El vicepresidente Amado Boudou, procesado por dos causas el pasado año, está envuelto en una investigación por lavado de dinero en Uruguay a través de su presunto testaferro, Alejandro Vandenbroele, quien es requerido por la Justicia local.

En medio de ese panorama, Boudou es la persona elegida para representar al país en la asunción del presidente Tabaré Vázquez el próximo domingo.

Sin embargo, pese a que la asistencia de Boudou fue confirmada hace varios días, la Cancillería uruguaya comunicó la lista de invitados extranjeros que asistirán al acto de asunción de Tabaré Vázquez omitiendo la presencia del vicepresidente argentino, que concurrirá a la ceremonia en lugar de la presidente Cristina Kirchner, quien brindará el discurso anual de apertura de las sesiones ordinarias del Congreso.

Ricardo Reilly Salaverry, ex ministro de Trabajo de Uruguay durante el gobierno de Luis Alberto Lacalle, afirmó que el próximo domingo "habrá algunos representantes de jerarquía, como el rey Juan Carlos, de España, y luego viene gente, desde mi óptica como demócrata, como un liberal con entonación nacional, que no me resulta agradable, como no le resulta agradable a una buena parte de la opinión pública", según declaraciones a Infobae TV.

Así se refirió a casos "como el de Raúl Castro, de Nicolás Maduro, y la sorpresa de último momento, de que el gobierno argentino enviará a Amado Boudou".

Sobre este último, afirmó que "uno no sabe si esta presencia de un vicepresidente argentino en estas circunstancias cuando hay en Uruguay una causa abierta que de alguna manera lo vincula, en pleno proceso, es un acto de respuesta o una falta de respeto a la asunción del Presidente". "Es un acto más ofensivo que respetuoso", cerró.