Si bien en casi todas las oficinas siempre hay jefes que no dicen ni hola, ni gracias; o que sólo sabe "ladrar" órdenes, este espacio hostil afecta más de lo pensado a la empresa y a sus resultados.

Rachel Feintzeig, del diario The Wall Street Journal, asegura que un 96% de los empleados estadounidenses ha sido tratado groseramente en sus trabajos; y que un 50% de los mismos conforma que esa situación se repite, como mínimo, una vez por semana.

Estos son datos extraídos de un estudio elaborado por la Universidad de Georgetown y por la Thunderbird School of Global Management. Además, se añade que el 26% de los encuestados asegura que han renunciado a un empleo por "la falta de civismo" en sus oficinas.

Más allá de la pérdida de talento, esta "grosería" puede generar costos adicionales a las empresas. Cisco Systems estima que estas situaciones cuestan a las compañías más de u$s8 millones al año