Estados Unidos considera que el ciberataque contra Sony Pictures, del que se acusa a Corea del Norte, es un asunto grave de seguridad nacional y que el Gobierno estudia una respuesta proporcional.

El portavoz de la Casa Blanca, Josh Earnest, dijo el jueves a los periodistas que el ataque fue un ejemplo de "actividad destructiva con intenciones maliciosas que fue iniciada por un actor sofisticado".

Earnest dijo que no está en posición de afirmar que Corea del Norte es la responsable, pero que la investigación "avanza".

Fuentes del Gobierno estadounidense sostuvieron el miércoles a la agencia Reuters que los investigadores determinaron que el ataque fue "patrocinado por un estado" y que Corea del Norte es el gobierno implicado.

Earnest afirmó que las autoridades de la seguridad nacional "son conscientes de que es necesaria una respuesta proporcional". También saben que los responsables de estos ataques "buscan provocar a menudo una respuesta".

"Pueden pensar que una respuesta nuestra en uno u otro sentido será ventajosa para ellos", al fortalecer su posición entre su gente o en la escena internacional, comentó.

Unos "hackers" que aseguraron estar molestos por una película que muestra el asesinato ficticio del líder norcoreano atacaron a Sony el mes pasado, filtrando documentos y distribuyendo películas inéditas en Internet.

Corea del Norte niega estar detrás de la acción, pero expertos de seguridad en Washington dijeron que es un secreto a voces que Pyongyang fue el responsable.

El "hackeo" y la cancelación del estreno de "The Interview", prevista para el 25 de diciembre, pareció ser una victoria sin precedentes para Pyongyang y su capacidad para llevar a cabo una ciberguerra.

Un diplomático norcoreano en Naciones Unidas no quiso referirse el jueves en Nueva York a las acusaciones de que Pyongyang es culpable ni a la cancelación de la película.

En su anuncio del miércoles sobre la suspensión de la insolente comedia, que costó 44 millones de dólares, Sony se refirió a tensiones en muchas cadenas de cines. El grupo de hackers que entró en los sistemas de Sony amenazó con ataques en los cines que la exhibieran.