El freno que hay en la construcción en la Argentina se cobró su primera víctima. Desde hace dos meses, Aluar reduce su producción y suspende personal en su planta ubicada en la localidad bonaerense de Abasto para hacer frente a la caída de demanda.

Al impacto de la crisis en el sector inmobiliario local, se le sumaron las restricciones aduaneras que impone Brasil a sus productos y que provoca que la compañía pueda cumplir con sus clientes.

En la fábrica bonaerense, Aluar se dedica a laminación y extrusión. Recibe el aluminio de la otra planta que la familia Madanes Quintanilla tiene en la ciudad chubutense de Puerto Madryn y elabora productos para la industria de la construcción como perfiles, barras, tubos, laminados gruesos y foil.

Este combo fue letal para Aluar y, según contaron fuentes cercanas a la empresa al diario El Cronista, el establecimiento viene trabajando a menor capacidad de producción.

De acuerdo al cronograma consensuado con el gremio, suspenden entre 35 y 40 operarios una vez por semana, dependiendo de la demanda de esos días. Durante ese lapso, los trabajadores perciben el 75% del salario.

Desde la siderúrgica estimaron que la situación se encamina a la normalización en las próximas semanas.