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El trabajo infantil se multiplicó por ocho en la última década

Según las estadí­sticas del Ministerio de Trabajo, cerca de 2 M de menores de 14 años trabajan ilegalmente. Leyes y convenios internacionales buscan erradicar este flagelo
21/01/2005 - 03:00hs

Prostitución de menores, venta de drogas, chicos que limpian vidrios en la calle o hacen malabares por monedas, vendedores ambulantes en los medios de transporte, lustrabotas, mendigos, cartoneros; chicos que dedican largas horas al cultivo de algodón o tabaco. Estos son tan sólo algunos ejemplos de una problemática que cada dí­a crece más y alarma en la Argentina: el trabajo infantil.

A pesar de la existencia de leyes y convenios que imponen sanciones para quienes fomenten el trabajo infantil, las cifras son preocupantes: unos 250 millones de niños, de 5 a 17 años, trabajan en todo el mundo, según datos oficiales proporcionados por la Organización Internacional del Trabajo (OIT). Este flagelo lleva a que sólo 68 por ciento de los niños termine la escuela primaria.

La explotación infantil en la ArgentinaEn la Argentina, alrededor de 1.900.000 niños menores de 14 años trabajan en todo el paí­s, según datos del Ministerio de Trabajo, Empleo y Seguridad Social de la Nación.

La Convención Internacional de los Derechos del Niño fue ratificada en la Argentina por la ley 23.849, y es de jerarquí­a constitucional desde 1994. Posteriormente, el paí­s suscribió el Convenio 138 de la OIT sobre la edad mí­nima de admisión al empleo, que en la Argentina se encuentra establecida por la ley 20.744 de Contrato de Trabajo.

Mientras que la ley 22.248 se encarga de regular el empleo agrario. Esta norma prohí­be a los empleadores ocupar a los menores de 14 años. Asimismo, la ley 25.212 estipula la aplicación de penas para quienes empleen a niños en otras actividades laborales.

Las cifras en el trabajo rural

Lo cierto es que la ocupación de menores no sólo tiene como punto de mayor ejercicio a las zonas urbanas, sino que también genera un alto í­ndice en el ámbito rural. Según datos de la Unión de Trabajadores Rurales y Estibadores (UATRE), alrededor de 500 mil menores de 14 años se desempeñan en el campo. Muchas veces se encuentran expuestos a condiciones inhumanas y realizan labores que les provocan importantes lesiones. Es así­ que la Argentina firmó el Convenio 182 de la OIT que se refiere a las "peores formas de trabajo infantil".

Según se desarrolló en el Informe Mundial sobre Trabajo Infantil, "en todo el mundo hay unos 250 millones de niños entre 5 y 17 años que trabajan, de los cuales 179 millones están vinculados a las peores formas de trabajo infantil, lo que atenta gravemente contra su salud y su desarrollo".

En la Argentina las llamadas "peores formas" están contempladas en la ley 25.255, promulgada por el decreto 609/00, donde se considera a la esclavitud, oferta de niños para la prostitución, utilización de menores para tráfico de estupefacientes o en conflictos bélicos y todo aquel trabajo que por las condiciones en que se lleva a cabo, dañe la salud, la seguridad o la moral de los niños, como las peores formas.

Esto llevó a la Argentina a suscribir al Convenio 182, pero con algunas reservas: el tráfico de estupefacientes o la explotación sexual no son considerados como trabajos sino como delitos, por lo que los responsables del sometimiento del menor serán penados acorde a una figura delictiva.

Las cifras que se disparan de esta problemática son alarmantes en el mundo entero. De los 250 millones de chicos explotados laboralmente, 73 millones son menores de 10 años. Entre la población infantil trabajadora, a nivel mundial, la gran mayorí­a es empleada de manera informal y no dispone de protección jurí­dica alguna.

Las organizaciones que protegen a los menores

En el mundo, los derechos del niño son contemplados por organizaciones como la Organización Internacional de Trabajo (OIT), la Organización de las Naciones Unidas (ONU), la Organización Mundial de la Salud (OMS), UNICEF, la Organización Internacional de Empleadores (OIE), entre otras, que trabajan en conjunto para lograr la erradicación por completo del trabajo infantil.

En la Argentina, se creó en 2000 la Comisión Nacional para la Erradicación del Trabajo Infantil (Conaeti). A su vez, en 2002 se formaron doce comisiones provinciales de Erradicación del Trabajo Infantil (Copreti). En materia legislativa, en enero de 2003 se promulgó en la Ciudad de Buenos Aires la ley 937 para la erradicación del trabajo infantil que faculta al Consejo de los Derechos de Niños, Niñas y Adolescentes a implementar algunas estrategias tendientes a luchar contra este problema que afecta a los infantes.

Relevamiento en la Argentina

En 2004, mediante un convenio entre el Ministerio de Trabajo, la OIT e IPEC (Programa para la Erradicación de Trabajo Infantil), se dio luz verde al programa de Encuesta de Actividades de Niños, Niñas y Adolescentes. Este relevamiento dará a conocer datos de las actividades laborales económicas y no económicas de niños de 5 a 17 años. El programa, realizado por primera vez en el paí­s, ya lleva completada la encuesta en Formosa, Chaco, Jujuy, Salta, Tucumán, Mendoza y en el írea Metropolitana.

Según explican los encargados de llevar adelante este estudio, se incluirán datos que hagan referencia al tipo de trabajo que realizan y al tiempo que emplean los menores en las actividades laborales, tanto del ámbito urbano como de las zonas rurales. Asimismo, se dará la oportunidad de que sean los chicos los que respondan la encuesta y reflejen en qué condiciones se encuentran desarrollándose. Según argumentan voceros del programa, se espera que las cifras oficiales se den a conocer alrededor del mediados de este año.

La realidad marca que uno de cada seis niños trabaja. El trabajo infantil es una amenaza en constante crecimiento que atenta directamente contra los derechos de los chicos. Lograr la definitiva erradicación de este abuso, según coinciden las distintas organizaciones vinculadas al tema, es producto del compromiso conjunto para que tanto los gobiernos, como los empleadores, los educadores y la sociedad misma tomen conciencia de la importancia de respetar los derechos de los niños a crecer y desarrollarse de una manera adecuada.

Sabrina Santopinto

(*) Foto: ElLitoral.com