Una legión de abogados especialistas en contratos comenzó a darle, en Buenos Aires y en Michigan, Estados Unidos, la última lectura fina al acuerdo de inversión para producir gas en la formación neuquina Vaca Muerta que firmarán en los próximos días la petrolera estatizada YPF y Dow Chemical, la compañía norteamericana que lidera el negocio petroquímico a nivel mundial.

La fecha estimada para la firma del convenio son los últimos días de este mes, según una fuente que participa directamente de las negociaciones y pidió mantener en reserva su nombre.

De acuerdo a La Nación, el acuerdo con Dow contempla la realización en conjunto del primer programa piloto de la Argentina para producir gas no convencional en la concesión El Orejano, ubicada en Vaca Muerta.

Fuentes de la empresa evitaron referirse al monto de inversión comprometida. De acuerdo con las presentaciones de Galuccio, sin embargo, el desarrollo de esa clase de iniciativas puede demandar un desembolso aproximado de u$s1.500 millones en una etapa inicial.

La petrolera nacional le venderá una parte de la concesión por la que obtendrá fondos frescos que destinará a incrementar la producción. A cambio, Dow se quedará con parte de la futura producción de gas para alimentar su complejo industrial en Bahía Blanca.

Pese a las duras críticas que desató en algunos sectores de la sociedad y en la oposición política el acuerdo con Chevron para realizar el primer piloto de petróleo, en YPF consideran que el convenio con Dow generará menos ruido, debido a que algunos puntos cruciales son distintos de lo que se firmó con la empresa norteamericana. Por caso, el acuerdo con la petroquímica no pasará por la Legislatura neuquina, uno de los principales focos en los que se canalizó el rechazo a Chevron.

Eso se debe a que El Orejano es todavía una concesión de exploración, por lo que YPF tiene un plazo mucho más amplio para su explotación. Además, no necesita en esta ocasión una redefinición del área que abarca la concesión.

El acuerdo Dow-YPF es producto de la suma de necesidades. La primera tiene en el Polo Petroquímico de Bahía Blanca su planta de polietileno, una de las mayores de la región.

Aunque su negocio local disfrutó la bonanza de la economía argentina, también sufrió los embates de la crisis energética, que la obligaron en varios inviernos a importar etileno, un producto intermedio, cuando el Gobierno ordenaba cortarle el gas a su proveedor, Mega, una compañía dedicada a la extracción de los componentes líquidos del gas. Allí son socias YPF, Dow y la brasileña Petrobras.

La compañía nacionalizada, por su parte, está a la búsqueda de socios de porte que le permitan financiar la expansión de la producción local. El acercamiento entre ambas compañías ocurrió a fines de 2012. James Fitterling, uno de los vicepresidentes de Dow Chemical, se reunió con Galuccio en Buenos Aires y le planteó que la falta de suministro de gas le impedía a su empresa crecer en el país.

Galuccio acaparó su interés cuando le mostró las perspectivas de producción de El Orejano, la primera extracción comercial de gas que YPF hizo en Vaca Muerta. Y lo invitó a sumarse como inversor, algo que Dow ya había intentado sin éxito con otras empresas. Cuatro meses más tarde, en abril de este año, firmaron un memorando de entendimiento para avanzar en las discusiones que culminarán este mes.

En marzo, YPF puso en producción el denominado pozo exploratorio El Orejano X 1. Según los mejores resultados que arrojaron los ensayos, la empresa nacionalizada esperaba obtener como máximo unos 120.000 metros cúbicos diarios de gas. El número es ínfimo en comparación con el consumo de la Argentina, pero importante si se lo analiza en los términos de un proyecto específico.