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¿Hay piso?: la fuga no se frena y las reservas ya rompieron la barrera de u$s33.000 millones

Cayeron u$s340 millones en tan solo un día. La relevante baja en una jornada fue para controlar el mercado cambiario y cancelar "obligaciones varias"
13/11/2013 - 10:19hs
¿Hay piso?: la fuga no se frena y las reservas ya rompieron la barrera de u$s33.000 millones

Las reservas del Banco Central (BCRA) siguen en caída libre ya que este martes se contabilizaron en u$s32.711 millones, según informó la entidad oficial.

Es decir, en tan sólo un día descendieron u$s340 millones, ya que el lunes el BCRA informó una existencia de u$s33.051 millones, el mismo nivel que registraba en 2007.

El amplio descenso se debió a dos factores: por un lado, según operadores cambiarios, el organismo dirigido por Mercedes Marcó del Pont vendió unos u$s140 millones para controlar el mercado cambiario al satisfacer la demanda de divisas por parte de los bancos.

Por otra parte, el Banco Central "realizó la cancelación de obligaciones varias", de acuerdo a un comunicado oficial.

En el año, la entidad monetaria registra una baja de u$s10.579 millones en sus reservas.

Y si se compara su nivel máximo histórico -registrado el 26 de enero de 2011-, cuando acumulaba u$s52.654 millones, el Tesoro ahora cuenta con casi u$s20.000 millones menos que hace dos años atrás.

Punto límite

La gran mayoría de los analistas entiende que "no hacer nada" para revertir la sangría de las reservas es algo que no resultará gratis.

Y una incógnita más inquietante, tal como diera cuenta iProfesional, es a partir de qué momento la pérdida pasará a ser un problema tan crítico que obligue a realizar algún tipo de ajuste brusco.

Hablando en plata, ¿qué tan grave es la situación?

Para Martín Redrado, "vamos a llegar a 2015 con u$s18.000 millones, con un Banco Central vacío de contenido y sin posibilidades de darle previsibilidad a la gente".

Desde la Fundación Mediterránea, Marcelo Capello y Néstor Grión, pronostican que, de continuarse con la actual política, entonces se llegaría a 2015 con un nivel de u$s19.600 millones.

También para Hernán Lacunza, ex gerente general del Central, el nivel de reservas de aquí a dos años se ubicará en torno de los u$s20.000 millones.

Federico Muñoz pronostica la misma cifra, pero para 2014: "Es un nivel en el que cualquier brote de desconfianza seguramente gatillará un fuerte cimbronazo financiero que no tendría otro desenlace posible que el de un salto del tipo de cambio".

Según Eduardo Curia, uno de los más notorios defensores de la acumulación de reservas, si caen por debajo de los u$s30.000 millones, ya es un indicador de que la economía estará en problemas.

Es decir, algo bastante inminente. Y cree que, antes que devaluar, el Gobierno intentará financiarse en el mercado internacional.

La situación no es fácil, creen los expertos, porque si primara la voluntad de fijar un "piso" a la caída, eso tampoco sería gratis: supondría un recorte a la importación aún más severo, con el consecuente mayor enfriamiento de la economía.

"Por cada punto de crecimiento del PBI, se necesita que crezcan tres puntos las importaciones. Es decir que por cada punto hay que destinar u$s2.400 millones, y eso implica más caída de reservas", explica Marina Dal Poggetto, economista jefe del Estudio Bein.

En otras palabras, todas las opciones tienen lado negativo. Un "modelo profundizado" deberá dejar caer más las reservas para poder crecer, o bien resignarse al estancamiento para cuidar la caja de dólares.

La interna en el "equipo económico"El derrumbe de las reservas pone más presión al Gobierno para lanzar alguna medida que detenga la sangría. Pero los miembros del "equipo económico" mantienen abierta la interna y no se ponen de acuerdo en la solución del problema. 

Están a la espera de que la Presidenta retome sus funciones al frente del Poder Ejecutivo. Eso ocurrirá la semana próxima, cuando concluya el reposo que los médicos le prescribieron a la mandataria para recuperarse de la operación por un hematoma en el cráneo.

La presidente del Banco Central, Mercedes Marcó del Pont, estaría a favor de colocar más restricciones al "dólar turista". Esto es algo que critica el titular de la AFIP, Ricardo Echegaray, a quien le costó caro haber pedido públicamente que termine el blanqueo de capitales.

Por su parte, Marcó del Pont no ve con buenos ojos un desdoblamiento cambiario como sí pregona el viceministro de Economía, Axel Kicillof. Para este funcionario hay que blanquear la situación del mercado, donde conviven dólares oficiales y paralelos. Cree que el turista y el blue deberían ser casi lo mismo, y liberar así las restricciones.

Lo que se debate es si ese desdoblamiento cambiario también tiene que abrirle las puertas al "atesoramiento" o no.

En ese caso, no sólo se accedería al dólar para viajar a un precio mayor de los $7,18 actuales del "dólar tarjeta" (oficial más el 20%), sino que se podría comprar para ahorrar. Ahí hay quienes creen que la fuga sería mayor porque se le sumaría a la demanda del blue todo lo "blanco" que podría comprar dólares.

Es que hay muchas personas y empresas que no pueden operar en el mercado negro al tener su actividad totalmente registrada. Ahora, si pudieran comprar divisas legalmente al precio que fuera, lo harían y eso presionaría aún más al Central.

Otro actor no menor es Guillermo Moreno. El secretario de Comercio cree que "apretando" a empresas y bancos para que traigan dólares vía el Baade y amenazando a cambistas cuando se dispara el blue, logrará mantener el barco a flote. Según Infobae, algunos dicen que no está del todo en contra de un desdoblamiento del mercado cambiario.

El último que pelea por ganar la batalla en esta interna es el ministro de Economía, Hernán Lorenzino, quien quiere reflotar el "plan Boudou", que consiste en ir solucionando los frentes externos (CIADI, IPC nuevo a pedido del FMI y los juicios con los holdouts) para que vuelvan a ingresar dólares al país.

El titular del Palacio de Hacienda no quiere ser catalogado como el hombre que retome el endeudamiento externo, por eso habría emisiones de deuda para "financiar planes energéticos".

No sería descabellado ya que uno de los déficits más altos están en ese ítem. La Argentina podría volver a pedir fondos para fines específicos, tal como había deslizado Amado Boudou cuando estaba en el cargo de Lorenzino, y retomar una agenda más "amigable" con la comunidad internacional.

Más allá de las propuestas de los distintos funcionarios, la última palabra la tiene la Presidente.

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