La cadena de vinotecas Winery salió a aclarar cuál es la situación de la firma hoy aquejada por una millonaria deuda y envuelta en un conflicto con sus trabajadores que denuncian falta de pago de salarios y el despido de más de 100 empleados.

Según la compañía hay aceptación para refinanciar la deuda y asegura que "es optimista" en cuanto a la resolución de la crisis que atraviesa la compañía.

A través de un comunicado, la empresa aclaró que: "Se está diseñando una estrategia común con todos sus proveedores, las principales bodegas del país, habiendo recibido un gran respaldo para atravesar esta coyuntura".

Según la firma, la deuda de la empresa, no supera los $300 millones y "es claramente manejable con la adecuación del negocio en curso", señaló.

También fuentes de la compañía, advirtieron que la empresa "está fuertemente comprometida con la continuidad de su giro comercial, aunque se han implementado medidas no deseadas pero imprescindibles. Por eso, ha debido desvincular a 45 colaboradores, asegurando de esta manera la fuente de trabajo para 130 empleados permanentes. Los sueldos correspondientes a enero 2018 han sido íntegramente cancelados a la totalidad del personal, restando integrar la retribución de un grupo de eventuales, que son contratados exclusivamente en diciembre de cada año", continuó el comunicado.

Además, Winery aclaró que mantendrá en operación sus 22 locales, como también su cadena de comercialización minorista y corporativa.

En los últimos días, los trabajadores de Winery denunciaron que, a causa de una deuda de $650 millones e internas entre los tres hermanos responsables de la empresa (Jaime, Amalia y Moisés Chmea), más de 100 trabajadores estaban a punto de perder su trabajo.