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Según el REM, el IPC de diciembre será de 2,1% y cerrará 2017 en 23,5%. Para el 2018, calculan 16,6%, una cifra más elevada que la meta oficial
05/12/2017 - 00:51hs

Otro mal indicador se llevó Federico Sturzenegger del ya tradicional Relevamiento de Expectativas de Mercado (REM), la encuesta que la entidad realiza entre bancos y consultoras para saber qué piensa el mercado de las variables más importantes de la economía. 

Los resultados de esta consulta, siempre tenidos en cuenta por el número uno del Banco Central a la hora de contemplar el movimiento de las tasas, mostraron que el mercado espera más inflación y un dólar atrasado en comparación con las expectativas del mes de octubre.

Como resultado de un aumento de precios mayor al previsto durante diciembre, los participantes del REM elevaron levemente sus pronósticos de inflación para 2017 de 23% a 23,5%

Para el mercado, el IPC en diciembre trepará a 2,1%, por efecto de los incrementos previstos en bienes y servicios regulados.

Para los primeros 5 meses del año próximo, la tasa de inflación oscilaría entre 1,3% y 1,5% mensual, mientras que recién para la segunda mitad del año la inflación se acercaría al 1% mensual.

Así y todo, el IPC del 2018 también fue revisado al alza: en la medición anterior, estimaban que el año próximo cerraría en 16% pero ahora prevén un 16,6%

Con respecto a la inflación núcleo -es decir, la que excluye los precios regulados y aquellos con efectos estacionales-, mantuvieron estable el pronóstico en 21% para fines de 2017, mientras que se incrementó la expectativa correspondiente a 2018 hasta 14,9%.

Por la persistente inflación, que no cede como quisiera el Gobierno, es que los participantes del REM esperan que el BCRA mantenga estable la tasa de política monetaria hasta marzo de 2018.

Es decir que los pases seguirían en torno al 28,75% hasta después del verano, por lo menos.

En el mercado se esperanzan con que la política del Central tenga el efecto buscado en los precios y recién puedan retomar un sendero gradual de reducción de tasas a partir de abril del año próximo.

De todas formas, creen que el costo del dinero se situará en 22% a fines de 2018.

"Los analistas revisaron al alza por decimosegunda vez consecutiva la expectativa de tasa de política monetaria para fines del año próximo", admite el Central en su informe. 

La otra cara de la misma moneda es que el dólar seguirá siendo el gran perdedor de la estrategia de Sturzenegger.

El tipo de cambio cerraría este año a $17,80, unos 20 centavos menos de lo que se estimaba el mercado para el cierre del 2017 en la encuesta anterior. 

O sea, ajustaron los pronósticos a la baja porque ven que el billete verde no podrá con las presiones para planchar su cotización. 

Asimismo, el vaticinio para el dólar "versión 2018" también fue revisado a la baja: pasó de $20,50 a $20,30 según los últimos números que presentó el REM.

Por último, las consultoras proyectan un crecimiento del Producto Interno Bruto (PIB) igual para 2017 y 2018 (2,9% y 3,1%, respectivamente).

En tanto, la expansión esperada para el año 2019 se elevó a 3,3%. 

¿De qué magnitud es el retraso?Para medir el tenor del atraso, desde MacroView, consultora de Carlos Melconian y Rodolfo Santángelo, comparten un ejercicio interesante: cuál sería, traído a valores de hoy, el precio del billete verde de otros momentos de la historia reciente.

Desde MacroView indican que:

-El "dólar Néstor" (mayo 2003) traído a tiempo presente alcanzaría los $34,10. Es decir, el doble que el actual

-El "dólar Cristina I" (primer mandato, diciembre 2007) ya había retrocedido a $28 (actualizado a hoy).

-El dólar Cristina II (segundo mandato, diciembre 2011) descendió a $18,60. Sobre el cierre de 2013, Axel Kicillof lo llevó a $16,30.

-Hoy se está algo mejor que en esa instancia, pero por debajo del nivel de 2016, cuando el Gobierno devaluó. Para empardar aquel escenario, debería saltar a $20,35.

Pablo Goldin, director de MacroViews, es categórico, en su diálogo con iProfesional: "Estamos frente a uno de los tipos de cambio más bajos de los últimos 60 años".

Ante semejante afirmación, la consulta obligada es qué puede pasar. Concretamente, si él le asigna más chances a la ocurrencia de un mayor atraso o, más bien, a una brusca (y nueva) corrección.

"En el mundo actual, caracterizado por la enorme liquidez, y con una Argentina de moda, estamos casi condenados al atraso. No hay razón para una pensar en una explosión a corto plazo. Pero la duda queda latente para el largo", asegura. 

En cuanto a la urgencia por mejorar la paridad, expresó: "Estaríamos más tranquilos si los ingresos provinieran de exportaciones o de inversiones que se vuelcan a la economía real, no tanto a la especulación financiera". 

"Nadie tiene el timing sobre cuándo el mercado puede darse vuelta. Es que somos el típico caso de un país vulnerable apenas se modifica el escenario internacional", completa Goldin.

Martín Rapetti, director de Desarrollo Económico de Cippec y uno de los más escuchados en la conferencia de la UIA, repara en la estrategia antiinflacionaria del Banco Central. 

"Para evitar un mayor atraso, el objetivo de bajar la inflación no debería ser tan estricto, ya que esto permitiría contar con una política monetaria más expansiva", indica.

Rapetti sustenta sus dichos en la experiencia vivida en la región: "Es lo que hicieron Colombia y Chile en los ´90. A nuestro vecino le llevó seis años mientras que a Colombia, once".

En relación a cómo esas naciones lograron domar el índice de precios, recuerda que lo hicieron sin devaluar.

"Determinaron una regla que ajustaba el tipo de cambio en base a la inflación. Es una tablita que marca el camino a seguir. El TC no se aprecia sino que sigue al índice de precios", completa. 

En su visión, no estaría mal que en Argentina el Banco Central incorpore a sus metas inflacionarias un objetivo ligado al tipo de cambio, de modo tal de no perder competitividad. 

"Me preocupa que el atraso pegue en la actividad económica. Hoy día, el Central tiene las herramientas para evitar un cimbronazo en la plaza cambiaria, pero debe ir ajustando el precio del dólar de a poco. Estamos viendo cómo los inversores, grandes y pequeños, compran porque ya notan el atraso", asegura.

Desde la City, Pablo Santiago, de Global Agro Broker, coincide con Rapetti: "Este atraso complica la actividad. Podríamos recibir un mayor flujo de inversiones, sin dudas".

Este economista tiene su pronóstico para 2018: "La inflación le va a ganar a la suba del dólar por dos o tres puntos", asegura a iProfesional

Los cálculos de Global Agro Broker colocan a la cotización promedio en $19,60, contra un índice de precios en torno al 16% para ese año.

Desde la consultora brindan mayores detalles:

-El Gobierno colocará títulos de deuda (neta) por u$s29.600 millones

- A esa cifra se le debe añadir u$s14.300 millones que ingresarán al país para inversiones de cartera.

- Ni el rojo comercial (previsto en u$s9.000 millones) ni la sangría por el turismo al extranjero (u$s10.800 millones) ni las compras de billetes de parte del público (u$s16.800 millones) alcanzarán para equilibrar la ecuación.

En la visión de varios economistas, el atraso del tipo de cambio llegó para quedarse. 

¿Acaso para perpetuarse? Este es el gran tema que hoy día recorre los despachos oficiales, las oficinas del microcentro y de Wall Street. Con todo lo que este interrogante implica.