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La expropiación de la Confiterí­a El Molino, a punto de ser ley

Obtuvo dictamen positivo en la reunión conjunta de las comisiones de Cultura, Asuntos Constitucionales, Presupuesto y Legislación de la Cámara de Diputados
01/09/2014 - 13:10hs
La expropiación de la Confiterí­a El Molino, a punto de ser ley

La Cámara de Diputados tiene habilitado el tratamiento del proyecto de ley de expropiación y recuperación de la "Confitería del Molino", aunque todavía no tiene fecha para su llegada al recinto.

La semana pasada obtuvo dictamen positivo en la reunión conjunta de las comisiones de Cultura, Asuntos Constitucionales, Presupuesto y Hacienda y Legislación General de la Cámara de Diputados de la Nación.

Con ese respaldo, cuando llegue a votación no se duda de su aprobación, que la convertiría en ley, ya que cuenta con media sanción en la Cámara de Senadores.

Después llegará la etapa administrativa, que incluye la tasación y el traspaso al patrimonio del Estado, y abrirá una nueva etapa en la historia de la confitería construida a principios del siglo XX y que conoce dos quiebras, la última hace 17 años.

El edificio quedará bajo control del Congreso, que tendrá la responsabilidad de reabrir la confitería y dedicará los pisos superiores a las expresiones artísticas de nuestra cultura.

"La recuperación de la Confitería del Molino sin duda va a significar una enorme alegría para los ciudadanos, tal como ocurrió cuando siendo la titular del Incaa recuperamos el cine Gaumont", expresó la diputada nacional por el Frente para la Victoria, Liliana Mazure, que está impulsando la iniciativa.

Hacia 1850, Constantino Rossi y Cayetano Brenna (este último un prestigioso pastelero italiano especializado en la fabricación de pan dulce) eran los propietarios de la denominada Confitería del Centro, ubicada en la intersección de la avenida Rivadavia con la calle Rodríguez Peña (en ese momento las calles se llamaban "Federación" y "Garantías" respectivamente).

Tras la instalación en las cercanías del negocio del Molino Lorea, el primer molino harinero instalado en la ciudad, el establecimiento tomó la denominación de Antigua Confitería del Molino.

En febrero de 1905 la confitería comenzó a funcionar en un local frente al Congreso Nacional. En 1910 había finalizado la construcción de la Plaza del Congreso, y Brenna, ya en sociedad con los Rocatagliatta, necesitaba un nuevo edificio para unificar sus locales, por lo que solicitó al arquitecto Francisco Gianotti, un proyecto que fusionara las distintas propiedades en un solo conjunto, con la exigencia de que las obras no interrumpieran la atención a los clientes.

El encargo, para destinarlo a edificio de renta, incluía la remodelación del situado en la Avenida Callao 32, adquirido en 1909, y que poseía planta baja y cinco pisos, y la construcción de otro sobre Rivadavia 1815, que Brenna había comprado en 1911.

Con estas obras quería presentar una nueva imagen de la empresa pastelera y a la vez adecuarse a la estética de la zona.

Finalmente, Cayetano Brenna la inauguró en 1917 (tal como puede verse hoy) en el mismo solar y con el nombre de Nueva Confitería del Molino, en la intersección de Rivadavia y Callao, frente al edificio del Congreso Nacional.

Para construir este valioso exponente del Art Nouveau y vanguardia de la Belle Époque, Gianotti hizo traer todos los materiales de Italia: puertas, ventanas, mármoles, manijones de bronce, cerámicas, cristalería y más de 150 metros cuadrados de vitrales.

El edificio tuvo una estructura de hormigón armado, material aún novedoso en esa época en que todavía se construía con ladrillo y losas de bovedilla catalana.

Su fachada, que abraza la esquina, tiene un desarrollo simétrico y está revestida por piedra París. Se destaca en ella su fantasiosa ornamentación, de influencia veneciana.

Aún pueden verse en el frente las aspas de un molino de fantasía y justo encima de él se alza la imponente cúpula en aguja, que fue cerrada con vitrales Art Noveau multicolores.

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