El presidente de la Unión Industrial (UIA), Héctor Méndez, se quedó anoche con la autopartista sanjuanina Delphi, que fabrica mazos de cables para la industria automotriz.

Se trata de la empresa que estaba controlada por el fondo de inversión Elliot, del financista Paul Singer, quien mantiene un litigio judicial en los juzgados de Nueva York con la Argentina, por el cobro de bonos en default, y que había sido denunciado por la AFIP de "vaciamiento" de la compañía.

Singer es propietario también de la empresa R.R. Donnelly Argentina, la imprenta que declaró su quiebra y cerró sus puertas hace 6 meses, por la que el fisco también interpuso una denuncia penal. Es que en la Casa Rosada ven una conspiración internacional para atacar uno de los sectores clave del "modelo kircherista", el sector automotor.

El posible cierre de Delphi, en manos hasta la semana pasada del fondo buitre, motivó la intervención de la ministra de Industria, Débora Giorgi, para intentar una salvaguarda sobre el empleo de 470 operarios que estaba en riesgo.