Al borde de la detención por la causa de los cuadernos de las coimas, Néstor Otero está a punto también de perder el control sobre la Terminal de Ómnibus de Retiro.

Se trata del empresario que actualmente posee el control de la concesión del predio adonde arriban y desde donde parten miles de micros de media y larga distancia por día.

Según fuentes judiciales, el dueño de la sociedad TEBA podría incrementar la lista de empresarios encarcelados por la investigación que lideran el fiscal Carlos Stornelli y el juez Claudio Bonadío sobre el pago de coimas y sobornos a ex funcionarios del anterior gobierno para acceder a millonarias obras de infraestructura y a licitaciones organizadas durante las gestiones de Néstor Kirchner y de Cristina Fernández.

La semana pasada, Otero, cuyo nombre aparece en los cuadernos escritos por el chofer Oscar Centeno, se negó a declarar en la causa y es más que probable que esta semana se le dicte la prisión preventiva.

De ser así, el dueño de TEBA pasará los próximos días encarcelado junto a otros empresarios imputados en esta causa como Gerardo Ferreyra, dueño de Electroingeniería, o de otros ejecutivos o ex funcionarios integrantes del bautizado Club de la Obra Pública.

Suerte sellada

Si bien desde el Gobierno comenzaron a dejar trascender que buscarán separar la responsabilidad de los empresarios implicados de sus empresas, en el caso de Otero su suerte como concesionario de la Terminal de Retiro ya está sellada.

Este año o a más tardar el que viene, su empresa no continuará con la concesión. De hecho, en las próximas semanas se publicará una resolución del Ministerio de Transporte de la Nación que anulará la licitación convocada por la cartera que dirige Guilermo Dietrich para entregar la concesión a otro grupo empresario.

Tras la nueva causa que involucra a Otero, fuentes oficiales admitieron la decisión de relicitar la terminal, aunque aclararon que la intención es que TEBA siga a cargo de las operaciones hasta la adjudicación a un nuevo concesionario. Y si bien la empresa de Otero se había presentado a la licitación anterior que ahora será anulada, es más que probable que no sea aceptada para competir nuevamente.

De hecho, en abril del año que viene se vencerá la tercera prórroga obtenida por la empresa TEBA de parte del gobierno de Cambiemos y no habrá chances de que se mantenga en la concesión que controla desde 1993.

La decisión tiene directa vinculación con las causas penales que involucran a Otero desde hace ya varios años y no solamente con la de los cuadernos del ex chofer de Roberto Baratta.

El empresario se presentó en la anterior licitación a través de la sociedad Terminales Terrestres (TTA), y acercó la mejor oferta para mantener la concesión, pero Dietrich no tiene ninguna intención de estampar su firma a un contrato que lleve el nombre de Otero.

Menos en estos momentos en los cuales la investigación por los cuadernos dejó en evidencia un entramado ilegal de pagos de coimas de empresarios a funcionarios kirchneristas para acceder a contratos de obras púbilcas o a millonarios contratos vinculados con el Estado nacional.

Otero está directamente implicado en la causa y su nombre aparece en varias páginas de los cuadernos de Centeno entregando miles de dólares en bolsos a los enviados del ex ministro de Planificación Federal, Julio De Vido.

Pero además, ya fue condenado por el pago de coimas al exministro de Transporte Ricardo Jaime, quien cumple una condena a 8 años de prisión por la Tragedia de Once, a cambio de mantener la explotación de la terminal de Retiro.

Ahora y según un nota publicada por el periodista Omar Lavieri en Infobae, el empresario rechazó haber entregado esos bolsos a Baratta y solamente declaró a través de la entrega de un escrito.

Esto habría generado que el juez Bonadio decida decretar la prisión preventiva del empresario quizá con el objetivo de que, después de algunos días o semanas tras las rejas, también se convierta en un nuevo arrepentido en la causa de los cuadernos.

Mientras esto sucede, el ministro Dietrich ya dio la orden de agilizar el nuevo proceso licitatorio para sacarse a TEBA y a Otero de encima cuanto antes y también para de una vez por todas mejorar la deficiente y pésima estructura con la que los miles de usuarios se deben enfrentar a diario en Retiro.

El objetivo es que el nuevo concesionario invierta cerca de $500 millones para encarar obras que permitan una reforma edilicia con partidas y arribos en un mismo nivel separada en dos pisos, una gran Plaza Pública con acceso para taxis, autos particulares, colectivos, subte y el ferrocarril, y la construcción de un hotel de 100 habitaciones y un centro de convenciones.

Por la terminal circulan cerca de 50.000 personas por día que abordan más de 1.000 servicios diarios. En la actualidad, por cada micro que ingresa el concesionario cobra $48, a lo que se suman las millonarias ganancias que ofrecen los locales comerciales ubicados en su interior, de los cuales muchos pertenecen a firmas relacionadas con Otero.