En medio de la escasez de combustibles, que el Gobierno recién prometió normalizar en forma paulatina en las próximas horas, la preocupación ahora es que el fantasma del desabastecimiento se traslade a otros sectores de la economía. El temor principal en el equipo económico es que se agraven los problemas en las góndolas de los supermercados.

Cualquier consumidor que en las últimas semanas haya realizado las compras en las grandes cadenas pudo percibir los inconvenientes -cada vez más notorios- en el abastecimiento de esos locales.

"Las entregas están raras desde hace tiempo. Tratamos de llegar con lo máximo posible, pero la situación es muy tensa", admite un referente del mercado del consumo masivo a iProfesional.

El escenario de anormalidad es aceptado por todas las partes. Ahí no hay demasiada novedad. Supermercadistas, fabricantes de primera línea y distribuidores de mercadería dan cuenta de esa situación.

El tema es que la crisis se viene agravando, en medio de la incertidumbre electoral, pero sobre todo por la indefinición del escenario económico. Una brecha cambiaria que trepó en un momento al 200% y la escasez cada vez más notoria de dólares para importar,.

En ese contexto, la dinámica de precios y abastecimiento empeoró. Nadie quiere correr riesgos.

Massa quiere evitar que el desabastecimiento se convierta en un problema grave antes del balotaje.

El cortocircuito en el mercado de los combustibles encendió todas las alarmas en el equipo económico, Más allá de los cruces dentro mismo del oficialismo, ahora la orden del ministro-candidato es que no se generen más tensiones en otros rubros sensibles a la población.

Por eso mismo, en las últimas horas hubo una convocatoria a las principales empresas de la alimentación. Además de refrendar el acuerdo por la continuidad de los "Precios Justos", Economía pretende que no se agraven los problemas de abastecimiento en las cadenas minoristas.

Abastecimiento y precios: un acuerdo por 20 días

En un marco en donde persisten las dudas sobre el triunfador del balotaje y del plan económico que se ponga en marcha en diciembre, el objetivo que plantea el Gobierno es el acuerdo posible. El que pueda llevarse a cabo; no el que quisiera.

Por eso mismo, más allá de que en el Boletín Oficial se publicó una resolución para que el programa de "Precios Justos" se extienda hasta fin de año, con un aumento de precios mensual del 5%, lo cierto es que el acuerdo posible dice otra cosa.

En las conversaciones que algunas empresas líderes tuvieron con el equipo de Massa, ya se estableció que los aumentos pautados para noviembre, efectivamente, serán del 5%.

Pero volverán a reunirse apenas pase el balotaje. Esa fue la condición de este último pacto.

Massa busca reencaminar, aunque sea de manera temporal, el programa Precios Justos.

Todos saben que el 20 de noviembre, en menos de tres semanas, arranca otro país. Una cosa será con Massa Presidente. Otro, con Milei Presidente, con un Massa totalmente fuera de escena.

Está claro que las empresas querrán saber el plan económico de quien resulte triunfador antes de seguir con cualquier acuerdo.

No se trata de voluntades. Más bien, acá tiene que ver con los costos verdaderos que tienen las compañías, que se mueven bien por encima del 5% mensual.

Por eso, lo más probable es que las empresas aseguren un nivel de abastecimiento -en cuanto a las cantidades y a la variedad-, a la espera de la definición política.

Tregua con el dólar, clave para las próximas semanas

La consolidación de los dólares financieros -CCL y MEP- por debajo de los $900 resulta determinante para lo que suceda en estas semanas que faltan para el balotaje.

Aun cuando los operadores del mercado creen que las presiones cambiarias podrían recrudecer más cerca de las elecciones, lo relevante ahora es que se frenó la corrida cambiaria y también el drenaje de los depósitos desde los bancos.

Calma del dólar: el Gobierno pudo frenar la corrida cambiaria.

Esta estabilidad -frágil, por cierto- ayuda a que la crisis no se haya espiralizado.

Una muestra de ese escenario es lo que viene sucediendo con las intervenciones del BCRA en el mercado cambiario: de vender u$s500 millones semanales para que no se escape el dólar MEP, ahora vendió u$s85 millones en los últimos cinco días hábiles (u$s17 millones diarios).

La reversión también se explicitó en el mercado de futuros.

Esta realidad tiene que ver con el desplazamiento del plan dolarizador (sin dólares); y no con una mejora en la estructura de la economía argentina. 

Claro que el escenario mutará a partir de que asuma el próximo jefe de Estado. Ahí, con el plan sobre la mesa, habrá un sinceramiento de las principales variables. La velocidad de ese cambio dependerá, también ahí, de la propuesta que ponga Massa si es el elegido. Milei ya lo explicitó: el ajuste será de shock.