutados y un crisp de "mágicos fuegos artificiales en la boca"

. Vinos chispeantes con baja graduación alcohólica.

. Vinos con packaging sensual, individualista, cordial y elegante que invite al placer.

"La Argentina vitivinícola y sus enólogos innovadores ya han sabido proponer vinos jóvenes y modernos; y ante esto podemos ver la fuerza impulsora de espumantes y frizzantes en las noches de adultos jóvenes. Pero también debemos desarrollar vinos ´adultecentes´ para compartir reuniones gastronómicas con amigos y la familia joven y moderna", destacó Mendoza, en una columna para la consultora Area del Vino. 

"Para esto debemos buscar caminos tecnológicos para el desarrollo de estos productos modernos: como lo es la termovinificación, maceración carbónica, fermentacion fría aromática, cosecha temprana, vendimia escalonada, vinificacion diferida y desalcoholización física", acotó. 

En este contexto, destacó que este tipo de vinos debería tener las siguientes características:

Seducir desde el color y el aroma de vino frutado. Pero en la boca deben saber a Coca-Cola, con equilibrado balance de azúcar/acidez.

. El pH de vinos blancos y rosados no puede superar 3,2.

. En los vinos tintos suaves, sin taninos pronunciados, el pH debe ser inferior a 3,6.

. Los niveles de azúcar residual será la estrategia de cada bodega. No usar el azúcar para disimular defectos (la industria ya pago caro estos errores) sino para exaltar los sabores ricos de la uva y la fermentación.

"Estas propuestas de vinos jóvenes, modernos, quizás insolentes, requieren un apoyo publicitario muy amplio. Un marketing agresivo de seducción. Esto no lo puede ignorar ni subestimar el industrial vitivinícola", explicó. 

"El plan de negocios de estos productos requiere mucho protagonismo y costos de comercialización, y su éxito depende de un trabajo muy inteligente y estratégico de todo el equipo empresario. Si la industria vitivinícola argentina se gana la confianza y la fidelidad de la generación Coca-Cola, el vino asegura la aceptación de próximas generaciones. Así nuestra bebida nacional reinvindica su capacidad dinámica de adaptarse a diversos segmentos del mercado y sus códigos sociales", sostuvo Mendoza. 

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