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Pro.Cre.Auto Fase II: el "siga siga" del plan lleva al sector emblema del modelo K a agravar la fuga de dólares

La iniciativa no tracciona ventas y obliga a exportar a un dólar barato e importar a uno caro. Encima, la industra es gran culpable de la falta de divisas
09/09/2014 - 10:13hs
Pro.Cre.Auto Fase II: el "siga siga" del plan lleva al sector emblema del modelo K a agravar la fuga de dólares

Los cambios de rumbo casi espasmódicos y los golpes de timón, en una economía manejada por un Gobierno que se mueve entre la necesidad de apegarse al relato y las urgencias cambiarias, modifican el tablero de juego constantemente.

De esto pueden dar sobrada cuenta las automotrices, un sector que pasó de ser emblema del modelo K a responsable por la falta de dólares.

Más aun. Hace unos meses estaba expectante y a la espera de un plan de salvataje que ayude a la industria a salir del pantano en el que quedó tras la devaluación y el impuestazo.

Ese plan llegó, pero ahora se encuentran con que no hay dólares por comprar autopartes que necesariamente deben ser traídas del exterior. De modo tal que ProCreauto, lejos de ser una solución, se transformó en un problema.

Este lunes por la noche la presidenta Cristina Kirchner -que ya lo había anticipado en uno de sus últimos discursos- lo comunicó personalmente: la iniciativa oficial tendrá su "Fase II", que se mantendrá hasta fin de año, aunque la adhesión de cada terminal no será obligatoria sino voluntaria

Una cumbre "caliente" El plan fue anunciado hace unos meses como una oportunidad "inédita" para el sector. Sin embargo, lejos estuvo de mover la aguja de ventas como pensaba el Ejecutivo. De hecho, en vez de acercar a las partes las dejó en medio de un fuego cruzado de acusaciones y denuncias.

Por lo pronto, el

clima de negociación entre el Gobierno y esta rama de actividad no pasa por su mejor momento. Nunca antes este sector, clave para la economía nacional y que hasta 2013 llegó a explicar casi el 50% del crecimiento industrial, se había enfrentado en tan duros términos con el Ejecutivo.

Desde el Gobierno le han lanzado munición gruesa a los directivos de las principales marcas, a quienes acusaron de estar "encanutando" vehículos, de boicotear el plan ProCreAuto y hasta de realizar maniobras ilegales con las importaciones para sacar dólares del país. 

La continuidad del Pro.Cre.Auto ya es un hecho. Ahora, el problema está en cómo se financiarán las importaciones de 0Km y componentes. 

Cabe destacar que hoy el

 mercado automotriz argentino está funcionando prácticamente gracias al crédito que, a la fuerza, se vieron obligadas a gestionar en el exterior las propias las terminales.

Tras la reunión de ayer, se acordó que a partir de este miércoles cada empresa negociará por separado con el Gobierno porque, tal como sostuvo Ariel Bomrad, presidente de la Asociación de Concesionarias (ACARA), "cada una tiene problemas diferentes".

Además, indicó que para el plan Pro.Cre.Auto "Fase II", los encuentros serán "a nivel técnico", con los ministros como máxima representación oficial. Y que bajo esta iniciativa el objetivo será el de comercializar unas 40.000 unidades hasta fin de año.

Para costear la extensión del plan, según señalaron fuentes oficiales a iProfesional, el Gobierno evalúa habilitar a cada terminal unos u$s100 millones al tipo de cambio oficial cada mes, hasta diciembre, para pueda financiar los pagos a sus casas matrices. Como contrapartida, deberá comprometerse a reducir las suspensiones y a no destruir puestos de trabajo. 

El problema, claro, es qué sucederá con las compras que se realizan por fuera del ProCreAuto y con la enorme deuda que contrajeron las terminales. Cabe recordar que el Banco Central mantiene "pisadasimportaciones ya realizadas de vehículos y autopartes por un monto estimado de u$s2.500 millones.

Es decir: compras principalmente hechas a Brasil que no pudieron ser canceladas porque la entidad que conduce Juan Carlos Fábrega nunca les habilitó los dólares para ser girados. 

Esta deuda que mantienen hoy con casas matrices y, en menor medida, con proveedores autopartistas del exterior, amenaza con convertirse en una "bomba cambiaria", dado que fueron compras realizadas a un tipo de cambio de $8,30 promedio para fabricar autos que ya se vendieron o se van a comercializar en algunos meses y en pesos.

Así las cosas, cualquier alza del dólar podría significar un importante descalce para cualquiera de estas empresas.

En la mesa de negociación, el Gobierno habría vuelto a insistir con que ese pasivo acumulado deberá ser cancelado con fondos que las propias automotrices consigan. Es decir, no habrá "canilla libre" desde el Banco Central. 

Sucede que las reservas están amenazando con "perforar" el piso de los u$s28.000 millones, de cara a un 2015 en el que los vencimientos de deuda ya equivalen a la mitad de las tenencias de la entidad.  

Comprar dólares pero un 50% más carosLa postura del Gobierno es que, durante una década, el Central puso sobre la mesa dólar sobre dólar sin chistar, para que la industria funcione a toda marcha. De modo que, bajo esa óptica, ahora son las empresas las que deberán poner su "granito de arena".

De hecho, días atrás, la Presidenta había hecho referencia a una automotriz que le había pedido una audiencia para analizar la problemática del sector: "Tengamos seriedad. Esta firma importó entre 2003 y 2014, más de un millón de autos por un total de más de u$s11.000 millones", disparó, en referencia a Volkswagen. 

¿Qué están haciendo entonces las empresas a las que les están cortando el financiamiento? Según confirmó Miguel Ponce, gerente de la Cámara de Importadores (CIRA), "en la desesperación, por falta de insumos, sabemos que algunas se vieron obligadas a adquirir dólares vía el mercado de contado con liquidación", es decir, el mecanismo legal que permite hacerse de divisas a través de acciones que cotizan tanto en Buenos Aires como en el exterior.

Claro que este esquema se vuelve insostenible para las terminales dado que, por cada dólar que exportan le liquidan $8,4, pero previamente, para importar y poder producir, deben comprar los billetes verdes en el "conta con liqui" a unos $13.

"Esto les representa un sobrecosto cambiario del 50% y se torna inviable", disparó Ponce.

¿El mercado está "encanutando"? El "cerrojo", sumado al achicamiento del mercado, provocó un fuerte desplome de las importaciones provenientes de Brasil.

Según datos del Ministerio de Desarrollo de ese país, entre enero y agosto, la Argentina compró autos por u$s1.800 millones, casi 40% menos que en el mismo lapso del año pasado.

Pero la caída de las importaciones también estuvo explicada por derrumbes en el ingreso de chasismotores,carroceríasamortiguadores, partes para cajas de cambio y neumáticos, entre otros rubros. Es decir, todos insumos clave para la fabricación de vehículos.

Incluso, a través de un comunicado, ADEFA denunció días atrás que "en los últimos meses, el acceso a divisas fue decreciendo hasta alcanzar niveles que dificultan sostener el actual nivel de actividad".

Es decir, el argumento de las empresas es que el stock se achicó y faltan unidades, tanto nacionales como importadas

Sin embargo, desde el Gobierno vienen negando sistemáticamente que haya problemas en el normal abastecimiento de autos y autopartes. 

No sólo eso, a la hora de justificar el pobre desempeño de ProCreAuto (con tan sólo 15.000 vehículos entregados en más de dos meses), la administración K apuntó a un liso y llano boicot por parte de las terminales.

Luego de disculparse por utilizar el término "encanutar" -según dijo, por no ser propio de su investidura- la Presidenta volvió a insistir con que hay autos en stock pero "que los esconden o los retacean".

"En algún lado los tienen", disparó.

Acto seguido, aseguró que las importaciones totales vienen cayendo menos que los patentamientos. Es decir, dio a entender que están comprando más pero entregando menos. 

Estas palabras retumbaron en los despachos de los directivos. El temor en el sector -a una semana de que Diputados trate la modificación de la Ley de Abastecimiento-, es que haya una embestida oficial. 

Por ahora, hubo algunas visitas a concesionarios y rumores de amenazas de controlar más de cerca a las terminales.

Pese a las voces del sector privado que niegan estas prácticas, desde una automotriz reconocieron, bajo estricto off the record, que "Cristina algo de razón tiene".

Y apelaron, justamente, al riesgo de "descalce" que implica para las terminales importar a crédito un auto en dólares, venderlo a un concesionario en pesos y después tratar de reponer la unidad a un tipo de cambio que es más elevado. 

Para las agencias también existen riesgos: el comercio que compra un 0Km "cash" para entregarlo a un particular, se enfrenta a la posibilidad de perder toda la rentabilidad o incluso, a operar a pérdida cuando salga a comprarle otra unidad a la fábrica. 

El problema es claro: en tanto y en cuanto esa deuda de cerca de u$s2.500 millones que tiene el Banco Central con las terminales se mantenga, la especulación estará a la orden del día. 

Las automotrices más perjudicadasCabe recordar que Renault fue de las primeras en hacer pública las dificultades que están teniendo para hacerse de dólares vía el Central y traer autos desde Brasil, principal mercado proveedor.

Según datos de la consultora Market Researh & Technology, dados en exclusiva para iProfesional, la marca del rombo sufrió un fuerte desplome en los permisos de importación de algunos de sus modelos más exitosos

En el caso de la Duster, de casi 15.400 unidades que pudo nacionalizar en la primera parte de 2013, este año pasó a menos de 4.300, lo que significó un desplome del 72%.

En tanto que del popular Sandero pasó de importar 10.600 autos a tan solo 4.900, con un derrumbe del 54%.

Claro que no fue la única marca con problemas: Volkswagen también tuvo serias dificultades para ingresar tres de sus vehículos más populares, como el Gol, Fox y Voyage, que mostaron fuertes caídas del 66%, 63% y 53%, respectivamente. 

En todos los casos anteriormente mencionados, las tasas negativas de variación son mucho más profundas que el porcentaje de baja de los despachos desde las terminales a concesionarios (-39%), lo que deja entrever que pudo haber otros problemas más que el descenso de la demanda (ver cuadro). 

Temor por plan industrializador "a la fuerza"Si hubo un concepto novedoso en el discurso que pronunciara Cristina al momento de anunciar la continuidad de ProCreAuto, ese fue el reconocimiento público, por primera vez en toda la década, del fracaso del plan de sustitución de importaciones en la industria automotriz. 

Por cierto, todo un giro en el relato K, que durante años se encargó de ensalzar a esta rama de actividad como el "mejor alumno" en materia de inversiones, innovaciónreindustrialización.

Ahora, el discurso dio un inédito giro de 180 grados. La propia Presidenta les echó en cara el hecho de ser "deficitarias" y de haberle generado al país un rojo de u$s33.000 millones desde 2003 hasta la fecha.

"Tenemos un desarrollo imperfecto del sector automotriz", disparó. 

Tal como se puede observar en la siguiente infografía, si se toma el valor final de un 0Km salido de una fábrica, sólo el 20% en promedio de las autopartes son nacionales: 

Al "hilar fino" se observa que apenas cuatro rubros son responsables de más de la mitad del déficit comercial del sector: transmisión, motores, sistemas eléctricos y equipamiento interior. Y ahí es donde más énfasis va a poner el Gobierno (ver gráfico).

Esto genera que, por cada auto que se fabrica en la Argentina, el Banco Central deba habilitarles un promedio de u$s13.000 para permitir la importación de piezas, justamente lo que ahora se niega a hacer Fábrega.   

En este contexto, trascendió que, si la proporción del contenido nacional no mejora, el Gobierno podría volver a reflotars el plan de sustitución de importaciones presentado a fines de 2013 y que todavía no se llevó a la práctica. 

Según ese programa, los autopartistas deberán comprometerse y presentar un listado de piezas que las terminales estén importando y no demanden a la industria nacional.

De acuerdo con este documento, si una automotriz se niega a comprar un componente porque le resulta "caro" frente a la alternativa que trae del exterior, entonces deberá entregar una estructura de costos, que luego será auditada por Industria.

Si la terminal no provee la información exigida, entonces será el propio Gobierno el que estime dichos costos y, eventualmente, podría obligar a la empresa a dejar de importar ese componente y adquirirlo localmente.

Esta sería una respuesta a las quejas de Cristina, en el sentido de que el boom de ventas de 0Km nunca generó un verdadero efecto derrame en la industria.

Como se ve, el panorama luce complicado para las automotrices, en medio de una pelea por dólares que ahora no les habilita el Central, una deuda acumulada de u$s2.500 millones difícil de cancelar, la prolongación del ProCreAuto y la discusión por ver cómo se reduce el pesado déficit.

Todos temas que, en definitiva, hacen que los ejecutivos extrañen aquellos tiempos en que sólo alzaban la voz para reclamar la baja del impuestazo.

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