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El Gobierno ahora apunta su artillerí­a contra los "tres grandes enemigos" de la sintoní­a fina

Tal como precisó Moreno, para que "la fiesta siga" el país necesita dólares. Y toda actividad que ponga en riesgo el objetivo oficial está en la mira
10/02/2012 - 13:14hs
El Gobierno ahora apunta su artillerí­a contra los "tres grandes enemigos" de la sintoní­a fina

La "obsesión" del Gobierno por el billete verde viene de larga data. Pero se fue potenciando en los últimos meses, cuando una serie de variables se fueron alineando y terminaron por encender las luces de alerta.

"Sin Reservas de Libre Disponibilidad para pagar deuda pública, en un contexto internacional incierto y volátil, con exportaciones agrícolas jaqueadas por la sequía, el Ejecutivo decidió controlar las importaciones para lograr un superávit comercial abultado", sintetizaron desde la consultora Ecolatina.

El objetivo de la administración kirchnerista es asegurarse para 2012 un saldo de entre u$s10.000 y u$s12.000 millones. Y para ello viene aplicando, en varios frentes, su plan de "sintonía fina". 

El "menú" incluye todo tipo de estrategias, tanto en el plano financiero como en el comercial. Y va desde acciones a "escala masiva", como la implementación de las flamantes Declaraciones Juradas Anticipadas de Importación, hasta operaciones casi quirúrgicas, como son los "telefonazos" a empresas para que pospongan compras al exterior o no giren divisas.

Así, en las últimas semanas se fue agravando el faltante de productos importados, tal como viene dando cuenta iProfesional.com. Y en esta "lista negra" cayeron juguetes, electrodomésticos, textiles, libros, calzados y un sinfín de artículos de consumo.

Como contrapartida, el Gobierno, además de imponer el polémico plan del "1 a 1" -exportar por el mismo valor que el que se importa- también está encargándose de llevar empresarios al exterior, para que cierren negocios y generen divisas para el país.

Así, en pocas semanas partirá la primera misión organizada por el secretario de Comercio Interior, Guillermo Moreno, quien eligió como destino de esta novedosa experiencia a Angola, un mercado casi no explorado por la Argentina.

Sin embargo, desde Ecolatina alertaron que asegurarse dólares por el lado de las exportaciones no será una tarea sencilla. Por el contrario, "las perspectivas para 2012 no son muy alentadoras", ya que por el lado del agro habrá menores precios y cantidades.

Así, consideraron que "será difícil repetir la performance de los últimos años. En el mejor de los casos, el crecimiento de las ventas externas será muy bajo o nulo".

Frente a este escenario, desde el Banco Ciudad agregaron un elemento más: el ocaso del tipo de cambio conveniente para el "Made in Argentina", tras el preocupante regreso de la paridad cambiaria entre peso y dólar, en términos reales (ver nota: Finalmente llegó el día: volvió el "1 a 1" a la Argentina y crece preocupación de empresarios por el atraso cambiario).  

De este modo, desde la consultora aseguraron que "el sendero por el que transita la política comercial argentina comienza a tornarse más estrecho: de ahora en más habrá que optar por más proteccionismo o encarar en serio el desafío de mejorar la competitividad".

Y la realidad marca que el plan de "sintonía fina" hasta ahora avanza por el primer carril. Y la pauta, como se dijo, es clara: asegurarse un colchón de hasta u$s12.000 millones vía control de las fronteras.

Pero no es una tarea sencilla. El Gobierno se enfrenta con un gran dilema: cada vez que se le arroja "leña" a la máquina del consumo para apuntalar el crecimiento y evitar así un descenso brusco del ritmo de actividad, lo cierto es que está fogonéandose un nuevo boom importador.

Esto se explica por la altísima dependencia que tiene el "Made in Argentina" de partes, piezas, insumos y componentes producidos en el exterior.

Los números hablan por sí solos:

• En 2011, de la mano de productos primarios y agroindustriales, el Gobierno obtuvo un superávit comercial de u$s44.000 millones

• Como contrapartida, la industria le jugó totalmente en contra y le generó un rojo de u$s30.000 millones, tal como se puede observar en la siguiente infografía:

• Este déficit comercial de la industria se disparó un 24% respecto a 2010 y alcanzó una nueva marca histórica.

• En tanto, los problemas de autoabastecimiento energético derivaron en que el país exporte menos y tenga que importar más. ¿El resultado? Un rojo inédito de u$s3.250 millones.

En este contexto, Guillermo Moreno tiene en la mira a los tres grandes "enemigos" de su plan de "sintonía fina" y ya comenzó a meterles presión para que dejen de ser "devoradores" de dólares y se transformen en "proveedores" de divisas para el país.

En concreto, los tres sectores que están dinamitando el trabajo casi "artesanal" del secretario de Comercio Interior para sostener el superávit comercial son:

• El automotriz

• El electrónico

• El energético

No es para menos: los mismos fueron responsables de haber limpiado de la plaza doméstica unos u$s17.000 millones, una cifra muy superior a los u$s12.000 que pretende Moreno para este año.

Así, el controvertido funcionario puso manos a la obra para forzar a las empresas de estos sectores a generar "billetes verdes" con un "menú múltiple" que incluyen: exigencias para que inviertan, obligación para que aumenten exportaciones y presiones para acelerar la sustitución de importaciones.

Y las declaraciones juradas implementadas por la AFIP son apenas la punta del iceberg de este proceso: la Argentina, sin contar la última avanzada proteccionista, ya suma 117 medidas restrictivas al comercio, que la posicionan en el primer lugar a nivel mundial. 

Desde Ecolatina, son escépticos al referirse a la titánica tarea que Moreno tiene por delante: "Lograr una rápida sustitución de importaciones sin una barrera efectiva como el tipo de cambio real competitivo no parece plausible, ya que el aparato productivo local tiene una elevada dependencia de insumos importados que, en buena medida, no se producen internamente".

A continuación, los planes del Gobierno en cada uno de estos sectores y los grandes escollos que enfrenta para reducir el rojo y garantizarse más dólares a lo largo de 2012: Industria automotriz: el boom buscado, pero temido

El sector cerró un 2011 con una producción cercana a los 830.000 vehículos. Y para este año se espera que se fabrique, al menos, un 5% más, logrando otra nueva marca histórica.

Esta proyección no consideran el megaplan que prepara el Gobierno para alentar la venta de 0 Km.

El problema es que el sector tiene un gran Talón de Aquiles: por cada auto que se fabrica, se necesitan importar, en promedio, cerca de u$s15.800 en componentes.

Esto generó que, de la mano del boom automotriz, el sector le haya generado al Gobierno un rojo de alrededor de u$s7.000 millones en 2011.  ¿A qué se debe? Tal como se puede observar en la siguiente infografía, si se toma el valor final de un 0 Km salido de una fábrica local, sólo el 20% en promedio de las autopartes son nacionales.

Y, si se consideran sólo los componentes, esta cifra también es sumamente baja, dado que apenas alcanza el 30%.

 

Al "hilar fino" se observa que apenas cuatro rubros son responsables de más de la mitad del déficit comercial del sector: transmisión, motores, sistemas eléctricos y equipamiento interior.

 

En este contexto, días atrás la ministra de Industria, Débora Giorgi, dejó en claro la política oficial, al asegurar que las fábricas de autos no podrán importar "nada que se pueda producir en el país".

Para ello, Moreno ya viene manteniendo sendas reuniones con directivos para acelerar planes de sustitución de importaciones y bajar importaciones, de la mano del polémico sistema "1 a 1".

Sin embargo, en la industria pocos creen que se pueda revertir el déficit en este 2012, justamente cuando es apremiante la necesidad de dólares.

En diálogo con este medio, un alto directivo de una automotriz que accedió a hablar bajo estricto off the record, aseguró que "hay una cuestión que va más allá de lo coyuntural. Por más que nos presionen hay temas técnicos cuyos tiempos exceden a los de la política".

"Para producir desde cero las autopartes más básicas, una empresa necesita como mínimo un año. Y para las más delicadas, como las piezas de motor, se pueden requerir hasta cinco años. Hay que desarrollar la matricería, hacer incontables testeos y luego homologarlas. Es decir, si empezamos a trabajar hoy es para ver los resultados en años, no en 2012", disparó.

Además, el ejecutivo destacó que "desarrollos más complejos, como toda la parte de electrónica de un vehículo, sí o sí viene de Asia, donde hay producción a gran escala. Encima, las inversiones que llegan a la región están optando por instalarse en Brasil" (ver nota: Un "fantasma muy temido" asusta a la industria y se convierte en gran amenaza para la economía argentina).

Frente a esto, aseguró que "si este año crece la producción de vehículos, entonces nuevamente tendremos otro déficit comercial récord en el sector". Industria electrónica: luchando contra el ADN asiático

El boom de ventas de LCD, notebooks, netbooks, celulares y demás "gadgets" tiene su contracara: el año pasado el rojo del sector alcanzó los u$s7.000 millones, una cifra diez veces más alta que la de 2008.

Así, el Gobierno acaba de apuntar sus cañones hacia Tierra del Fuego, -tal como diera cuenta iProfesional.com- donde las terminales ensamblan estos artículos electrónicos con componentes mayormente asiáticos y con beneficios impositivos (ver nota: Lo que viene: el Gobierno aplicará polémico plan del "1 a 1" a la industria electrónica argentina).

Se estima que entre el 70% y el 90% de las partes y piezas que se utilizan son importadas, dependiendo del producto.

Por ello, Moreno comenzó a meter presión para incrementar el contenido nacional. Por un lado, las empresas perdieron los "privilegios": ya no tendrán luz verde para importar de manera automática . A partir de ahora tendrán que pedir permiso.

Paralelamente, les está exigiendo que salgan a exportar artículos a los países regionales, si bien los altos costos la vuelven una industria poco competitiva en el exterior.

Si bien las empresas nucleadas en la cámara sectorial (AFARTE) se comprometieron a sustituir importaciones por u$s1.000 millones -una cifra igualmente baja en relación al rojo total-, desde la propia entidad admitieron las dificultades que enfrentan.

"En China todos los fabricantes de componentes están en la misma zona. Aquí uno se da vuelta y los proveedores no están. Nos hemos puesto a trabajar para sustituir pero es un proceso que lleva tiempo", aseguró Alejandro Mayoral, titular de AFARTE.

"Hay piezas que se pueden fabricar en la isla y otras que directamente sería imposible hacer acá por una cuestión de escala, como por ejemplo los paneles de LCD, que demandarían una inversión de 1.000 millones de dólares", aseguró.

Por su parte, Claudio Kramer, titular de la Cámara de Industrias Electrónicas (Cadieel), aseguró a este medio que "la industria continental no está en condiciones de suministrar ahora mismo componentes para 1 millón de equipos de aire acondicionado o 2 millones de LCD. Estas iniciativas las vemos como un programa de desarrollo de proveedores, que requiere su tiempo y que debe ser gradual".

El directivo recalcó que la sustitución de importaciones "no es soplar y hacer botellas. Primero hay que ver los listados de materiales y después se requerirán de más inversiones, porque empezar a producir para Tierra del Fuego, cuando la isla hasta ahora no había tenido en cuenta a los proveedores nacionales, requiere de todo un proceso de adaptación".

Además, el experto aseguró que, por un tema de escala, "hay insumos que seguirán fabricándose en Asia. Nosotros nos podemos enfocar en periféricos, como cables, cargadores de baterías y controles remotos con funciones básicas. Así como también en algo que no se mide en dólares, que es el conocimiento, el desarrollo de procesos de ingeniería 100% argentinos". Energía: más presión por los números rojos

De la mano del alto crecimiento logrado en 2011, floreció otro de los enemigos del plan de "sintonía fina": el sector energético.

Sucede que el año pasado su déficit trepó hasta los u$s3.250 millones, algo que no ocurría desde hacía más de dos décadas.

Así, por cada u$s100 que ingresaron al país en concepto de exportaciones de energía, se "fugaron" u$s145.

Frente a estos números, la Presidenta recientemente apuntó contra las petroleras: "Si hubieran mantenido o aumentado la producción, no hubiéramos tenido que importar combustibles por u$s9.396 millones, un 110% más que en el 2010".

Es en este marco en el que el Gobierno comenzó a exigirles a las firmas del sector plena producción de combustible

 

Al respecto, el ministro de Planificación, Julio De Vido, apuntó especialmente contra YPF, al destacar que "tiene el 60 por ciento del mercado de combustibles pero no hizo las inversiones para ampliar sus refinerías en los tiempos que requiere el crecimiento sostenido de la demanda en el país".

Frente a estas urgencias, desde Ecolatina mostraron cierto escepticismo de que se pueda revertir el rojo comercial en un puñado de meses: "Las exportaciones de productos energéticos acumulan un deterioro de casi 20% desde 2008 y es poco probable que se expandan durante este año. Para revertir el continuo declive de la producción de petróleo y gas se necesitan fuertes inversiones y mayores plazos".

En este contexto, los expertos apuntan a que, dadas las dificultades para sustituir importaciones en estos tres rubros, que son los grandes "enemigos" de la "sintonía fina", se profundizarán aun más ciertas medidas como el impedimento de girar divisas al exterior, así como el "cerrojo" en otras ramas de actividad.

El Gobierno se juega una carta importante ya que, tal como lo dejó en claro el propio Moreno, si el superávit comercial cae por debajo de los u$s6.000 millones, se "acaba la fiesta" en la Argentina.