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Estiman en u$s12.000 M sobrefacturación de importaciones para "fugar" dólares a valor oficial

De una investigación se desprende que este año esta práctica movería u$s12.000 millones. Bienes de consumo y de capital, rubros "sospechados" 
22/05/2013 - 10:02hs
Estiman en u$s12.000 M sobrefacturación de importaciones para "fugar" dólares a valor oficial

Durante años, la principal preocupación de los funcionarios del fisco a la hora de controlar las operaciones de importación fueron las maniobras de subfacturación. Es decir, el mecanismo ilícito por el cual las empresas instaladas en el país ingresan un producto a un precio por debajo del valor real de mercado. 

Y este no es un problema que sólo afecte a la Aduana argentina. Por el contrario, este tipo de flagelo aqueja a todos los países del mundo. El objetivo que se persigue con esta maniobra es simple: al subvaluar un bien que se quiera importar, en primer lugar, el empresario paga menos en concepto de arancel externo. Y, en segundo término, evade una parte de la carga de otros tributos, como IVA e Ingresos Brutos. 

Así las cosas, durante los últimos años, la Aduana tomó diversas medidas para desalentar este tipo de maniobras que pegan de lleno en la recaudación. Así, por un lado, salió a firmar acuerdos con organismos de control de numerosos países, principalmente asiáticos, para conocer, entre otras cosas, el valor declarado por el fabricante en el mercado de origen.

También emitió una "catarata" de valores criterio. Es decir, le fijó un precio mínimo a miles de productos para evitar que los importadores declaren niveles irreales. Esta avanzada se dio especialmente en el rubro textil, juguetes y autopartes, entre otros. 

Sin embargo, tras la instauración del cepo pero muy especialmente luego del alejamiento del "blue", que amplió la brecha con el dólar oficial, la Argentina vuelve a ir a contramano del mundo. 

No es para menos: aquellos importadores que antes subfacturaban para pagar menos, hoy están haciendo totalmente lo contrario. Es decir, se ven "tentados" de traer productos de afuera pero declarando precios más elevados.

No les importa tributar más aranceles e impuestos internos. Lo que buscan es obtener más dólares al tipo de cambio oficial bajo operaciones que en apariencia son 100% lícitas, pero que en realidad no lo son.

A través de este mecanismo, estos empresarios logran "fugar" un porcentaje de las divisas estadounidenses pedidas al Banco Central y que esta entidad habilita para pagar cada operación de importación.

Así, una vez obtenida la aprobación, el importador gira la mayor parte de los dólares para pagarle al proveedor, es decir, para cubrir la operación "real", y otra porción, más pequeña, es depositada en una cuenta paralela, generalmente emplazada fuera del país.

En este tipo de maniobras ilícitas, el empresario local siempre se pone de acuerdo con el fabricante externo. Y, según confiaron expertos en comercio exterior a este medio, hasta se cobran comisiones por los riesgos implícitos que conlleva esta práctica. 

La brecha, el gran motor de la sobrefacturación

Con esta amplia brecha, que pese a haberse reducido en estos últimos días, aún sigue siendo de casi el 65%, el dólar al tipo de cambio oficial es el gran objeto de deseo, tanto para particulares como para empresas. 

Y para las compañías, la importación -que todavía se rige por la cotización del BCRA-, es la "última gran puerta" de acceso al añorado mundo del dólar a $5,25.

"La brecha entre el blue y el oficial continúa siendo muy elevada. Y es de manual que, cuando la diferencia es amplia, es grande la tentación por parte del empresariado de sacar algún tipo de ventaja", explicó el economista Gabriel Caamaño Gómez, del Estudio Ledesma.

"En toda economía, cuando existe un desdoblamiento cambiario surge este tipo de mecanismos como el de la sobrefacturación de importaciones, porque al ver el rendimiento que logra el dólar en el mercado informal, a las firmas les genera un incentivo muy fuerte para informalizar sus operaciones, porque logran un negocio financiero muy redituable sin hacer grandes esfuerzos", disparó el economista.

Y los expertos ponen un ejemplo claro de cómo el surgimiento de un mercado paralelo termina distorsionando las operaciones de comercio exterior: en Venezuela, por ejemplo, se estima que cerca de 3 de cada 10 dólares por importaciones a lo largo de 2012 fueron compras externas ficticias.

Así lo reflejó El Universal, uno de los diarios más influyentes de ese país caribeño:

"Es evidente que los esquemas de tipo de cambio múltiple no sirven. Mantener la brecha entre el oficial y el paralelo, tampoco. Venezuela y Argentina lo confirman", aseguró el economista Fernando Baer, director de Bconomics. 

La "fuga" encubierta

En este contexto, en el que acceder al tipo de cambio oficial es motivo de desvelo para ahorristas y empresas, la consultora mencionado realizó un estudio que arroja un resultado inquietante: estima que el 17% del total de las importaciones de la Argentina podrían estar vinculadas con maniobras de sobrefacturación.

"Según nuestras estimaciones, estas operaciones representarían unos u$s12.000 millones en 2013, casi un tercio del stock de reservas internacionales actuales. Es evidente que los esquemas de tipo de cambio múltiple permiten estas cosas", recalcó Baer.

En buen romance, de confirmarse estas cifras, la sobrefacturación de importaciones este año estaría "aspirando"casi tres veces más de dólares que el déficit que dejará la actividad turística y los gastos con tarjeta en el exterior.

En la misma línea, estos u$s12.000 millones representan una cifra 2,5 veces más elevada que el "rojo" que dejará la factura de energía a lo largo de este año.

Para realizar este controvertido informe, los analistas de la consultora se basaron en índices de valor, precio y cantidad de los productos importados versus los niveles fijados en el exterior, flujos de comercio con otros países y estimaciones del nivel de actividad.

Hay más: tras realizar un análisis por grandes rubros, desde Bconomics llegaron a la conclusión de que:

•El 14% de las importaciones de bienes de consumo podrían estar sospechadas de estar sobrefacturadas, lo que implica unos u$s1.000 millones correspondientes al nivel proyectado para todo 2013.

•En lo que respecta a piezas y bienes de capital, se infiere que el 10% de las operaciones habrían sido objeto de manipulación de precios, maniobra que, de acuerdo con el nivel de importaciones proyectado para este año, equivaldría a unos u$s1.500 millones.

Como se señaló anteriormente, en este contexto, todas las miradas apuntan a la brecha cambiaria como el gran "combustible" de esta modalidad ilegal.

"Cuanto mayor es la brecha, mayor es el incentivo a falsear cartas de embarque y facturaciones de importaciones. Una diferencia cambiaria como la actual representa la más clara señal para incentivar estrategias y comportamientos abusivos", consigna el informe, para luego hacer hincapié en lo nocivo de poseer un tipo de cambio "subsidiado" para la importación, que "transfiere artificial e ineficientemente recursos entre sectores de la economía".

En este contexto, una de las voces más escuchadas del sector textil, de clara alineación con el Gobierno, alertó a este medio que "es difícil de comprobar pero tenemos firmes sospechas de que muchas de las importaciones que están entrando al país tienen sobreprecios".

"Estuvimos analizando los valores declarados para una gran cantidad de rubros, no sólo de materia prima, sino de prendas, y vemos que hubo un llamativo incremento generalizado", acotó.

En este orden, el gerente de una entidad de primera línea vinculada con el sector tecnológico y que pidió absoluto off the record por la sensibilidad que genera este tema entre los funcionarios, aseguró que "sabemos de firmas del rubro electrónico que están aplicando sobreprecios de hasta el 20% a las importaciones de componentes". 

Por su parte, un alto dirigente de una de las cámaras industriales, también encumbradas detrás del Gobierno, destacó el hecho de que "estamos viendo que hay rubros, especialmente en bienes de consumo, que no crecen en volumen pero sí en valor, cuando sabemos que en el mundo los precios no están al alza y que la Argentina no está comprando una mejor calidad".

El directivo agregó un dato más: "A la Pyme nacional siempre la perjudicaron con la subfacturación de importaciones, pero esta práctica está en baja. Ahora es la sobrefacturación la que nos preocupa, porque de ser un negocio muy marginal pasó a ser nocivo para la industria local, ya que para el importador la ganancia pasa por obtener más dólares al tipo de cambio oficial y así, los que pueden, van queriendo hacerse de más stock que luego va a pasar a competir con la producción nacional y a precios viles". 

Las limitantes de una maniobra ilícita

El director de una consultora especializada en Comercio Exterior y que pidió estricto off the record, destacó un punto central y es que, en el caso de sobrefacturar una importación, el tipo de cambio al que accede el empresario que realiza esta maniobra ilegal en general no es de "5 y monedas".

Esto se debe a que los productos que cruzan la frontera tributan derechos de un 20% promedio. De modo que, por dichos aranceles, cada dólar demandado para realizar esta operatoria pasa a costar cerca de $6,30.

Luego, en el caso de que los productos sean bienes de consumo, hay que agregar a esa importación toda la carga de impuestos internos como ser IVA, Ganancias e Ingresos Brutos. 

Sin embargo, el dato que lógicamente considera este tipo de empresarios, es que más de la mitad de esta carga funciona como un crédito fiscal, de modo que es un saldo que luego puede utilizarse a cuenta. 

Paralelamente, en caso de que se compren en el exterior insumos o bienes de capital, la carga tributaria y arancelaria es mucho menor e, incluso, nula, con lo cual el tipo de cambio termina acercándose mucho más al oficial. 

Sin embargo, los expertos consultados por iProfesional se mostraron cautos al hablar sobre los alcances de esta modalidad ilícita, puesta de manifiesto en la investigación de Bconomics. 

Al respecto, Marcelo Elizondo, ex director ejecutivo de Fundación ExportAr y actual consultor, destacó que "sin dudas el contexto económico alienta este tipo de prácticas, pero hoy no es tan fácil como en los ochenta, cuando desde el Gobierno sólo se aplicaba una mera intervención cambiaria".

"Actualmente es mucho más complicado. Para traer un producto tenés que presentar Declaraciones Juradas Anticipadas de Importación, mostrar tu estructura de precios... hay muchos más controles burocráticos", detalló.

Sin embargo, en la medida en que la brecha no baje y continúe flotando la sensación de que el dólar para importadores continúa estando "subsidiado", los expertos creen que el terreno continuará siendo fértil para que proliferen este tipo de prácticas.

"Una gran brecha entre el oficial y el paralelo, potencia el afán por sacar reducir pérdidas a través de los intersticios que un esquema cambiario de este tipo genera", concluyó Baer.

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