¡Viva la libertad, carajo!", ha proclamado esta semana Javier Milei al cierre de su discurso en el Foro Económico Mundial de Davos, siendo esta su habitual frase para referirse al modelo económico que defiende y que va en contra del fenómeno de empobrecimiento que se lleva viviendo en nuestro país en los últimos años.

Esta frase que llevamos escuchando desde hace ya un tiempo, remite a un cambio en el rol de Estado y como lo explicara el propio Milei en su Twitter, "el liberalismo es el respeto irrestricto del proyecto de vida del prójimo, basado en el principio de no agresión (PNA) y en defensa del derecho a la vida, la libertad y la propiedad privada".

Desde su asunción como presidente, entender más a qué refiere esta frase y hasta dónde llegará, se convierte para los argentinos y sobre todo los empresarios, más que en una necesidad yo diría en una obligación, para no quedar excluidos del sistema.

Por ello, me gustaría profundizar y agregar que la libertad trae obligaciones. No es gratis y se paga con competencia. Esto significa, que la libertad conlleva responsabilidades y que, para mantener esa libertad, es necesario enfrentarse a la competencia.

Pero vamos a ir en profundidad, definiendo cada concepto, para que se entienda mejor:

Libertad conlleva obligaciones: Implica que el ejercicio de la libertad individual no debería ser irresponsable. Con la libertad viene la responsabilidad de respetar los derechos de los demás, cumplir con las leyes y contribuir al bienestar colectivo.

No es gratis: Indica que la libertad no es algo que se obtenga sin esfuerzo o sin consecuencias. Puede requerir sacrificios personales, esfuerzo continuo y a veces enfrentarse a desafíos.

Se paga con competencia: La competencia se presenta como una consecuencia o requisito de la libertad. En este contexto, la competencia se da en el sentido de la lucha por oportunidades.

En resumen, esta perspectiva refleja la idea de que la libertad implica compromiso, toma de decisiones responsables y enfrentarse a desafíos y competencia.

Y aquí, es dónde radica su importancia, dado que lo más inmediato que vamos a ver en Argentina, es que las empresas y pymes locales van a tener que competir entre ellas y con las de afuera.

Por eso, es fundamental que puedan estar preparadas para una competencia fuerte y resolver sus flujos de trabajo resultará clave para que puedan lograrlo.

Hoy hacer un pago a través de un banco tradicional de 3000/4000 dólares, para importar una máquina, por ejemplo, le resulta carísimo, lento y engorroso a una Pyme.

Desde Decrypto, estamos trabajando para poder acompañarlas en este proceso, para que las empresas y pymes puedan hacer sus pagos y cobros en forma global, económica y simple. Para que logren ser competitivas y sacar provecho de esta libertad.

Porque definitivamente, la libertad se paga con competencia y quien no esté listo corre el riesgo de quedarse afuera.