Apple sufre las filtraciones internas sobre sus planes y cómo será el iPhone del año próximo. Pero al contrario de lo que muchos piensan, que las propias empresas filtran estos datos para crear ciertas expectativas antes de los anuncios o lanzamientos, la compañía californiana persigue a los empleados que hablan de más con los periodistas.

En 2017, la empresa descubrió a un total de 29 empleados, 12 de los cuales fueron arrestados. "Esta gente no sólo ha perdido sus empleados, sino que pueden enfrentarse a una gran dificultad para encontrar empleos en otra parte", avisa el documento interno, que difundió la agencia Bloomberg.

Además de amenazar en cierta medida a quienes pretendan contar información confidencial, el documento expone que estas filtraciones dañan al negocio de Apple y dan a los rivales más tiempo para generar una respuesta a sus productos.

"Queremos tener la oportunidad de contar a nuestros consumidores por qué nuestros productos son geniales, y no que otros lo hagan malamente", advirtió la empresa.

Apple había contratado el año pasado a antiguos empleados de la Agencia Federal de Investigaciones (FBI) y la Agencia de Seguridad Nacional (NSA) para encontrar los agujeros de seguridad, tanto en California como en China e India, donde se fabrican los iPhone, y así poder castigar a los filtradores.

Google despidió en 2016 a un empleado que había hecho un comentario negativo en un sistema interno de mensajería sobre uno de sus superiores.

Sheryl Sandberg, directora de operaciones de Facebook, aseguró la semana pasada estar disgustada con los filtradores que habían compartido información sobre la situación interna de la compañía durante el escándalo de Cambridge Analytica.