Imagine que a usted se le ocurre una idea brillante que podría convertirlo en millonario. 

En su cabeza repasa una y otra vez el plan de negocios y todo cuadra perfectamente. Sólo le falta sortear un obstáculo: hacerse del dinero necesario para arrancar con el proyecto. 

Ahora imagine que ese capital que usted tanto precisa "cayera del cielo" para liberarlo de preocupaciones y permitirle poner manos a la obra en el armado de su propia empresa.

Pues bien, ese sueño podría convertirse en realidad si usted logra dar con un "ángel", una persona de carne y hueso que nada tiene que ver con una figura celestial.

Los inversores ángeles son individuos que cuentan con dinero ocioso y quieren invertirlo en un negocio prometedor y, por lo general, no tradicional.

Buscan destinar su capital a inversiones productivas, en tanto consideren que éstas tienen un buen potencial de crecimiento.

Crear una empresa desde cero no es tarea fácil en Argentina. A las complicaciones coyunturales, se suman la escasa oferta de capital inicial para financiar el nacimiento del proyecto.

Son muchos los emprendimientos que no necesitan más de u$s500.000 para comenzar. Sin embargo, los fondos de venture capital no son una opción para conseguir el dinero ya que, generalmente, invierten por menos de ese monto.

Los inversores ángeles son quienes llenan ese "gap", aportando entre u$s100.000 a u$s500.000 en un emprendimiento.

Llegar a estos "cumplidores" de sueños no es tan difícil como parece. En Argentina existen algunas redes que tienen como objetivo poner en contacto a los potenciales aportantes de capital y emprendedores.

Las más representativas son tres: El Club de Ángeles del IAE, Inversores Globales (IG) y Fundación Endeavor Argentina.

El perfil de un inversor ángel

Los inversores ángeles son en general profesionales de las finanzas o empresarios con carreras exitosas que acaban de salir del mundo corporativo, o que siguen en actividad y tienen solvencia financiera como para invertir en empresas altamente riesgosas y en etapa temprana de formación.

Muchos otros viven de la búsqueda de oportunidades, pero la gran mayoría son entrepreneurs que alcanzaron el éxito y ahora detectan iniciativas en las mismas circunstancias en las que alguna vez se encontraron ellos.

Estos ejecutivos que combinan su experiencia con las ganas de formar parte de una nueva aventura empresarial, pretenden adquirir participaciones en el capital pero no el control de la compañía.

Lo que piden a cambio es una porción de las acciones que no necesariamente debe ser mayoritaria.

Generalmente deciden colocar su dinero en proyectos en primeras etapas de formación, o bien en firmas ya constituidas que empiezan a dar sus primeros pasos en el mercado.

Con lo cual, el dinero aportado puede ayudar a las pequeñas empresas a desarrollar su producto y costear, por ejemplo, la campaña de marketing para posicionarlo en el mercado.

También es una opción para compañías en marcha que buscan lanzar una nueva unidad de negocio o implementar un cambio de tecnología o expansión que les permita dar un salto de escala.

La diferencia entre obtener dinero de una entidad de capital de riesgo (venture capital) y conseguir el financiamiento de un inversor ángel radica en que este último, además de aportar dinero, se involucra activamente en el proyecto y aporta su red de contactos, conocimiento y experiencia para que la pequeña empresa se consolide.

Es decir, que se convierte en una especie de "guía" para los emprendedores y, en muchos casos, acuerda formar parte del directorio.

En la mira de los "ángeles"

Los proyectos que generalmente captan la atención de estos financistas y consiguen el dinero "son los del rubro tecnológico (Internet), energías renovables y, por último, algunos casos industriales", explicó a iProfesional Juan Martín Rodríguez, titular del Club de Business Angels del IAE.

Los proyectos vinculados a la tecnología, son los que, en general, tienen más chances de conseguir inversiones.

"Hay muchos que se dedican a invertir en plataformas de Internet, muy pocos se focalizan en industrias tradicionales, aunque sean prometedoras, como el caso de las farmacéuticas o las de biotecnología", afirmó Sebastián Ortega, fundador y director ejecutivo del Club de Inversores Ángeles IG.

Y es que, por ejemplo, una plataforma online de ecommerce es "más comprensible por diversos tipos de inversores", a diferencia de "otras industrias en las que es necesario que la persona sea experta en el tema para que pueda entenderlo", agregó Ortega.

Son muchas las empresas que nacieron "bajo el ala" de los inversores ángeles. El siguiente cuadro da cuenta de algunos casos de éxito:

A la hora de decidir qué hacer con su dinero, son varios los puntos que tienen en cuenta los inversores.

El fundador de IG destacó que "es muy importante el equipo emprendedor", es decir, que el inversor de alguna manera "compra" las ganas y el entusiasmo de los ideólogos.

Otros factores determinantes son la cuestión coyuntural y las posibilidades de crecimiento del sector en que se enmarque el proyecto y, luego, el modelo de negocio.

Lo que evalúan es que las rentabilidades vayan creciendo y que la iniciativa resulte escalable en 3 o 5 años.

La principal fuente de ganancias estará dada por el revalúo de las acciones de los emprendimientos en los cuales invierten.

Según señalan desde IG, la rentabilidad esperada de una empresa naciente es del 30% anual compuesto, que significa una revaluación del capital de 10 veces su tamaño al momento de maduración de la inversión.

Siguiendo este razonamiento, un capital de US$30.000 hoy, se transformaría en US$300.000 luego de los 7 años.

¿Cómo se concretan las inversiones?

Las redes de inversores ángeles son las encargadas de buscar, preseleccionar y analizar los proyectos, además de establecer el contacto con los miembros de la plataforma.

Realizan reuniones mensuales de selección de iniciativas en las que los miembros más activos votan las propuestas que les resultan atractivas.

Para las más votadas, los interesados en invertir avanzan en la conformación de un grupo de trabajo que continúa con un análisis más profundo de los planes de negocio, denominado "Due Dilligence".

En algunas redes, los inversores toman la decisión a título individual, mientras que en otras los miembros invierten en forma grupal.

Inversores ángeles en el mundo

Se estima que ésta es la principal fuente de financiación para las empresas tecnológicas norteamericanas en fases tempranas.

Para tener una idea de las cifras que se manejan, aunque la magnitud de las inversiones ángel son, por su naturaleza, difíciles de calcular, los investigadores estiman que la financiación "en cada una de las empresas varía entre u$s10.000 y u$s500.000, situándose la inversión media en torno de los u$s200.000", según consignó el informe "Las redes de inversionistas ángeles en América Latina y el Caribe".

En Latinoamérica existen 21 redes de estos inversores, según indica el estudio elaborado por la escuela de dirección de empresas IESE de la Universidad de Navarra para el Fondo Multilateral de Inversiones (FOMIN).

Y es que, si bien en la región el fenómeno es incipiente, los primeros pasos ya están dados y el pronóstico es favorable. De hecho, en Argentina se concentra el mayor número de inversores ángeles.

Según afirmó a BBC Mundo Susana García Robles, miembro del Multilateral Investmen Fund, "ahora, los inversores se están dando cuenta de que si no respaldan la fase inicial de la cadena de financiación, tarde o temprano se acabarán las empresas maduras con la estrategia y gestión corporativa correcta y la transparencia financiera requerida en las cuales puedan invertir".

El pronóstico, entonces, parece ser que más ángeles volarán por los cielos latinoamericanos.