El miércoles 8 de agosto es un día que quedará en la memoria de muchos argentinos. Desde hace casi dos meses, cuando la Cámara de Diputados dio media sanción al proyecto de Interrupción Voluntaria del Embarazo (IVE), las organizaciones y representantes de ambos bandos comenzaron la convocatoria para ir al Congreso. Quienes apoyaban el proyecto, identificados con el color verde, y quienes lo rechazaban, identificados con el celeste, dijeron presente en las calles en un día frío, lluvioso e inclemente.

Dos meses atrás se fijó la fecha para debatir el proyecto de ley para legalizar el aborto. La llegada de los senadores comenzó alrededor de las ocho y media de la mañana, dado que la sesión estaba prevista para comenzar a las nueve y media. La primera noticia apareció allí, a la entrada del Congreso, en manos del senador tucumano José Alperovich, exgobernador de la provincia. Su voto, que hasta el momento se ubicaba dentro del bando de los indefinidos junto al santafesino Omar Perotti, sería negativo.

Así, los senadores que irían por el rechazo sumaban 38, un número que le daba mayoría absoluta al bando celeste. El argumento central fue la protección de la vida del niño por nacer, al igual que sucedió en la Cámara de Diputados. Aferrados al “salvemos las dos vidas” -lema de ese sector de la sociedad-, los discursos de la mayoría de los senadores se refirieron a posturas religiosas y personales.

Por su parte, 31 se posicionaban del otro lado, del costado verde del debate. En este caso, los argumentos iban más allá de la discusión acerca de si hay vida o no, desde el punto de vista científico. La meta central de los senadores que buscaban otorgar la media sanción restante al proyecto era, según los discursos escuchados, salvar las vidas de las mujeres que se exponen a abortos en situaciones de vulnerabilidad que ponen en riesgo su vida.

El debate se extendió hasta entrada la madrugada. Si bien fue una sesión que se podría catalogar como maratónica, debido a menor cantidad de senadores y discursos que hubo, se extendió mucho menos que el Diputados. La votación comenzó casi a las tres de la mañana del día jueves 9 de agosto. Las exposiciones habían terminado y los jefes de bloque, que cerraron la sesión, también habían expresado su postura. La vicepresidente Gabriela Michetti, quien presidió gran parte de la sesión, explicó las condiciones en las que se votaría. Rojo debían elegir quienes rechazaran el proyecto, verde, quienes lo aceptaran. Segundos después, la pantalla se tiñó de rojo y la interrupción voluntaria del embarazo debe esperar un año más para volver a tratarse en el Congreso.