Cómo mejorar la experiencia para las empleadas de comercio y ahorrar millones de dólares
En el ecosistema del comercio minorista hay un elemento esencial que a menudo pasa desapercibido: la fuerza laboral de primera línea.
Son aquellos que nos reciben al entrar en una tienda, los que mantienen las estanterías llenas y están ahí para guiarnos en nuestras decisiones de compra.
A pesar de su importancia crítica, muchos trabajadores de primera línea continúan sintiéndose subvalorados y pasados por alto. Esta preocupación no es infundada, como lo demuestra el reciente informe "Women on the Front Line" publicado por Accenture y Catalyst, que arroja luz sobre las dificultades que enfrentan las mujeres en el comercio minorista.
El informe revela una realidad preocupante: las necesidades físicas, la seguridad y el bienestar de de estas trabajadoras a menudo se ignoran o pasan por alto. Las políticas de horarios rígidos y la falta de consideración por sus responsabilidades personales son solo algunas de las barreras que enfrentan estas trabajadoras.
Empoderar a las empleadas de comercio
En este contexto, es hora de que los líderes del sector minorista tomen medidas audaces y concretas para abordar estas preocupaciones. En primer lugar, es fundamental reconocer el papel vital que desempeñan las trabajadoras de primera línea en el éxito de una empresa y comprometerse a apoyarlas plenamente.
Esto implica no solo garantizar un ambiente laboral seguro, sino también ofrecer programas de bienestar físico y mental que aborden las necesidades específicas de estas empleadas.
En efecto, las empresas están perdiendo miles de millones de dólares debido a la falta de comunicación clara o a la ausencia de una sólida propuesta de valor para este segmento.
La generación de un ambiente laboral donde los empleados deseen permanecer puede resultar en ahorros significativos. Incluso una modesta mejora del 10% en las tasas de rotación puede traducirse en un ahorro de entre 4.000 y 7.000 millones de dólares en cada sector.
La tecnología también puede desempeñar un papel crucial en la mejora de la experiencia laboral. Pero más allá de las soluciones tecnológicas, es fundamental adoptar un enfoque humano y centrado en las personas. Esto significa proporcionar oportunidades de crecimiento y desarrollo profesional claras y accesibles, así como garantizar un equilibrio adecuado entre el trabajo y la vida personal.
En un mundo donde la competencia es feroz y las expectativas de los clientes son cada vez más altas, no se puede ignorar el valor y las necesidades de aquellos que son la columna vertebral de la industria minorista. Es hora de que el sector se una en un esfuerzo concertado para empoderar a las mujeres en la primera línea y crear un ambiente de trabajo que fomente el éxito y la inclusión para todos.
*Esteban Garabano es managing director de Client Team de Accenture Argentina.