La presidenta Cristina Kirchner parece querer evitar preocuparse por el allanamiento en uno de sus hoteles ubicado en el Alto Calafate y se refugia en su casa de dicha ciudad antes de reaparecer con un discurso en la 62 convención de la Cámara Argentina de la Construcción.

El jueves se la pudo ver por las calles de Santa Cruz, a los besos y abrazos con militantes quienes le pedían fotos a las que accedió sin ningún tipo de problema luego de pasar 10 días en reposo por un cuadro de sigmoiditis.

Pero sobre el presunto lavado de dinero que la familia presidencial realizó con la empresa Hotesur en el Sur no se dice nada.

La gente no se acerca a su casa y las críticas son mínimas. El Calafate es el lugar por excelencia que elige la Presidenta para descansar, sobre todo cuando temas álgidos como el allanamiento a Hotesur la colocan bajo la lupa de la Justicia.

"Está bien de salud, por eso pudo viajar y se prepara para un fin de año movido y con mucho trabajo", aseguró a Clarín un alto funcionario de la Casa Rosada.

Con su retorno a la actividad oficial, se espera una batería de anuncios y medidas para lo que resta de este 2014 y de cara a diciembre un "mes caliente" como definen en Balcarce 50. Junto con esto esperan que se "reactive la agenda porque ella es la que la mueve", indicó un ministro.

Para esto faltan sólo 24 horas. Hasta entonces continúa el descanso en el Sur pero como resultado del viaje y del encuentro con su hijo Máximo Kirchner, heredero junto a Florencia de la firma investigada por el juez federal Claudio Bonadio, salió  un extenso comunicado denunciando una "operación mediática-judicial" contra la "presidenta y sus hijos" y negando cualquier irregularidad.

En la Villa Turística, sin embargo, no se convirtió en noticia que la Justicia esté atrás de una empresa propiedad de los Kirchner, sospechada de adeudar documentación contable. Con una temperatura que no superó los 17 grados y en la tranquilidad que la ciudad le otorga, Cristina estuvo rodeada de sus familiares más íntimos.

La única exposición pública  fue el jueves por la tarde, el día que llegó, cuando junto al intendente local Javier Belloni y el diputado por el pueblo de El Calafate, Miguel Guanes, la jefa de Estado recorrió la obra del Anfiteatro del Bosque.

Informal, de campera de jean, pantalones negros y anteojos oscuros, se mostró de "buen humor" como relataron los propios militantes que estaban en el lugar y con quienes accedió a fotografiarse.

Después de recorrer la obra que quedará inaugurada en febrero, para la tradicional Fiesta del Lago, la Presidenta volvió al descanso de su residencia y no hubo hasta ayer mayor movimiento más que el habitual de la custodia presidencial.

El Tango 04 aguarda en Río Gallegos a que le indiquen el horario para buscar a la jefa de Estado en El Calafate. Como es habitual de cada viaje de Cristina al Sur, el viernes el T-03 llegó a El Calafate alrededor de las 9.30 únicamente con los diarios nacionales y a las 10.20 tocó pista en Río Gallegos. Una hora después, el avión de la flota presidencial volvió a la provincia de Buenos Aires, según reveló OPI Santa Cruz.