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Cómo está actualmente la fábrica de juguetes Rasti, en medio de la crisis de dólar e inflación

Aunque Rasti fue furor en los 80, los juguetes chinos de los '90 la hicieron desaparecer hasta que una pyme familiar de Mataderos lo rescató
21/08/2023 - 08:14hs
Cómo está actualmente la fábrica de juguetes Rasti, en medio de la crisis de dólar e inflación

Hace casi 60 años, Antonio Dimare fundó una fábrica de juguetes didácticos que fue un éxito hasta que en la década del ’90, golpeado por la ola de importaciones para sobrevivir tuvo que cambiar el rumbo del negocio y empezar a importar. Hoy, a sus 80 años, puede decir orgulloso que no solo logró que la empresa no desapareciera sino que también cumplió su sueño de ser el dueño y fabricante de Rasti, la marca de ladrillitos de encastre para construcción con la que compitió durante más de 15 años y que hoy es su producto estrella.

Mientras en 1965 Dimare fundaba con sus hermanos José y Alfredo la fábrica de juguetes que en ese entonces registró con su apellido, en Alemania aparecía el que tres años después sería su gran competidor en el mercado local, pero también su objeto de admiración. "Fue un verdadero éxito porque tenían motores, luces; tecnología que para esa época en la industria del juguete nacional era algo totalmente innovador y disruptivo", cuenta Daniel Dimare, director de Marketing de Juguetes Rasti a iProfesional.

Los Dimare fabricaban juegos de té para las nenas y autitos para los nenes en un pequeño taller en Mataderos, los juguetes, cuenta Daniel, eran básicos y aunque estaban conformes con los resultados, Antonio seguía de cerca a Rasti, una marca que había logrado cautivarlo y cumplía con su plan de "hacer juguetes pensados para chicos que piensan" , Rasti era para Dimare diversión, imaginación, estimulante y educativo.

En 1975 Dimare supo que la empresa que fabricaba Rasti estaba en crisis y entusiasmado salió a hacerles una oferta para comprarles la licencia de Rasti, pero aunque intentó negociar, la empresa pedía más de lo que él podía pagar y se volvió con las manos vacías, pero con la decisión de lanzar sus propios ladrillos de encastre con su propia matricería

Aunque la alemana Rasti siguió siendo líder, con Plastiblock Dimare se sacó las ganas de tener sus propios ladrillos, dio un salto como empresa y logró exportar el 30% de su producción a Estados Unidos, México, Sudáfrica, Inglaterra, Israel, Marruecos y a toda Latinoamérica.

Sin embargo llegaron los ’90 y la ola de importaciones de juguetes de China golpeó al sector sin hacer distinciones: Rasti desapareció del país y empezó a fabricarse en Brasil y Dimare se convirtió en una importadora de peluches chinos y pelotas de Pakistán. "Fue duro porque esto era una fábrica, nuestra sangre es industrial, pero no había otra opción. O nos dedicábamos a descargar contenedores y pegar estampillas o quebrábamos. Por suerte los operarios y matriceros, unos 11 en total, nos bancaron y se quedaron con nosotros", cuenta Daniel quien junto a sus hermanos entraron por esa época a trabajar en la empresa.

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Producen 145 millones de bloques Rasti, los suficientes como para armar una línea hasta Quito

Según la Cámara Argentina de la Industria del Juguete (CAIJ), durante el menemismo quebraron más de 140 pymes industriales del rubro dejando a más de 4.000 personas desempleadas; pero Dimare no estuvo entre ellos.

¿Cómo la familia Dimare compró Rasti?

Con la caída de la convertibilidad y la crisis de 2001, endeudados en dólares, Antonio y sus cinco hijos (en los 90 José y Alfredo siguieron otro camino y dejaron la empresa) volvieron a prender las máquinas para una vez más enfrentar la crisis, aunque esta vez haciendo lo que sabían hacer: producir.

Por suerte, confiesa Daniel, su padre no le hizo caso a su sugerencia de vender las máquinas que habían quedado tapadas en el fondo de la planta devenida en depósito cuando importaban. "Así que se trató de desempolvarlas y arreglar algunas para rápidamente empezar a fabricar y sí, ladrillos. Ya sin Rasti en el país lanzamos los ladrillitos de encastre Blocky y juguetes para la primera infancia Bimbi", cuenta.

Pero Rasti estaba destinado a Dimare y en 2007, cuando estuvo totalmente recuperado de la crisis, el empresario juguetero volvió a insistir y esta vez sí, con el lobby que ejerció un colega brasileño logró comprar la licencia y la matricería de Rasti para quedar finalmente él como único dueño y fabricante de la marca en el mundo.

Con Rasti, las ventas de la empresa, que además traccionó las de Blocky, superaron en un 83% el récord histórico del 2006 y recuperaron el mercado externo.

La planta que tenían en Mataderos les quedó chica y en 2010 con un crédito blando otorgado por el Estado nacional adquirieron una planta industrial de 9000 m2 en Lomas del Mirador, sumaron y renovaron máquinas para operar las 24 horas y ampliaron su capacidad productiva en casi el 60%. Actualmente, desde el mismo predio, pero ahora con máquinas automatizadas y 80 empleados, la misma cantidad que en aquel entonces, producen por año 1.500.000 juguetes y unos 145 millones de ladrillos "Si encastráramos uno con otro formando una línea recta, uniríamos la Ciudad de Buenos Aires con Quito, Ecuador.", grafica Dimare.

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"Nos esforzamos en ser empresarios valiosos más que empresarios solo exitosos"

Hoy los juguetes chinos, dice Dimare, son el 75% de los juguetes del mundo por lo que cómo defenderse de las importaciones continúa siendo un desafío para el rubro. Sin embargo, consciente de que poco pueden influir en la política económica del país, para Dimare la clave es la innovación constante, lo único con lo que podrían defenderse y diferenciarse ante una nueva apertura indiscriminada de importaciones.

"De hecho – cuenta – fue entre el 2016 y el 2018 cuando el rubro sufrió una caída del 55% de ventas que empezamos a incursionar en Equipamiento de Robótica y Programación Educativa para instituciones educativas de nivel inicial y primario, un mercado nuevo y con un producto completamente diferente que nos permitió volver a exportar a la región", detalla el empresario.

Juguetes Rasti, la numerosa empresa familiar

Además de los 80 empleados hoy en Juguetes Rasti trabajan los seis Dimare; Antonio en fundador y sus hijos Daniel que es licenciado en administración de empresas; Fabián que es licenciado en publicidad, Sergio, que está diplomado en logística, Gabriel que es licenciado en Marketing y Sabrina que como su hermano mayor también es licenciada en Administración.

"Somos unos privilegiados, mi viejo nos dio la posibilidad de estudiar lo que quisiéramos y de entrar a la empresa, si queríamos. Esa libertad hizo que ésta segunda generación llegara por su propia iniciativa y convencida.", cuenta Daniel quien ya a los 12 años iba a ayudar a su padre a empaquetar juguetes.

Aunque según Daniel, nunca tuvieron conflictos con el padre ni entre los hermanos, por las dudas y para evitarlos tienen desde 2011 un Protocolo Familiar en el que establecieron la forma de gestión de la empresa (las decisiones las toman juntos, no hay un gerente general) y adelantaron algunas decisiones que podrían generar inconvenientes entre la familiar como podría llegar a ser, por ejemplo, el ingreso de la tercera generación: tienen que tener estudios universitarios, un posgrado y el cargo debe estar relacionado a sus estudios, tiene que estar vacante.

¿El secreto? El trato familiar entre ellos, pero también con los clientes y empleados. "Nos esforzamos en ser empresarios valiosos más que empresarios solo exitosos", confiesa Dimare.  

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